XXXVI

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El viernes llegó, ayer después de lo que pasó en la Cadillac, Tom me llevó con Andy y ensayamos la canción hasta que nos dio la noche y quedó perfecta. Ayer, cuando Tom llegó por mí a casa de Andy y Zack, este último siguió viéndolo con mala cara, pero al menos esta vez lo saludó, ambos se saludaron de la mejor manera que pudieron. Ahora, en unos momentos presentaremos la canción ante los maestros. Andy y yo estamos afuera del auditorio esperando a que salga la pareja que acaba de entrar.

—¡Diablos! Estoy nervioso —digo tronando los nudillos de mis manos.

—Sí, yo también. Mis uñas lo están resintiendo —responde mostrándome dos desos de su mano derecha.

—Qué mal hábito, Andy —le reprendo.

—Estoy ansioso, maldita sea.

—Te quedó hermosa la música, se oye genial. Si no nos eligen para la presentación, de algún modo subiremos a ese escenario.

—Gracias. Pero probablemente nos bajen antes de que empieces a cantar. Por cierto, ¿cuándo la escribiste?

—Hace cinco años, cuando llegué a España.

—Ya veo.

—¿Por qué?

—Bill y Andy, pasen chicos. —Nuestro profesor de la materia, el culpable de que estemos al borde del colapso mental, nos interrumpe para darnos la indicación de que podemos entrar al auditorio.

Andy toma su guitarra acústica y entramos al auditorio, está totalmente vacío, en el escenario está la pareja de chicos esperando la evaluación.

—No entra a la presentación, tienen 63 de calificación final. —Se oye la voz de uno de los cinco profesores que están sentados en la primera fila y la chica suelta a llorar.

Vuelvo a mirar a Andy y los dos estamos shockeados. De repente me duele el estómago.

—Ánimo, chicos —dice el profesor David, dejándonos en la escalinata del escenario, mientras que él va hacia donde están los jueces.

—¡Nos saldrá bien, Bill. Sólo no pienses en ellos! —susurra mientras subimos.

—¡¿Entonces?! —pregunto exigiendo una respuesta considerable.

—Piensa en él.

Sabía perfectamente a quién se estaba refiriendo. De pronto llego al centro, no hay reflectores, las luces están en su modo normal de iluminación, sin embargo mi mente se apaga, y sólo está él frente a mí.

—Te amo, Tom —susurro lo más despacio y bajito que puedo, sólo para mí.

En verdad quería que saliera bien esta presentación, si los maestros que están de jueces aprobaban la canción, íbamos a poder presentarla ante todo el alumnado en el cierre de semestre. Y era algo que se convirtió en mi primer deseo desde que me enteré, pues también se convertiría en una sorpresa para Tom y quiero que él esté ahí ese día.

—Su turno, chicos. Pueden empezar cuando estén listos —indica el profesor David.

Andy y yo nos hacemos una seña, entonces Andy empieza a tocar las primeras notas en la guitarra, cierro los ojos, y hasta que escucho la nota de mi entrada es cuando comienzo a cantar. Toda mi mente está inundada de recuerdos, de él y de mí, de nosotros antes de España y de ahora; mi mente está trabajando como loca, nunca la había cantado, jamás la había escuchado con mi voz y la música, ayer tan sólo acordamos dónde entraría yo y dónde salgo, pero jamás pude imaginar que con esa simple canción iba a ser capaz de recordar tanto, ni mucho menos de añadir tantas cosas que estaban sueltas. Él y yo estaríamos siempre juntos, en la noche.

—Wow.

Abro los ojos, siento mis mejillas arder y me doy cuenta que he llorado, no puede ser. Los tres profesores están de pie, incluyendo a David, quien comienza a aplaudir frenético, no puedo creerlo.

—Diez, perfecto.

—Sin lugar a dudas.

—Un trabajo excelente, David. Deberías estar orgulloso de estos jóvenes.

—Claro que lo estoy. Están en la presentación, chicos. Felicidades.

Ambos nos abrazamos contentos y salimos del auditorio. Lo primero que hago estando fuera del auditorio, es mandar un texto a Tom.

Bill:

«Mi amor, acabo de salir de la presentación, tenemos un diez exacto».

Tom:

«Muchas felicidades, amor, ahora ven, estoy en la cafetería con Georg preparando lo de la fiesta».

No me queda otra más que ir, tomo a Andy del brazo y lo llevo conmigo casi a rastras.

In die NachtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora