Los rayos del sol me molestan obligándome a abrir los ojos. Guilda, Mía y Laura están a mi lado conversando de no sé qué.
-¿Qué me ha pasado?- pregunto tomando asiento en mi cama, miro el vestido qué llevaba en mi fiesta de compromiso y entonces todos los recuerdos vuelven de golpe- ¿D...Diego está muerto? Es mi culpa
-No digas tonterías Ada, querías intervenir pero Casey sería capaz de matarte por eso- responde Mía
Miro Laura acercarse a mi al igual qué las demás mientras mi respiración se acelera.
-Hermana sabes qué no tienes la culpa de nada- acaricia mi mano delicadamente
-¿Y ahora qué pasará? Entraremos en guerra con los mexicanos, mi matrimonio tenía un solo objetivo. Parar una guerra de sangre y ahora acabamos de provocar otra sin contar los amigos de los mexicanos que irán en nuestra contra ahora
-No te preocupes, pregunte a mi marido y dijo qué los Diavolo son más poderosos que los mexicanos. No os pasará nada
-Laura Casey ha matado y tortura a Diego por una tontería delante de todos ¿enserio crees qué no harán nada?- me levanto de la cama con una mano en la frente desesperada
-Tienes razón, pero sabemos quién llevará la victoria
Le lanzó una mirada a Mía y tomó camino ha mi ducha pero antes de entrar me doy la vuelta y añado:
-Si es así ahora por una tontería, ¿cómo será cuando nos casemos? No puedo estar atada siempre a este hombre
Entro al baño sin esperar ninguna respuesta, estoy cansada mentalmente. Me desvisto frente al espejo, mis ojos no quitan la cicatriz. Como si mi cuerpo le perteneciera y eso solo me enfurece más.
Lo odio.
Me doy una larga ducha fresca, hace mucho calor. Una hora y media después salgo con una toalla envuelta en mi cuerpo y me paro frente al closet.
-¿Qué me pongo?- pienso en voz alta con mi dedo dando golpecitos sobre mi barbilla
Deslizó mis dedos sobres las telas finas y cojo una falda blanca con un top asimétrico negro, tacones del mismo color que el top y me visto.
-Adelante- invitó a entrar la persona que ha tocado
Mamá penetra en la habitación mientras termino de recogerme el cabello en una coleta baja.
-Tienes que bajar, debemos de ir ha comprarte tu vestido de bodas, Isabelle estará también- mira mi vestimenta entera- pareces un cadavre- y sale con una sonrisa triunfante
-Ignórala Ada, ignórala- susurro mirando mi rostro maquillado ligeramente
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Salimos del coche después de unos largos minutos en el coche con un silencio horrible y como si no fuera suficiente, mamá desafigurandome.
-Señora Isabelle- saluda mamá con una mano
La señora asiente con la cabeza y después me mira, no sabría describir su mirada penetrante.
-Ada- está vez me saluda con la mano agradablemente no como los otros días- ¿te encuentras mejor?
-Si ¿usted cómo está?- pregunto con una sonrisa mientras entramos a la tienda llena de vestidos de novia
-Bien- responde mientras unas empleadas se acercan rápidamente a nosotras
Nos atienden como si fuéramos las reinas de este lugar. Voy probándome vestidos de todo tipo pero ninguno me convence. Mamá dice delante de la señora que todo me queda bien pero se que no lo piensa de verdad, en cuanto a mi hermana de verdad me ayuda "este no favorece a tu cuerpo" "este te queda perfecto" pero no me convencía.
