XXXII

18 3 0
                                    

Lunes. Iba a tener que hablar con Andy pero no lo haría hasta que él fuera el primero en preguntar, todavía tenía una pequeña esperanza de que no haya sido como yo lo vi, espero que no haya escuchado nada y que todo siga como hasta ahora. Y si sí escuchó cómo me referí a Tom, pues más le valdrá estar de acuerdo y no opinar nada feo al respecto, porque entonces sí verá de lo que soy capaz si empieza a hablar de nosotros. Sinceramente sí espero que nos apoye. Por otro lado, ni siquiera sé cómo hablar del tema, creo que no puedo decirle algo como, «Sí Andy, ayer escuchaste bien, Tom es mi hermano gemelo y también mi novio». No, definitivamente no podré decírselo así sólo con llegar. Así que esperaré.

—Hola, Bill. —Andy me saluda al llegar al salón de clases como si nada hubiera pasado.

—Hola —contesto confundido.

—Mira, grabé en un audio las notas que saqué apenas ayer.

Me da su celular y reproduce la grabación.

—¿En serio? —digo sorprendido, y es que me encanta.

—Sí, ¿qué te parece?

—¿Que qué me parece? —Casi grito y todos han vuelto a verme—. ¡Se escucha genial, me encanta! En serio tienes talento.

—Algo me inspiró, pero gracias.

—¿Algo? ¿Como qué? —pregunto sonriendo, de verdad me han encantado las notas que ha compuesto.

—Algo que dijiste ayer, me parece más que amor, no sé, es increíble que tú y... ¿Qué tienes?

Me doy cuenta entonces que he bajado la mirada un tanto nervioso.

—Nada, es que... Gracias Andy pero, eres la primera persona que lo sabe. Bueno, Tom se lo contó a su amigo.

—¿Georg?

—Sí, ¿lo conoces?

—No mucho, siempre ha sido muy amable conmigo. Y bueno, no te preocupes, yo no diré nada si no quieres, pero hablo muy en serio cuando digo que se me hace increíble, no sabía si gritar de sorpresa o de emoción pura.

Río un poco y le doy un abrazo sincero de gratitud.

—Muchas gracias, Andy. No sabes cuánto hemos estado luchando contra esto, y no es posible dejar de sentir todo esto.

—No tienes por qué, de verdad me alegra, obviamente deduje que la canción es para él. —Asiento dirigiendo la mirada a mi pupitre—. Entonces, ¿cuánto llevan juntos?

—Realmente no lo sé, desde que llegué aquí, una semana después. No tiendo a contar semanas o meses en mis relaciones y con él pasa algo muy extraño, pierdo la noción del tiempo.

—Perfecta respuesta y qué tierno. Bueno ya. Disculpa, soy muy cursi como te das cuenta —dice sonriendo.

—¿Y tus papás lo saben?

—Mi mamá está de viaje pero no, no se ha dado cuenta, lo dejaremos hasta que lo haga y mi padre, bueno tenemos padrastro, no es como que se entere de alguna forma, no vive con nosotros, se enterará cuando lo haga mamá.

—Claro, ya entiendo.

El profesor entra y continuamos con las clases, en verdad no me esperaba esa reacción de parte de Andy y mucho menos que me lo dijera a partir de cómo me lo hizo saber, con la canción, ya quiero escucharla completa, son las primeras notas y ya me encanta. Andy es genial, y lo mejor de todo, creo que ya puedo decir que es mi mejor amigo.

Salimos para el almuerzo y vamos a la cafetería mientras Andy me cuenta de su día a día con Zack, o cosas que hace por diversión, no quiero hacerlo pero no puedo detener a mis ojos y mis pensamientos, quienes buscan como locos a Tom, me quedo en paz cuando lo veo en una mesa con sus amigos. Sus amigos parecen estar hablando de algo muy gracioso, pues ellos ríen a carcajadas, sin embargo no veo a Georg. De un momento a otro, nuestras miradas se cruzan, entonces me giro a Andy para ponerle más atención pues, Tom podría hacer cualquier otra cosa y no podría arriesgarme en público. Y estoy en lo correcto, de pronto siento su mirada encima de mi cuerpo, giro sólo un poco y le devuelvo una sonrisa cómplice.

