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Hora de alzar la voz

Me duele la cabeza.
¿Y si Lilly tiene razón?
Si amo a Luther y él me ama a mi..
¿Que mierda nos impide?
¿Por que soy tan terca?
Debo dejar de ocultarme
Aceptar mis sentimientos
Y..
Hablarle.
Yo deb-

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido vibrante del celular.
S

arah había intentado enterrar lo sucedido aquella noche, intentando que el dolor y la rabia desaparecieran con el tiempo. Pero en el fondo sabía que ocultarlo no le haría justicia. Era momento de enfrentar a Martín y de defenderse, no solo por ella misma, sino también por cualquier otra persona que pudiera estar en peligro con él cerca.

Tomó el teléfono y miró el nombre de "Madre 💗" así que no dudó mucho en contestar.

—¿Si?

—Hija, ya estoy en la estación de policía, te estamos esperando, hoy es la denuncia.

— . . .

—¿Sarah?

—Voy en camino.

Después de unas horas, Sarah llegó a la estación de policía, acompañada por su madre. Sarah no había contado a casi nadie sobre que haría esa denuncia ese día, solo a su madre y a Lilly, misma que había hecho una llamada..  Un tanto especial.

Justo cuando iban a entrar una moto se detuvo frente a ellas, el hombre que la conducía se quitó el casco, dejando a Sarah sin palabras: Era Luther.

—Hola Sarah, hola señora.
Disculpen la tardanza, solo que.. Tuve unos incidentes, en el trabajo no me querían dejar salir. —

Los ojos de Sarah soltaron un brillo en cuanto vieron al sujeto, no sabía que decir.
Había quedado petrificada, ella no le había dicho nada.. ¿Cómo él se habría enterado? Y lo más importante.. ¿Se dió el tiempo de venir?

—Tu no deberías estar aquí, ¿viniste a molestar a Sarah? ¿No te pareció suficiente? — Reclamó la madre de Sarah, intentó entrar pero Sarah la detuvó.

—¿Como supiste que vendría hoy? —Preguntó Sarah de manera seca, intentando ser cortante a toda costa.

—Lilly me dijo que harían la denuncia hoy, como buen amigo.. Quise venir a dar mi testimonio. —Luther se rascó con cierta pena su cuello y luego miró a Sarah. — ¿Te molesta? Puedo irme si quieres. —

—No, quédate... Entre más mejor.

Ya dentro de la estación, el ambiente se sentía tenso. Sarah, su madre y Luther esperaron hasta que un oficial los llamó para tomar la declaración. Sarah respiró hondo antes de hablar. Era momento de enfrentar todo lo que había intentado reprimir.

—Quiero presentar una denuncia formal contra Martín García por agresión —dijo Sarah con firmeza, mirándolo directamente a los ojos al oficial.

El policía asintió y empezó a tomar notas. —¿Puedes contarme exactamente lo que sucedió?

Sarah se tomó un segundo para organizar sus pensamientos. Había repasado este momento en su mente muchas veces, pero ahora que estaba aquí, las palabras parecían atrapadas en su garganta. Miró de reojo a Luther, quien le devolvió una mirada de apoyo, como si le dijera que no estaba sola en esto.

—Fue en una fiesta. Al principio, todo iba bien... hasta que Martín se acercó a mí —comenzó Sarah, tratando de mantener la voz firme—. Intenté alejarme de él, pero él...  Me violentó con una botella de vidrio, estuve en la clínica varias semanas y estuve al borde de la muerte. Fue violento.

El oficial asentía mientras tomaba nota. —¿Tienes alguna prueba o testigos que puedan confirmar lo que estás diciendo?

—Sí. Mi amigo Michael y Luther fueron testigos y también vieron cómo me lastimó. Además, Luther estaba ahí y vio el estado en el que me encontraba después, me llevó a urgencias.

Luther se inclinó hacia adelante, interrumpió a Sarah, la cual solo se le quedó mirando, se sentía atraída por su creciente preocupación. —Yo también quiero declarar. Vi cómo estaba Sarah esa noche, cayó al suelo y se estaba desangrando.

Después de dar su testimonio, el oficial explicó que investigarían la denuncia y citarían a Martín para un interrogatorio. Al terminar, Sarah sintió un extraño alivio; aunque aún quedaba un largo camino, había dado el primer paso.

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Al salir de la estación

Sarah, su madre y Luther salieron juntos de la estación. La tensión que había sentido al entrar se había vuelto esperanza.

—Gracias por estar aquí. —dijo Sarah finalmente, mirándolo a los ojos. Era la primera vez que le mostraba gratitud desde que habían tenido sus problemas.

Luther se encogió de hombros, intentando restarle importancia. —Sabía que esto era importante para ti. Y, bueno, también quiero que Martín reciba lo que merece.

La madre de Sarah, aunque aún desconfiada de Luther, le dio una pequeña sonrisa. —Gracias, Luther. No me esperaba que estuvieras aquí hoy.

Luther asintió. —Lo importante es que Sarah esté bien. Eso es todo lo que me importa.

Sarah sintió un nudo en la garganta. Entre todo lo que había pasado, quizás el único que realmente entendía por lo que había pasado era Luther.

—Yo debo irme al trabajo.. Ehm.. Ya no las vuelvo a molesta-

—¿Puedes llamarme en la noche? Necesito aclarar algunas cosas, contigo. —Dijo Sarah sin dejarlo terminar, ella claramente buscaba la atención del joven.

—Ahm.. Claro, te llamaré apenas llegue a casa. — Luther sin nada más que decir se subió a su moto y se fue por la misma ruta en la que vino, Sarah solamente se quedó mirando, una pequeña sonrisa salía de ella inconscientemente mientras miraba.

—¿Que tanto miras, mija? —Preguntó su madre.

—Solo.. A alguien que en verdad quiere arrepentirse.

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Del: Gané la apuesta, te dije que se iba a arreglar todo.

Atem: La puta madre.

Del: Te toca pagar.

Atem: La historia aún no se ha acabado.

Del:Ya se va a acabar, ni que el autor tuviera una calidad como la de _Moxxie03_ para seguir esta historia de mierda.

Atem: No rompas la cuarta pared, zorra.

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