CAP. 4, TEMP. 3 |Entre sueños y secretos

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Legolaz miraba a Stronbol en medio de la oscuridad.
-Stronbol... -susurró mientras caminaba hacia él, colocando ambas manos alrededor de su cuello-.
Un cuello tan frágil y suave...

De repente, Legolaz comenzó a estrangularlo.
-No sé porqué, pero esto me gusta...

Alzó la mirada hacia el rostro de Stronbol, confundido.
-¿Qué carajo...? -un nudo se formó en su garganta-. ¿¡Está disfrutando esto?!

Legolaz despertó de golpe, empapado en sudor. -¡Ah! -jadeó-. Que sueño tan raro... -tragó saliva, sintiendo sus piernas adormecidas. Se quitó la sábana de encima y descubrió a Stronbol durmiendo sobre sus piernas-. ¿Cuándo...? -se tapó los ojos, incómodo-. Debí haberle dado una pijama.

Stronbol despertó y se apartó de sus piernas.
-el cuarto donde me dejaste estaba muy frío... Así que vine aquí. -dijo, con el cabello completamente desordenado mientras se levantaba.

-Esta cercanía es muy rara, Stronbol. ¿Que es lo que realmente quieres? -preguntó Legolaz, observándolo detenidamente.

Stronbol se puso la camisa de Legolaz con calma.
-Eres tan ciego... Dime, ¿No te parezco atractivo? -Y sin esperar respuesta, salió de la habitación, cerrando la puerta detrás de él.

Legolaz suspiró con frustración. -Carajo, se ha vuelto muy egocéntrico... Solo porque ahora es... es... -Se agarró el cabello con fuerza, intentando calmarse-. Mierda... No me había detenido a ver su aspecto, ha cambiado tanto.

Unos minutos después, Legolaz bajó las escaleras frotándose los ojos.
-Debería limpiar... Si mis padres llegan y ven este desorden, me matarán... -Se detuvo en seco-. Está todo limpio y ordenado...

Siguió su camino hacia la cocina, donde Stronbol le sirvió un desayuno algo peculiar.
-Has cambiado desde la última vez que te vi. Tanto en tu aspecto como en tu personalidad...
-Legolaz tomó asiento, observando el plato enfrente de él-. Y parece que no sabes cocinar.

Una vena se marcó en el cuello de Stronbol.
-No... No he hecho más que contar ovejas en el hospital psiquiátrico... Pero mejoraré con el tiempo -respondió, sirviéndose un poco de café. Sin embargo, tras dar un sorbo, lo escupió de inmediato-. ¡Puaj! ¿Tu bebes esto? Ya entiendo la razón de tus ojeras... ¡Esto está muy cargado!

Legolaz soltó una risa en voz baja. -Mira quién habla de ojeras... -Señaló la mesa-. Has ensuciado todo.

Stronbol limpió rápidamente el desastre.
-Mis ojeras son como tatuajes, no desaparecen ni aunque duerma en una cama de oro.

Legolaz río un poco más y soltó un suspiro. - ah... ¡Mierda! ¡La escuela! Voy a llegar tarde...

Sonó el timbre y Legolaz corrió a cambiarse.
-Está muy ansioso... Supongo que iré con él -murmuró Stronbol mientras se acercaba a la puerta y la abría-. ¿Hola?

Jhon mira hacia el suelo sonrojado. -Vine por Legolaz... No me dijo que tenía hermanos.

Stronbol, solo con una camisa puesta, respondió rápidamente: -Si, perdón que solo lleve una camisa encima... No soy su hermano.

En ese momento, unos pantalones cayeron sobre su cabeza. -¡Ponte esto rápido! Tenemos que irnos... ¡Jhon! -gritó Legolaz alejando a Stronbol de la puerta-. Lamento si mi hermano está en ese estado.. él vendrá hoy con nosotros.

Jhon, aún sonrojado, no podía apartar la mirada se Stronbol mientras este terminaba de vestirse. -ah... claro. No parece tener más de 12 años...

Legolaz le dió un pequeño golpe en la cabeza.
-¿Qué estás mirando, idiota?

Jhon se dio la vuelta y comenzó a irse.
-Te veo en la escuela... -dijo antes de desaparecer por el camino.

Legolaz cerró la puerta y soltó un suspiro.
-Que tipo tan raro...

Un golpe sordo se oyó en el suelo. -¡Auch! -Legolaz se volteó y vio a Stronbol en el suelo-. Ya estoy listo... -dijo Stronbol mientras se arreglaba el cabello-. ¿Vamos?

Stronbol caminaba en silencio junto a Legolaz, quien lo observaba de reojo.
-...

Stronbol sonrió, a punto de hablar. -Si dices alguna estupidez acerca de que parezco emo, te mato -advirtió Legolaz, suspirando.

Stronbol hizo una señal en silencio.
-...

Legolaz suspiró con resignación.
-Bien... habla!..

Stronbol se apegó un poco más a él. -Tu nuevo estilo me encanta, pero te ves muy sombrío... ¿No recuerdas cuando, hace poco, eras un niño tan enérgico y amable?

Legolaz lo jaló del brazo, acelerando el paso.
-Simplemente, no era yo... Era lo que querían mis padres. Son muy estrictos y no me dejan hacer lo que quiero.

Stronbol trató de seguir su ritmo. -¿Alguna vez has pensado en lo que tú quieres hacer o en lo que te gustaría que te hagan?

Legolaz se detuvo bruscamente.
-Yo... No pienso en eso. Mis padres destruyen cada cosa con la que sueño.

Stronbol tomó la mano de Legolaz y la llevó a su cuello.
-Puedes desquitarte si lo necesitas alguna vez... Estaré complacido de ayudarte...

Legolaz se quedó inmóvil, sorprendido por el rostro tranquilo de Stronbol.
-¿Tú qué...?
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𝑾𝒆𝒕 𝑫𝒓𝒆𝒂𝒎𝒔...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora