Frenesí

CAPÍTULO 9

Evelyn.

Al estar en la sede dirijo el entrenamiento de mi escuadrón personalmente y después de dar las cien vueltas como siempre, empiezo a trotar con ellos hasta la sala de combate, quiero que hoy puedan practicar la lucha cuerpo a cuerpo y observar su rendimiento.

—Se encuentra muy concurrido—murmura la capitana a mi lado. —Aunque la sala es grande y cabe mucha gente, el lugar está completamente saturado.

Le doy la razón dispuesta a marcharme con mi tropa, tendremos que ir a entrenar a otro lado.

Todo el comando está alborotado hoy, hay más gente de la que acostumbro a ver. En la piscina olímpica también están llevando a cabo entrenamientos con otras tropas de diferentes divisiones, así que por ello decidí venir aquí, pero…

—¿Deberíamos ir al gimnasio?—interroga Kaia acercándose a nosotras.

Estoy por responder de manera afirmativa cuando alguien habla llamando la atención de todos los presentes.

—¡Miren nada más y nada menos a quién tenemos aquí!—grita desde el ring Gaia, la hermana mayor de Kaia. —Comandante Cooper, es la primera vez que la veo en esta sala, ¿Gusta pelear conmigo?—dice lo último en son de burla y me contempla con suficiencia.

Es una estúpida, de eso no cabe duda.

—Es un reto ¿no?—le pregunto a su hermana oliendo las intenciones de la comandante.

No estoy para juegos ni para pendejadas.

—Si—responde Alexis en su lugar, viene hacía mi lado acompañado de Dimitri, Kenji, Eloise y mis amigos.

No me da buena espina está situación.

—Gaia es una demente, no le prestes atención, ignórala—repone con desdén Kenji.

—Lo siento, mi hermana esperaba que la reubicaran en el escuadrón alpha y se encuentra enojada contigo por eso—se disculpa Kaia por la hermana.

Lo supuse, desde que me nombraron comandante de la división alpha ella ha sido insoportable conmigo.

—No tienes porque disculparte, tú no has hecho nada—suspiro frustrada, no puede tener un solo momento de paz.

—¿Qué pasa, comandante Cooper?, es una super agente, acaso ¡¿tiene miedo de subir al ring?!—clama la chica tatuada avivando las llamas, los soldados empiezan a gritar y hacer apuestas.

Dios santo, así no imaginé mi viernes.

Definitivamente es un show del cual no quiero ser parte, estás payasadas son normales en la academia, sin embargo, somos soldados profesionales, la Bennett se comporta muy infantil e incentiva a los demás a hacer lo mismo.

—¡¿Cómo osas hablar así de tu superior?!—Se enoja Rosse. —Eres una teniente muy insolente—Sus ojos grises fulminan a Elizabeth.

—Es una práctica, no veo nada de malo que las comandantes se enfrenten—le responde Adelle a Rosse con insolencia.

Hughes la vez pasada estaba más centrada que ahora, parece ser que tiene un desacuerdo a gran escala con la pelinegra, puesto que le lanza púas con los ojos y la observa constantemente con desagrado.

«En este maldito lugar no hay nadie cuerdo».

—¡¿O tienes miedo Cooper?!—Sigue con la puya Gaia.

Tengo ganas de arrancarle la cabeza, lo que menos quería era tener enemistad en mi nuevo lugar de trabajo, sin embargo, la gente no colabora y las circunstancias requieren que tome medidas personalmente.