Un Amor en Tres Voces

El límite del silencio 2

Winnie sintió cómo su garganta se apretaba, pero logro forzar una sonrisa para así conseguir tranquilizar a Mariana. -Sí, solo... tengo muchas cosas en la cabeza, ya sabes... -murmuró, evitando entrar en más detalles.

Mariana le devolvió una mirada comprensiva, pero no insistió. -Si necesitas hablar, ya sabes dónde encontrarme, estaré siempre para ti-dijo suavemente, antes de regresar su atención a la conversación de los chicos.

Mientras ellos discutían sobre la lista de canciones y el próximo ensayo, Winnie no pudo evitar que sus pensamientos vagaran hacia Lúa. La presión de sus palabras en el baño aún pesaba sobre sus hombros, como si el espacio entre ellos estuviera lleno de promesas no dichas, de preguntas que necesitaban encontrar respuestas.

Josué se inclinó hacia Lúa, bromeando sobre una de las canciones que habían ensayado esa semana. -Seguro que si seguimos tocando 'Cuando te conocí', más de uno va a pensar que estás pasando por una crisis amorosa-dijo con una risa, mientras todos los demás se unían al comentario.

Lúa sonrió, pero su mirada paso fugazmente hacia Winnie, un gesto tan veloz que solo ella lo pudo notar. Era como si esa pequeña broma tuviera mucho mas peso del que Josué se imaginaba.

-No es una crisis, solo... es inspiración-respondió Lúa, con un tono de voz muy neutral el cual no revelaba nada, pero que hizo que Winnie se removiera algo incomoda en su asiento. Era la misma palabra que había usado la noche anterior, en el repaso. ''Inspiración''.

Mariana, quien no había captado ninguna de las indirectas, rio junto a los demás y golpeo levemente el hombro de Lúa. -Espero que me cuentes lo que te inspira-dijo con un sonrisa juguetona.

Winnie bajo la mirada, sintiéndose culpable y sintiendo como el nudo que tenia en el estomago se apretaba cada vez mas. Cada pequeña interacción que existiera entre Lúa y Mariana hacia que Winnie se sintiera atrapada, pero a la vez, incapaz de romper el ciclo en el que estaba sumergida.

Mientras Winnie intentaba salir del remolino de pensamientos en el que se encontraba, invento una excusa para poder salir rápidamente de allí. -Voy a salir un rato a tomar algo de aire-dijo mientras evitaba las miradas y las preguntas que le hacían los chicos en el momento. Mariana se ofreció a acompañarla, pero Winnie era lo que menos quería, así que se negó dándole una sonrisa forzada. -No, de verdad quédate, yo estoy bien. Solo necesito despejarme de todo un momento.-y sin mas salió de aquel lugar que la hacia sentir tan incomoda.

Al estar fuera del café en donde se encontraba, sintió como el aire fresco de la tarde envolvía su cuerpo. Se apoyo contra la pared, cerrando lentamente sus ojos y tomando una profunda bocanada de aire. Pero, en lugar de relajarse, sentía como su pecho se llenaba de una mezcla de culpa, temor y deseo.

Pasaron solo minutos antes de que la puerta del café se volviera a abrir. Winnie abrió sus ojos y sintio a Lúa parado detrás de ella. -Winnie-la llamo en voz baja, casi susurrándole en el oído, mientras se acercaba lentamente a ella.

En ese momento su cuerpo volvió a tensarse, al escuchar la voz de Lúa sentía que su corazón en cualquier momento iba a salir de su cuerpo y al girarse a verlo para enfrentarlo, vio como la preocupación se iba adueñando del rostro de aquel chico. -Lúa, no deberías estar aquí-le dijo con la voz casi inaudible.

-No puedo evitarlo, me preocupas Edwina-respondió el, con un susurro que parecía estar cargado de todo lo que no se habían dicho aun. -No después de lo que hablamos ayer. No puedo simplemente fingir que eso nunca paso, que nada ha cambiado, cuando sabes perfectamente que no es así.-

Winnie lo miro, sintiendo que cada palabra que salía de la boca de Lúa hacia que su resistencia se desmoronara cada vez un poco mas. No sabia que responder, tenia un enorme nudo en la garganta y no sabia como manejarlo, no sabia como manejar lo que ocurría entre ellos. Pero en ese momento, cuando los ojos de Lúa se encontraron fijamente con los suyos, supo que no podía seguir ignorando lo inevitable. Se había enamorado completamente de el.

Antes de que pudiera articular alguna respuesta, la puerta del café se volvió a abrir, ambos giraron la cabeza al mismo tiempo para ver de quien se trataba. Mariana salió con una sonrisa que demostraba despreocupación, ella no sospechaba nada del torbellino emocional que los rodeaba.

-¿Están bien?-pregunto ella, sin saber lo que ocurría, ajena a la tensión que existía en el aire.-Hace frio aquí afuera, mejor volvamos adentro. Lúa dio un paso hacia atrás, guardando la distancia una vez mas, mientras que Winnie asentía débilmente con la cabeza, sintiéndose atrapada en un juego del que no sabia como salir, el juego del cual no encontraría una salida...

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¿Qué les pareció?

¿Por que siempre dejaran a Winnie con las palabras en la boca?