"Hace falta toda una vida para aprender a vivir"
-Séneca
Capítulo 11
El dolor de una perdida
Nunca sabes cuánto significo una persona para ti hasta el momento en el que se va. El dolor de la pérdida de un ser querido te marca de manera permanente y más cuando era la única persona que te queda de apoyo.
Mi abuela había muerto hace dos semanas, no tenía las fuerzas suficientes para levantarme de la cama. Ver el cuerpo inerte mato algo de mí. La había perdido y no estuve ahí.
Estaba bajo calmantes para no hacerme daño y estar tranquila, desde que me entere de su perdida y tuve un ataque de ansiedad tan fuerte que me desmaye. Me habían llevado por emergencias al hospital me dieron calmantes y había pasado el mayor tiempo sedada.
La comida me daba asco, mis ojos hinchados de tanto llorar y las ojeras cada vez más visibles.
Mi cuerpo se sentía exhausto.
Volví a leer la carta que la abuela había dejado, no podía leer sin llorar en el proceso.
Escribo esto porque sé que me queda poco tiempo, no puedo arruinarte el momento por esta estúpida anciana. No pude despedirme de ti como te lo mereces, mi niña, pero no importa, yo ahora no importo ya.
Importa tu felicidad porque quiero que seas feliz, cariño, prométeme que vas a ser feliz, lucha por lo que quieras y dile la verdad a ese chico. Él merece saber que sigues aquí, esa parte que te llevaste de él en el momento que te fuiste, regrésasela y sana la parte que él tiene rota.
Tal vez ahora no lo notes, pero tarde o temprano lo vas a saber; sé que mi tiempo es corto y sé que hice lo correcto en alegarlos de aquí, aunque eso te costó tu felicidad. Sé todo lo que viviste allá y no sabes cómo me duele no haber podido hacer nada, pero ahora sé que vas a estar bien porque se volvieron a encontrar, pero necesitas sanar para poder amar. Una persona rota no puede amar sin que allá dolor de por miedo porque esa es la única manera en la que conoce el amor.
No te preocupes por mí, cariño, yo voy a estar bien. No quiero que sufras. No quiero que te estanques por mi perdida.
Sigue tu vida y vive la vida que te arrebataron.
En mi cuarto hay una foto colgada de tu abuelo y yo, detrás de ese cuadro hay una caja fuerte. En la caja vas a encontrar la verdad del accidente, la contraseña es tu cumpleaños.
Las lágrimas nublaban mi vista, los sollozos que salían de mi garganta eran horribles. Abracé mis piernas y me sumí en el silencio de ellas.
Y, aunque doliera tenía que seguir porque ella así lo quería. Mi abuela quería que yo fuera feliz a pesar de todo.
Pero no iba a ser fácil, había un proceso para llegar al final de la cima. Sin importar cuantas piedras haya o cuan encrespado este el pino hay que luchar porque toda lucha tiene una recompensa.
-Tienes que salir, Leah -la voz de mi hermano me sobresalto, limpie mis lágrimas y lo regrese a ver.
-No tengo ganas.
-Sabes que no puedes estarlos evitando todo el tiempo -se cruzó de brazos y se apoyó en la pared para mirarme fijamente -. No tengo excusas para cada día y quieras o no Alice va a venir hoy.
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Un desastre temporal (Borrador)
Novela JuvenilApenas y lo conozco. No sé casi nada de él. Sé que es el vocalista y que toca la guitarra. Está en una de las bandas más famosas del momento. Sé que me salvo una noche y desde ese día nuestros encuentros son inevitables. Sé que estar cerca de él es...