—Lo siento —dice Andy sin más estando en la cafetería.

—¿Qué cosa? —vuelvo a Andy.

—Lo de Zack, no pensé que lo golpeara —me hace un gesto señalándolo con un movimiento de cabeza, ya que no podemos usar las manos debido a nuestras charolas.

—No te preocupes, ya está olvidado. Como dijo Tom después de eso, se lo merecía y estoy de acuerdo con eso.

—Pero hizo sangrar a Tom. Zack no debió de reaccionar así por ningún motivo.

—Bueno, tenía una herida, sólo la abrió. Y claro que iba a reaccionar así, fuera la mejor decisión o no, eso quiere decir que te ama mucho, deberías de estar encantado.

—Es violencia, Bill. No quiero decir que Zack sea una bomba de tiempo, no ha sido agresivo conmigo en ningún momento...

—¿Ah no? —pregunto desilusionado.

—Bueno, no cuando no debe —agrega poniéndose un poco colorado de la cara. No imaginé que me entendería—, en fin. Quiero decir que no es agresivo, sé que jamás me golpearía pero, sigo pensando que no debió golpear a Tom. Después de eso hablé con él, creo que sí me entendió que ya no es así, que ahora me defiende por cualquier cosa aunque esta sea mínima.

—No te preocupes.

Con nuestras charolas llenas de comida, tomamos una mesa desocupada, empiezo a comer mi ensalada, hasta que veo a Tom acercarse.

—Hola —saluda cuando está junto a nosotros.

—Hola. —Le sonrío, viene con su amigo Georg. Sus otros amigos ya no están en la mesa de antes. Se han ido.

—Venimos a ver qué les puedo organizar para este viernes —continúa Georg sentándose frente a mí.

—Georg está aferrado a que nos puede organizar algo, pero esta vez estarás tú, no creo que sea necesario hacer algo —responde Tom sentándose a mi lado.

—Bueno, los dejo para que hablen —dice Andy levantándose con su charola en manos.

—No, Andy, quédate. Por favor —pido tomándolo de la mano.

—Puedes quedarte, Andy. Igual y nos puedes dar ideas —concluye Georg y Andy se sienta a mi otro lado.

—Ya lo sabe —le digo a ambos y Tom no parece sorprenderse, Georg sí. Un poco.

—¿Entonces? —continúa Georg volviendo al tema.

—Una fiesta... ¿En dónde? —pregunto.

—En un antro, —responde Tom —obviamente después haré una fiesta en la casa. —Me sonríe mirándome la entrepierna.

—Tom, relájate, ¿sí? —respondo dándole un leve golpe en el brazo.

—¿Te parece el antro, Bill?

—Sí, pero, ¿quiénes van a ir?

—No se trata de quién, sino de que se llene.

—Bien, siempre y cuando no vayan tus exes —miro seriamente a Tom.

—Ay Bill, en mi vida he tenido novias. Sólo han sido de una noche, a lo mucho dos. Pero sí quiero que vaya Ally si no te molesta.

—¿En serio? —pregunto sorprendido y a la vez asqueado.

—Sí, Ally es mi mejor amiga.

—No, me refiero a lo de las chicas.

—Sí, ninguna ha sido mi novia.

Me giro a la mesa y sigo comiendo tratando de sacar las dudas de mi cabeza, los regaños hacia mí mismo, y las molestas voces de mi conciencia diciéndome que no me había preocupado antes, y que no me preocupe ahora, sin embargo no puedo, ahora tengo que distraerme, ya después hablaré con él, ni siquiera usamos protección cuando lo hacemos.

In die NachtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora