Capítulo catorce

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Aún era temprano por la mañana, normalmente estaría enredado entre las sábanas, tratando de ignorar el sonido del despertador y maldiciendo la persona que inventó que madrugar era bueno.

Pero todo era muy diferente hoy.

El sueño lo había abandonado mucho antes de que sonara el despertador, no sentía sueño, sino unas ganas tremendas de levantarse y que las horas comenzaran a pasar hasta que finalmente llegara la hora de irse al trabajo.

Y esta ansiedad tenía un único nombre.

Aaron.

Una vez se levantó fue a sus armarios y se puso a buscar lo que necesitaría para la tarde, sacó algunos cuadernos y lápices, una vez tuvo todo en la mochila la cerró y se la puso al hombro.

Llegó al piso de abajo pero se encontró con más silencio del normal, se hubiera preocupado pero se recordó a si mismo que aún era muy temprano. Dejó la mochila a un lado y decidió caminar hasta la sala ya que se allí se oía como si hubiese alguien.

Y efectivamente cuando entró, pudo ver a la chica que estaba tumbada sobre el sofá, tenía una bolsa de papas a su lado, también tenia una caja de pañuelos y lloraba a moco tendido mientras observaba la pantalla.

— no Jack...— habló al televisor.— ¿Por qué coño no te subes a la tabla? ¡Si cabían los dos!

Una pequeña risa salió de Leandro, se acercó a su hermana y esta se giró al verlo.

— ¿Llorando por películas de amor de vuelta?— preguntó sentándose a su lado en el sofá.

— es que no entiendo a los personajes, yo no moriría por amor ni de broma.

— así son las películas de romance Marti.

Su hermana menor se encogió de hombros y luego dió un bostezo recostandose mejor en el sofá.

— pues son una cagada, pero son entretenidad así que seguiré mirandolas porque es lo único que tendré en mi vida sobre romance.— se lamentó.

— no seas exagerada, apenas tienes diecisiete años.

— y ya se que el amor de mi vida es imposible.

Leandro la observó por un momento, dudando sobre si debería tocar el tema o no.

— ¿Todavía nada?

La pelinegra negó llevándose una papa a la boca.

— y no creo que vaya a suceder, ya te dije que es la persona más heterosexual que conozca, no hay chances de que me haga caso.

— no pierdas la esperanza hermanita, seguro que pronto cae.

La chica sonrió y luego dejó el control de la televisión para mirar fijamente a su hermano.

— ¿Y tú que?— preguntó.— ya eres un viejo y no me has presentado ni un solo cuñado o cuñada.— Leandro estuvo a punto de contestar pero Martina lo cortó antes de que pudiera, señalándolo con un dedo.— y la zorra de Amara no cuenta, esa no era mi cuñada.

— lo era aunque te cayera mal, fue la única relación seria que tuve. Bueno... Al menos era seria para mí, para ella al parecer no.

— ay ya hermanito, no te vayas a poner triste por esa idiota, no vale la pena.— Leandro rodó los ojos y le robó una papa.— además... Yo creo que me gustan más las cuñadas que los cuñados, para cuñadas ya tengo a Cris, aunque su novia me cae bien.

— si bueno... Creo que si con las chicas me va mal, con los chicos... Ni hablemos, creo que me quedaré teniendo sexo casual y ya.

Martina sonrió y luego ambos soltaron una risita.

Inocente (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora