ೄྀ¡ƳO ᎯᏬ𐒐 ᎿᏋ Ꭿ𐒄𐒀!ღ

Fría Distancia

𝙼𝚒 𝚌𝚊𝚋𝚎𝚣𝚊 𝚍𝚊 𝚟𝚞𝚎𝚕𝚝𝚊𝚜.

Sarah no podía dejar de pensar en lo que había ocurrido. Desde su discusión con Luther y el enfrentamiento con Roselia, había decidido mantenerse alejada. Evitaba responder a los mensajes de Luther y lo ignoraba cada vez que se cruzaban en la calle. Aunque quería convencerse de que era lo mejor, cada vez que lo veía, sentía un nudo en la garganta. Sus sentimientos eran un torbellino de dolor, rabia e incertidumbre.

Esa tarde, Sarah se encontraba en la casa de Lilly. Estaban en su habitación, y mientras Lilly revisaba unas revistas, Sarah miraba su teléfono, viendo una notificación de Luther, dudando si leerla o no.

—Dios.

—¿Y? ¿Todavía te escribe? —preguntó Lilly al ver la expresión de su hermana.

Sarah asintió con desgano, dejando el teléfono a un lado. —Sigue intentando hablar conmigo. Dice que quiere explicarme las cosas... pero no sé, Lilly. No sé si debería escucharlo.

—Sarah, es obvio que todavía te importa. —Lilly se acercó y le puso una mano en el hombro—. Pero si no te sientes lista para acercarte esta bien.

Sarah suspiró, sintiendo el peso de la situación aplastarla. —No sé si es solo por Luther o si es por esa Roselia. La forma en la que se miraban... no parecía que fueran solo amigos.

—Mira, si Luther realmente te ama, como dices tú, no va a dejar que otra chica se interponga. Dale un poco de tiempo, pero si al final no es sincero, entonces quizás es mejor que sigas adelante.

—Él dijo que me amaba, yo creo que.. También lo amo, quiero acercarme a él.

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Del: Él también, pero ambos tienen un ego estúpido y un drama ¡Ya cojan!

Atem: No No, ¡que no lo perdone, que se vaya a la poronga con su nueva perra!

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Por otro lado, Luther estaba sentado en un banco del parque, con la cabeza baja y las manos en los bolsillos. A su lado, su amigo Matthew trataba de sacarlo de ese estado de abatimiento.

—¿Otra vez pensando en ella? —preguntó Matthew, lanzándole una mirada preocupada.

Luther levantó la cabeza con un suspiro. —No sé cómo arreglar esto, Matthew. Cada vez que intento hablar con ella, se aleja. Y cada vez que intento olvidarla, simplemente... no puedo. No después de todo lo que ha pasado entre nosotros.

—Bueno, ¿y Roselia? Parece que han estado pasando tiempo juntos últimamente.

—Roselia es solo una amiga —respondió Luther rápidamente, frunciendo el ceño—. Me ha estado apoyando, eso es todo. Pero... Sarah no lo entiende, y no sé cómo hacerle ver la verdad.

Matthew lo miró con severidad. —Entonces, haz algo, Luther. No puedes quedarte sentado esperando que ella lea tu mente. Si realmente quieres que Sarah sepa lo que sientes, debes demostrárselo, aunque te dé miedo.

Luther asintió, pero tenía miedo. Había algo que lo frenaba cada vez que estaba a punto de hablar con Sarah. Sentía que si abría la boca y confesaba sus sentimientos, ella lo rechazaría y se iría para siempre.

—¡Luth~! —Sonó a lo lejitos, Roselia llegó y abrazó a Luther con fuerza, el cual solo pudo corresponder amablemente— ¿Donde estabas, mi Luther? No avisaste.

—Solo quise darme un tiempo libre. —Se le notaba incómodo, quería darse a respetar el espacio que Roselia le estaba quitando.

—Yo me voy. — Dijo un decepcionado Matthew, abandonado el lugar sintiéndose invadido por la intensidad de la mujer.

—Ah si, by-. — Roselia no le permitió a Luther despedirse, cubriendo su boca y tratando de llamar su atención nuevamente.
—Vamos a dar un paseo, te ves mal.