Todos se apresuraron a agarrar una botella, dieron un brindis y comenzaron a tomar. A los veinte minutos Kyojurou, Tengen y Giyū eran los únicos con algo de conciencia, pues solían beber a menudo. Obanai y Sanemi estaban algo ebrios por la poca costumbre.
Tengen y Kyojurou sacaron una hoja con ocho juegos diferentes para elegir, tenían toda la noche para jugar sin ser molestados. La mayoría de los juegos involucraban beber —por no decir que todos—. (2).
—¿Cuál quieren primero?— preguntó con la hoja en su mano—.
—Empezemos con los más tranquilos, "Yo nunca nunca", por ejemplo. —opinó Sanemi mientras bebía un gran sorbo de Sake—.
—Bien, entonces tengan preparadas sus botella, porque empiezo yo. —sonrió burlonamente el azabache de menor estatura.— Yo nunca nunca perdí la virginidad antes de los dieciocho.
—Empezamos mal. —rió Tengen mientras bebía un shot. Seguido de él, Kyojurou, Sanemi y Giyū—.
—De Uzui y Shinazugawa me lo esperaba, ¿pero Tomioka y Rengoku?
—Estaba ebrio —alzó la mano el de puntas carmín—.
—Y lo mío fue por hormonas adolescentes. —se encogió de hombros el ojiazul—.
—Mi turno. —dejó su botella el albino.— Yo nunca nunca he besado a un amigo.
—Fue por el juego de la botella. —se excusó el más alto mientras bebía al mismo tiempo del rubio—.
—Sin comentarios. —Giyū agarró el shot y lo bebió calladito—.
—A este paso serán los primeros en caer. —se burló Obanai—.
—¿Ah sí? —Tengen sonrió.— Pues yo nunca nunca me he obsesionado con una chica a tal punto de parecer perrito domesticado.
—Hijo de puta. —frunció el ceño y bebió—.
—Beberia también, pero dijo "chica". —agregó Sanemi con una pequeña risita—.
—No te preocupes que ahora lo arreglo. Yo nunca nunca me he enamorado de un amigo hombre.
—¿Intentabas que Shinazugawa bebiera, o que todos lo hicieramos? —preguntó el ojiazul tomando otra vez, al igual que Obanai, Sanemi y Kyojurou—.
—A la mierda, ¿soy el único que no es o fué gay?
—Porque a ti te arreglaron una boda antes de los dieciocho con tres mujeres. No podías enamorarte, sería ser infiel.
—Tienes razón, Kyojurou. —se encogió de hombros—.
—Yo nunca munca he tenido citas a ciegas. —dijo sin pensarlo dos veces el albino—.
—En mi defensa, Tengen y Kyojurou la organizaron. —suspiró y volvió a tomar—.
—Ahh, pero bien que te agradó la chica, Giyū.
—¿Que más querías que hiciera? ¿Dejarla ahí como imbécil? No soy ese tipo de personas.
—¿Y cuando fue?
—Hace muy poco, cuando Kyojurou despertó, hablé con él antes que los demás y se nos ocurrió.
Sanemi se quedó en silencio un momento, se encogió de hombros y lo dejó pasar. —Sigamos, Yo nunca nunca he besado a alguien en una fiesta. —tengen se burló al ver cómo Giyū y Kyojurou tomaban—.