Sombras y Luz

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𝐋𝐔𝐓𝐇𝐄𝐑'𝐒 𝐇𝐎𝐔𝐒𝐄
𝟒:𝟐𝟏𝐩𝐦

Luther estaba en casa bebiendo una taza de café mientras pensaba las cosas, hasta que sintió el zumbido de su teléfono en el bolsillo. Lo sacó con dedos torpes y vio el nombre de Michael en la pantalla. Su corazón se aceleró, con ansiedad. Michael era uno de los pocos amigos con los que aún mantenía contacto, aunque la relación había estado tensa desde la noche de la fiesta.

—¿Aló? —respondió Luther, intentando sonar más sobrio de lo que realmente estaba.

—Luther, soy yo, Michael —dijo la voz del otro lado, con preocupación—. ¿Tienes tiempo para hablar? Necesitamos vernos.

Luther dudó por un segundo, sabiendo que algo serio venía, pero asintió para sí mismo.

—Sí, claro. Dime dónde y allí estaré.

Michael le dio la dirección de una cafetería cercana, y Luther comenzó a caminar en esa dirección, aún  con el alcohol en su sistema.

𝐆𝐄𝐎𝐑𝐆E'S 𝐂𝐀𝐅𝐄𝐓𝐄𝐑𝐈𝐀

𝟓:𝟒𝟎𝐩𝐦

Cuando Luther llegó, Michael ya estaba allí, sentado en una de las mesas del fondo, con una taza de café. Levantó la vista al ver entrar a Luther y lo saludó con un gesto suave. Sin decir palabra, Luther se dejó caer en la silla frente a él, agradeciendo la calidez del lugar después del frío camino que tuvo que recorrer.

Ninguno de los dos dijo nada. El silencio era incómodo, pero Michael no presionó. Sabía que Luther necesitaba tiempo para tranquilizarse, y le dio ese espacio.

Luther rompió el silencio.

—Gracias por llamarme —dijo con la voz ronca—. La verdad, necesitaba... desconectar un poco.

Michael asintió, sorbiendo su café lentamente antes de hablar.

—Lo sé, hermano. Y por eso quería hablar contigo. Hay algo de lo que hemos evitado hablar por demasiado tiempo.

Luther lo miró, sus ojos mostrando una mezcla de curiosidad y cansancio.

—¿Sobre qué quieres hablar?

Michael tomó aire, como si se preparara para lo que vendría.

—Sobre Martin —dijo, con una calma que ocultaba la tormenta detrás de sus palabras—. No ha querido decirnos lo que realmente le hizo a Sarah en esa maldita fiesta. Sabes que he intentado sacarle algo, pero siempre evade el tema o se pone a la defensiva. No puedo seguir así.

Luther sintió un nudo formarse en su estómago. El solo nombre de Martin provocaba en él una mezcla de rabia y frustración. Apretó los puños sobre la mesa, tratando de contenerse.

—Es un cobarde —dijo Luther con amargura—. Si no va a hablar, Sarah debería denunciarlo. Que se haga justicia. No puede salirse con la suya, no después de lo que le hizo.

Michael, que hasta ese momento había mantenido la calma, frunció el ceño y negó con la cabeza.

—Es mi amigo, Luther —dijo en voz baja, casi como si se estuviera convenciendo a sí mismo—. No puedo simplemente... entregarlo. No sin saber exactamente qué pasó. No quiero que algo tan grande destruya su vida.
¿O no recuerdas nuestras viejas aventuras? Debemos ser buenos amigos, Luth.

Luther lo miró con incredulidad. No podía creer lo que estaba escuchando.

—¿Su vida? —repitió, sus palabras llenas de indignación—. ¿Y qué hay de la vida de Sarah? ¿Qué crees que está pasando con ella ahora mismo? Está destrozada, Michael. No puede ni mirarse al espejo sin revivir ese momento. Martin no es tu amigo si le hizo eso a ella, ni mucho menos si no tiene el valor de admitir lo que hizo.

ೄྀ¡ƳO ᎯᏬ𐒐 ᎿᏋ Ꭿ𐒄𐒀!ღDonde viven las historias. Descúbrelo ahora