Capítulo 4

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"Fuiste, eres y siempre serás mi bonita casualidad"

-Acción Poética   


Capítulo 4

Austin y Asher

Siempre me preguntaba qué tan injusta podía ser la vida. Por qué a las personas buenas siempre les pasa lo malo, no lo entendía y nunca lo iba hacer. Hoy era veinticinco de agosto. Hoy se cumplía once años de la muerte de mis padres.

No había visitado sus tumbas desde que me fui, era una cobarde y lo sabía. No tenia la suficiente fuerza para ir y pararme allí y ver sus nombres en las lapidas. Sabia que en algún momento tendría que ir e iba hacerlo hoy. Tenía que hacerlo.

Enfrentar tus miedos es un proceso, pero cuando lo enfrentas sabes que venciste la batalla, todo curso, todo dolor, cada herida tienen su proceso de sanación, unas tardan en sanar más que otras, pero siempre sanan, aunque la cicatriz quede, solo será el recuerdo de un mal momento.

Sé que ha pasado muchos años desde eso, pero nunca fui capaz de afrontarlo, nunca tuve la valentía de hablar con nadie sobre lo que paso esa noche y mucho menos de los secretos que descubrió papá. Secretos que lo llevaron a la muerte.

El mayor miedo que tenia que afrontar al regresar acá, era que me reconocieran porque actualmente soy una copia de mi madre. Ella y yo compartíamos tanto, el color de ojos, la forma de labios, las sonrisas, los gestos, había pequeñas cosas que nos distinguían, pero sabía que me reconocerían.

Tener el pelo negro me opacaba un poco y mis ojos tapados por unas lentillas, así todo era más fácil de afrontar. Si alguien sabía que nosotros seguíamos vivos iba hacer desastroso, porque para todos, ese día esa familia murió y con ellos se llevaron los secretos a sus tumbas.

Llame a un taxi para que me llevara al cementerio Notre-Dame-des-Neiges, ahí estaban enterrados mis padres, le dije a Sian y a la abuela que iría a comprar unas cosas; ninguno me creyó.

No tenían como contactarme, mi celular y mis cosas estaban en el auto de Jake y no sé nada de él. Lo único que me he enterado es que lo han visto con una chica y que van a tener una firma de autógrafos muy pronto, podría ir, pero sentía que no debía acercarme.

Porque sabía que nos volveríamos a ver.

El taxi había llegado y me fui, el día estaba lluvioso y nublado. Cómo si supiera que hoy eran un día triste. Cómo si sintiera mi dolor. El camino se me hizo eterno, pero no era muy lejos, quedaba a veinte minutos de casa, podía haber ido caminando, pero sabía que regresaría y me acobardaría en medio camino.

El conductor me informo que llagamos, le pagué y salí del auto. Mis piernas flaquearon y me impidieron moverme. Mi cuerpo no reacciono, pero tenía que hacerlo, tenía que verlos.

Camine muy despacio, algunas lapidas tenían hojas marchitas y otras tenían flores frescas, una que otra persona pasaba, pero no me tomaban importancia. De lejos vi las dos lapidas, había flores frescas y sabía que era Sian que las había traído.

Había un ramo de girasoles; la flor favorita de mamá.

Me acerqué lo más despacio que pude. Quería el tiempo fuera flemático, mis piernas se detuvieron y vi sus nombres:

Elena Grace Bonneville

"Aunque ya no estés con nosotros, siempre estarás en nuestros recuerdos"

Un desastre temporal (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora