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Confrontación

🌆...

El jardín.. Ese jardín que era vasto en árboles y más plantas era.. Misterioso, principalmente por sus colores siempre apagados y la tiniebla tan pesada que habitaba todo el lugar.

Una mesa grande de madera estaba posada en uno lindo camping, sillas decoradas y adornadas, paredes con listones, pilares grandes; Era pacífico pero algo inquietante.
Sarah estaba sentada en una de esas sillas, jugaba con su cabello de manera algo nerviosa pero se veía serena, por su parte Atem y Del, como unos padres preocupados por su pequeña hija, consultaban con ella su decisión.

—¿Por qué te atormentas, Sarah?— Dijo Atem, tomando un sorbito de té. —¿No es más fácil dejarlo ir? Dejar de hablarle a esos hipócritas.

—Pero eso no es cierto. — Refutó Del, intentado llevarle la contraria al otro ser. —El dolor que sientes es válido. Tienes que enfrentar lo que ha pasado. Negarlo solo te hará más daño

—No vale la pena. La vida es más fácil si simplemente olvidas. No puedes confiar en ellos.

—Pero también tienes que hacer lo correcto. Martin necesita enfrentar las consecuencias de sus acciones. ¿Estás dispuesta a seguir callando por su culpa?

Sarah se sintió atrapada entre las palabras de ambos. Los ojos de Atem eran fríos, como el hielo que corría por sus venas, mientras que los de Del brillaban con una luz cálida y esperanzadora.
Esto la estaba empezando a cansar.

—No sé qué hacer. —Sarah suspiró profundamente. — Todos me han fallado. Pero, ¿y si ellos también están sufriendo?

—Eso no es tu problema. Ellos hicieron su elección. Ahora es tu turno de protegerte. —

—Pero también debes hacer lo correcto, Sarah.
No puedes simplemente hacerl- ¡ATEM PUTA MADRE TE COMISTE MI GALLETA!

—Oigan, los dos.. Ya bast-

¿¡ . . . !?

Un ruido la sacó de su ensueño. La puerta de la habitación se abrió y la enfermera entró.

—Visita para usted.

Sarah sintió que el corazón le latía con fuerza. La tensión comenzó a inundar la habitación. No estaba lista para ver a Martin, pero tampoco podía evitarlo.

Cuando entraron, Michael sonrió con nerviosismo, pero la mirada de Martin era seria, casi desafiante. Sarah intentó mantener una expresión neutral, pero la incomodidad era palpable. Se sentó erguida, con un deseo de protegerse.

—¡Hola Sarah! ¿Te sientes mejor?

—Como siempre.

Martin se inclinó hacia adelante, como si quisiera acercarse más, pero Sarah se echó atrás involuntariamente.

—¿Puedo hablar contigo a solas, Sarah.. ? —Dijo Martin, la pregunta tensó más el ambiente. —

—No sé si eso sea buena idea, Martin. —Exclamó Michael, claramente incómodo.

—No tenemos nada que hablar, Martin.

—Por favor, solo un momento. Necesito explicarte lo que pasó.

—La cagaste, no tienes que defender lo indefendible.

—Mi vida se está yendo a la mierda.. ¿Ok? Muchas personas me han señalado por estar en este puto problema, no sabes lo mal que lo estoy pasando.

—Tu no estás pasando ni la mitad de lo que está pasando Luther. — Sarah alzó la vista por fin, aunque trataba de evitar mirarle los ojos ahora lo hizo, estaba indignada.

—Sarah, si no te sientes cómoda, no tienes que hacerlo. No tienes que escucharlo. —Michael empujaba a Martin suavemente, intentando bajar los humos.

Sarah sentía la necesidad de defenderse, de hacer valer su voz. En su interior, las palabras de Del resonaban, impulsándola a ser valiente.

—No estaba en mis cabales esa noche. Estoy tratando de asumir la responsabilidad, pero no puedo hacerlo si me mantienes a distancia.—Martin se vió algo irritado, realmente quería cambiar las cosas y limpiar su imagen.

—Asumir la responsabilidad no significa que puedas hacerme sentir culpable. Lo que hiciste fue inexcusable.

El silencio se volvió ensordecedor. Michael observaba, preocupado.

—Di lo que sientes.. —El susurro de Del sonó en el interior de Sarah. —

Con la voz entrecortada, Sarah se armó de valor.

—No me importa tu explicación. Lo que hiciste me hirió. Y no sé si alguna vez podré perdonarte. ¿Por qué debería sentir lástima por ti?

Martin se quedó callado, mostró una expresión de vulnerabilidad.

—Sarah, fue un accidente, lo lamento ¿Ok?.. Yo puedo cambiar como cualquier ser hum-

—¿Cambiar? ¡Ja! ¡Eso es una broma! Después de lo que hiciste, ¿crees que tus palabras significan algo? A mí no me engañas. No me trates de manipular con tus promesas vacías. ¡Estoy cansada de tu mierda!..

La furia de Sarah era evidente. Michael intentó intervenir, pero ella levantó la mano, dejando en claro que no necesitaba su ayuda. La rabia ardía en su interior.

—Sarah, tú no tienes que cargar con esto sola, estamos aquí para apoyarte, solo debes relajarte. —Michael intentó calmar la situación. —

—No necesito que me apoyes en defender a alguien que me traicionó, Michael. ¡Siempre estás justificándolo, siempre estás de su lado! ¿Por qué no puedes ver lo que él es realmente?

—No es que lo defienda, es que… es complicado.

—¿Complicado? ¿Y qué hay de mí? ¿Acaso no es complicado que alguien a quien consideré un amigo me haya hecho esto? ¿Y tú vienes aquí a tratar de hacerme sentir culpable por cómo me siento? ¡Esto no es sobre ti!

Cada palabra era cortante como un cuchillo. Martin parecía agacharse bajo el peso de su propia culpa, mientras Michael se removía incómodo.

—Solo quiero que entiendas que no era yo esa noche. No soy esa persona.

—Y sin embargo, eres el mismo tipo que me hirió. No necesito tus excusas, y no me interesa tu pena. ¿Crees que tienes derecho a acercarte a mí después de lo que hiciste? ¡Te vas a arrepentir de haberme cruzado, porque no soy la misma de antes!

—Agradece que nos estamos disculpando.

—Deberían disculparse con Luther porque ni una mierda recibirán de mi.

—Sarah, es suficiente. —Dijo Michael algo serio, ya estaba cansado y quería que esto parara.

—No, Michael. Escucha. Estoy cansada de sus mentiras y de tu necesidad de protegerlo. Lo que me hizo fue horrible, y no pienso quedarme callada. Voy a hacer lo que sea necesario para que enfrente las consecuencias.

Los ojos de Martin se agrandaron al escuchar su resolución, y por primera vez, el miedo era evidente en su rostro, se había aterrado.

—No puedes hacer eso…

—¿No puedo? Tal vez deberías haber pensado en eso antes de hacer lo que hiciste. No me vas a callar más. Este es mi momento, y voy a tomar el control.

—...

—Ahora largo, llamaré a la policía si sigo viendo sus culos jodiendo mi vida.