Frenesí

CAPÍTULO 6

Evelyn.

Después de la misión exitosa qué tuvo mi equipo junto al escuadrón beta, nos enteramos de lo sucedido en Escocia, el cambio en los sucesos nadie lo vio venir, después de tanto tiempo operando, la Orden, parece estar lista para declarar la guerra, bueno ya lo ha hecho en más de una ocasión.

Hoy después de tantas subidas y bajadas viene por fin Aaron, es la primera vez que nos vemos después de más de tres meses sin mirarle la cara.

Me siento nerviosa.

Ya no estoy en el comando, el general Bellamy, nos dio tiempo libre para organizarnos en la ciudad después del éxito de la misión, los chicos al igual que yo están organizando los lugares que serán nuestro hogar a partir de ahora.

Enciendo mi estéreo y empiezo a cantar new rules de Dualipa, mientras organizo mi nuevo apartamento.

🎶One, don't pick up the phone
You know he's only calling 'cause he's drunk and alone
Two, don't let him in
You'll have to kick him out again
Three, don't be his friend
You know you're gonna wake up in his bed in the mornin'
And if you're under him
You ain't gettin' over him🎶

Papá me consiguió el apartamento en el centro de la ciudad, es un piso exclusivamente para mi con una impresionante vista al fiordo a lo largo del muelle.

Viviré a partir de ahora en Aker Brygge, uno de los barrios más caros de Oslo, pero no es ni de cerca el más caro, aún así, me gusta mucho el lugar.

De hecho, le pedí a mi padre que me consiguiera un apartamento en una zona pintoresca y no muy exclusiva para poder apreciar la cultura local. Sin embargo, papá es papá y aunque no me hizo vivir en zona de lujos, sigo viviendo en una buena zona.

Tengo entendido que Paula y Hector vivirán cerca de aquí a unas manzanas de distancia, Rosse y Beck vivirán un poco más al este, pero tampoco tan lejos de mi, ahí los barrios son más calmados según me comentó Rosse.

Pensando en mis padres, recibo una videollamada de ellos.

—¡Hola, mi pequeña lucecita!—saluda mi padre—¿Te ha gustado el apartamento?

Ya no soy una niña y sigue llamando así. Dice que soy su luz.

—Si papá, me ha encantado el lugar y la zona es muy animada. Es precioso.

—Le dije a tu madre que te encantaría, pero ya sabes como es, no estaba tan convencida.

—No es cierto amor—dice mamá. —Sólo que no es un lugar para gente como nosotros, y mucho menos para ti mi amor, que mereces lo mejor.

Mamá, sigue siendo mamá.

—Mamá, me gusta mucho—protesto sonrojada por el esfuerzo de acomodar los muebles, mis padres se hicieron cargo de amueblar todo, sin embargo, quiero mover todo a mi gusto.

No sé cómo lo hacen si están del otro lado del mundo. El dinero mueve el mundo, suele comentar mi hermosa madre. La quiero, pero a veces, no hay nadie que se la aguante por lo intensa que es.

—¿Qué es esa monstruosidad que tienes en la cabeza, amor?—cuestiona mi madre ceñuda y suelo una carcajada.

—Se llama «pañoleta» mamá, me la regaló Beck—ella se acerca a la cámara para observar más de cerca el artículo—Me recogí el cabello para limpiar—explico, solo llevo puesto un pijama de un short y un esqueleto.

—No es necesario que limpies, ya te contraté una empleada cielo—miro a mamá boquiabierta, está tan arreglada como siempre, su cabello igual que el mio lo tiene perfectamente recogido en un moño alto, lleva un pulcro traje blanco puesto que la hace lucir muy hermosa, sus ojos mieles me miran con amor. A pesar de sus 47 años, no tiene ninguna arruga en el rostro, todo gracias a años de entrenamiento en la CIFMI’S.