Frenesí

CAPÍTULO 18

Gaia.

Por fin estamos en Riad.

Al ser una chica genio de la informática mi área de trabajo es de mucha técnica, no obstante, también disfruto las misiones en campo abierto cuando no tengo que quedarme detrás de una pantalla dirigiendo o hackeando sistemas.

Así qué, haber sido escogida para la operación, es reconfortante.

Hemos llegado a Riad después de un día completo de transformación e instalación del sistema operativo; las cámaras y los micrófonos. Mi cabello originalmente negro y corto, lo cambié a uno chocolate largo.

Me veo sumamente hermosa.

Amaría que Gabriel me viera así, de seguro me follaría inmediatamente, sin embargo, no estaba en la sede en ese momento y cuando llegó por la tarde a una reunión con el general Bellamy se notaba malhumorado con un genio de los mil demonios, por eso no lo molesté, lo conozco, en esas condiciones no razona, no piensa y no analiza sus actos y como resultado termina desquitandose con cualquiera.

No querría ser el chivo expiatorio que use para aliviar su mal temperamento.

Respiro hondo, el grupo asignado a mi está conformado por las capitanas de los supar, en cuanto arribamos en Arabia Saudita ordené dividirnos para infiltrarnos por separado en el burdel.

El general decidió que nosotras debíamos mostrar la habilidad necesarias para infiltrarnos sin la ayuda de la sede, en caso de ser “unas incompetentes” nos ganaríamos unas largas vacaciones «sus palabras, no mías». Conozco su sarcasmo, así que debemos demostrar que somos capaces de realizar a la perfección todas las tareas que disponga.

La puta de Rosse se infiltró apenas llegamos, ella y Paula entraron como nuevas trabajadores inmediatamente, son buenas. Debo hacer lo propio para no dejar que las capitanas ganen ventajas ni méritos, no voy a dejar que me opaquen.

No debo subestimar a la capitana de Cooper, por algo es de la unidad alpha.

En la milicia no se subestima a nadie, mucho menos a los enemigos.

—Creo que debemos acercarnos al burdel y pedir asilo—comenta Adelle. —Muchas chicas diariamente van allí por trabajo, eso fue lo que hicieron las perras.

No quería hacer lo mismo que ellas, empero, es la mejor solución por el momento debido a que el tiempo se agota.

Asiento, tiene razón. —Debemos parecer pobres extranjeras que quedaron atrapadas en este país desértico de porquería.

Hace mucho calor y detesto el clima cálido. De todos los lugares, la Orden decidió reunirse aquí.

—Debemos hacerlo rápido, pronto el general pedirá informes de nuestros avances y ya sabes como se coloca cuando los soldados no demuestran potencial y valor.

Lo sé, lo sé, diablos lo sé, odio este lugar de los mil demonios.

—Tiene razón, debemos ir rápido—no quiero que mi Gabriel se enoje conmigo, debo ser capaz y revelar mi superioridad.

Me dieron la oportunidad a mi en vez de a la zorra de Cooper, así qué, es mi momento de brillar y demostrar quien es la mejor comandante de la sede, aplastaré a Collins y a Cooper afianzando mi gran capacidad.

—De acuerdo, andando.

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Después de horas de camino llegando al lugar y tal como lo dijo Adelle, el burdel a pesar de ser de día, estaba atestado de gente, entre ellas varias chicas de todas las edades posibles buscando una oportunidad de trabajo en este maldito sitio tanto de bailarinas como de prostitutas, lo que fuera con tal de salir adelante y prosperar.