CAP. 4, TEMP. 4 | Secretos bajo tensión

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Sam miró alrededor de la tienda con nerviosismo.
—¿Vas a tardar? Deberíamos volver rápido.
—No creo que tardemos mucho, solo vamos por lo necesario —respondió Danny mientras continuaban caminando por los pasillos. Sam respiró entrecortadamente.
—Te ves muy agitada. ¿Quieres un poco de agua?
Sam tomó la botella con manos temblorosas.
—Son solo nervios... No me siento cómoda dejándolos solos.
Danny llenó el carrito con algunos artículos, intentando tranquilizarla.
—Tranquila, son amigos desde hace tiempo. ¿No te había contado sobre eso?
La voz de Sam se quebró al sacar una pastilla de su bolso.
—N-no... Pero si no me lo contó, debe ser porque no es tan importante, ¿cierto?
Danny apartó la mirada, incómodo.
—Stronbol me dijo que están juntos desde niños. Son muy unidos.
Sam tomó la pastilla y bebió agua rápidamente.
—¡Son solo amigos!... Solo amigos.
Dejó caer la botella al suelo y suspiró largamente.
—Ufff... Ya me contará sobre él, eso es seguro...

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Stronbol acarició el cabello de Legolaz.
—Estás muy emocionado, pero no creo que sea el momento indicado.
Legolaz le acarició el muslo y sonrió.
—¿Me has extrañado?... Yo también.
Legolaz aflojó la corbata de Stronbol y desabrochó el botón del cuello de su camisa.
—Esa actitud tuya me molesta... Ese falso egocentrismo.
Stronbol rió en voz baja.
—¿Quieres hacerme sentir mal? —Empujó sus caderas hacia Legolaz.
—No... Simplemente eres muy molesto, pero creo que es algo bueno en ti.
Legolaz descendió sobre Stronbol, besando su cuello con agresividad.
—Había olvidado esta sensación... Nhgg...
Stronbol sostuvo el cabello de Legolaz con fuerza.
—Cálmate un poco, me vas a dejar muchas marcas... Mhm...
—Tus jadeos solo me harán más agresivo con cada segundo —dijo Legolaz, acariciando el vientre de Stronbol en círculos.
Stronbol rodeó el cuello de Legolaz con sus brazos.
—¡Entonces no perdamos tiempo!
Lo jaló de la camisa para besarlo.
—Mmm...

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Sam envió varios mensajes a Legolaz y murmuró:
—Debería llamarlo...
Se mordió las uñas mientras esperaba una respuesta.
—Carajo...
Danny, al volante, la miró de reojo.
—¿Quieres que ponga algo de música para relajarte o...?
—¡No!... Digo, no... Estoy bien. Solo quiero llegar y cenar con Legolaz.
Danny centró su mirada en la carretera, pensando: "Mierda... Espero que no te lo tomes muy en serio, Stronbol... Sam parece ser inestable mentalmente".

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Danny bajó del auto junto a Sam y caminaron hacia la puerta.
—Ya llegamos, tranquila...
Se inclinó para escuchar por la puerta mientras buscaba las llaves.
—Uh... —pensó, alarmado—. "¡Mierda! Escucho sus voces agitadas".
—Sam, creo que olvidé una bolsa en el auto. Tráela, por favor.
Sam asintió y caminó de vuelta al vehículo.
—Ya llegamos, todo está bien... No pasa nada.

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Stronbol mantenía el beso con Legolaz, intensificándolo.
—Mmmhp... Uf...
Se separaron por un momento.
—Carajo, no seas tan agresivo, Stronbol...
Stronbol presionó su rostro contra el pecho de Legolaz y acarició su pierna.
—Lo siento, pero me da rabia pensar que ya hiciste algo con esa chica... —La mano de Stronbol subió lentamente—. Me gustaría marcar territorio antes de que avances más... Quiero evitar que llegues a hacer algo con ella.
Legolaz desvió la mirada, respirando con dificultad.
—Eres muy territorial...
Escucharon un par de llaves caer al suelo.
—Ah... ¡Creo que llegaron!

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Danny fingía buscar las llaves en el suelo.
—¡Date prisa! Legolaz debe estar esperándome...
Tragó saliva y tomó las llaves con nerviosismo.
—S-sí... Enseguida... —pensó— "Espero que hayan escuchado las llaves".
Abrió la puerta con los ojos cerrados, esperando lo peor.
—Ah... ¿Y bien?
Abrió los ojos y vio a Stronbol y Legolaz sentados frente a la TV.
—¿Sucede algo, Danny? Stronbol y yo nos aburrimos de hablar y prendimos la TV.
Sam corrió hacia Legolaz y lo abrazó.
—¡Estoy de vuelta!
Olió el cuello de la camisa de Legolaz.
—Hueles diferente... Además, tienes la cara roja. ¿Qué pasó?
Legolaz intercambió una mirada rápida con Stronbol y luego apartó la vista.
—Creo que me voy a enfermar, solo eso...
Sam observó cómo Stronbol se acomodaba la corbata, con un leve sonrojo en el rostro.
—Uh... Sí, supongo que puede ser eso...
Tomó la mano de Legolaz, apretándola con fuerza.
—Te extrañé el tiempo que me fui...
Legolaz besó la mejilla de Sam.
—Solo fue media hora. Danny y yo estaremos en la cocina, lo ayudaré con la cena. Tú espérame aquí.
Sam asintió y soltó un largo suspiro.
—De acuerdo...
Miró a Stronbol con una pequeña sonrisa.
—Hola...
Stronbol desvió la mirada, incómodo.
—Hola...
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𝑾𝒆𝒕 𝑫𝒓𝒆𝒂𝒎𝒔...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora