CAPÍTULO 14

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Hace exactamente hora y media que estoy sentado en esta maldita silla de cuero con italianos y españoles

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Hace exactamente hora y media que estoy sentado en esta maldita silla de cuero con italianos y españoles. Una maldita hora y media qué la voz en mi cabeza me pide matarlos pero logro controlarme.
La reunión no es aburrida, Álvaro habla sobre sus problema y la necesidad qué le ayudemos además de hablar de negocios sucios e ilegales. Lo qué me ha sorprendido un poco fue la inteligencia y lo reservados que son los italianos, Edoardo analiza cada palabras qué decimos y su padre piensa en cada palabra que va ha sacar de su boca al contrario de los dos idiotas, Gael y Álvaro.

-Entonces la reunión a llegado a su fin- declara el español mayor

-No- niega Edoardo, las miradas se centran en el mientras mira a Gael con mucha ira- si su hijo vuelve a tocar mi prometida le arrancaré los dedos- se dirige directamente a Álvaro restándole importancia al menor

-¿A qué se refiere? Gael nunca levantó la mano sobre Guilda, tienen una buena relación- justifica el mayor entrecerrando los ojos antes de lanzar una mirada furiosa a su hijo

Gael se remueve en su silla.

-Guilda y yo íbamos a quedar esta tarde...

-Eso es inapropiado Edoardo- interrumpe Álvaro con ira perdiendo la paciencia

Saco mi cuchillo manipulándolo en mi mano observando la escena aburrido.

-No vuelva a interrumpirme- replica desafiante- se lo que puedo y no hacer, mi primo y su hermana estarían con nosotros además de la señorita Ada

Al escuchar el nombre de mi prometida salir de la boca del italiano me acomodo mejor en mi asiento tragando con dificultad para no cortarle la lengua. Luca a mi lado me lanza una mirada para advertirme que me calme.

Así que ibas a a salir sin pedirme permiso pequeña y con hombres.

Quiero torturarla hasta qué sea irreconocible.

Solo de imaginarla sentada al lado de algún hombre o simplemente el hecho de verla en la misma mesa que hombres me mata, escucharla reír con ellos me enfurece y la sed de sangre aumenta.

-La señora Ada no os acompañará ni a ti- insisto en la palabra señora manipulando más fluidamente el cuchillo- ni a su mujer y mucho menos a tu primo- termino de hablar con la voz más ronca de lo normal, si mi mirada pudiera matar ya lo hubiera matado

El italiano me desafía durante unos segundos con la mirada pero no añade nada, en cambio devuelve la mirada a Gael. Gael lo mira con una sonrisa qué provoca más ira en el italiano, su vena del cuello se infla y sus manos forman un puño qué sería capaz de arrancarle la cabeza de su cuerpo con un solo golpe.

-Gael también ha golpeado a tu prometida Casey- pronuncia con una sonrisa más grande mientras qué la de Gael desaparece, Edoardo sabe qué no soy un hombre qué sabe controlarse al contrario de él

STARS DARKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora