CAP. 3, TEMP. 4 | Rencores del pasado

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Legolaz observa a Sam cambiarse.

-¿Tomaste tus pastillas? Te ves más inestable de lo normal hoy... -dijo Legolaz.

Sam respiró profundamente, tratando de controlar su agitación.

-Siento como si alguien me estuviera observando, especialmente en el centro comercial... -tragó saliva con dificultad-. Sentí como si alguien quisiera hacerme daño.

Legolaz la abrazó suavemente por detrás.

-Sé que tienes una condición un poco especial, pero podemos sobrellevarla juntos. No dejemos que tu paranoia afecte la experiencia de hoy.

Sam intentó relajarse y asintió con una sonrisa débil.

-S-sí... No pasará nada...

"Sé que no soy apta para tener pareja debido a mi paranoia... No confío en nadie, ni siquiera en mí misma. Pero Legolaz es diferente. Él me demuestra que hay esperanza y me ayuda a sobrellevar mi condición. Es tan amable... es todo lo que deseo en una persona."

-Te estás sonrojando... ¿Entonces ya te encuentras bien, Sam? -preguntó Legolaz, observándola.

Sam se tapó el rostro con el abrigo de Legolaz.

-¡Claro! Solo un poco nerviosa... Pero todo está mejor ahora. Gracias, de verdad... No sé qué haría si algún día te alejas de mí.

Legolaz rió en voz baja y acarició su mejilla.

-Eso no pasará, te lo prometo.

Las palabras de Legolaz hicieron que el corazón de Sam latiera con fuerza.

-Bueno, vámonos a casa de Danny.

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En casa de Stronbol.

Stronbol se secaba el cabello.

-Hace frío esta noche...

Danny, al entrar al cuarto de Stronbol, puso los ojos en blanco.

-¿Qué carajo?... Entiendo que te descuides cuando estás deprimido, pero por favor, trata de mantener un poco de orden.

Stronbol se acomodó la corbata y sonrió de lado.

-Oh, vamos... Solo es un poco de desorden.

Un panqueque cayó del techo, sorprendiendo a ambos.

-Mierda... Tardó dos semanas en caer -dijo Stronbol con una mueca.

Danny cruzó los brazos y lo miró, reprimiendo una carcajada.

-¡Está bien! Limpiaré...

El timbre sonó y Danny fue a abrir. Saludó con una sonrisa a Legolaz y a Sam, que llegaban tomados de la mano.

-¡Buenas noches! -les dijo cálidamente, dejándolos pasar-. Hoy nos acompañará un amigo, espero que no les moleste.

Legolaz se sentó junto a Sam y negó con la cabeza.

-No te preocupes, está bien. ¿Cómo se llama?

Stronbol bajó las escaleras y sus ojos se encontraron con los de Legolaz.

-Hola... -dijo, esbozando una sonrisa falsa-. Qué gusto verlos. Soy Stronbol.

Sam sonrió mientras saludaba y luego miró a Legolaz.

-Hey, ¿no vas a saludar? ¿Legolaz? -Sam notó el rostro serio de Legolaz y su expresión preocupada-. ¿Estás bien? Oye, responde.

Stronbol se sentó frente a ellos.

-¿Lo conoces? -preguntó, provocador.

Legolaz lo miró de arriba a abajo antes de responder.

-Sí, lo conozco...

Stronbol rió en voz baja.

-Así es. Éramos muy unidos hace unos años -añadió, jugando con su cabello mientras observaba a Sam-. De hecho... nos besamos.

Sam apretó el puño, tratando de contener sus emociones encontradas.

-Ah... Pero eso fue hace años. Ahora yo soy su pareja -dijo, entrelazando sus dedos con los de Legolaz.

Legolaz susurró, apenas audible:

-Sí, estoy saliendo con Sam desde hace casi ocho meses...

-Sí, hacen una linda pareja -respondió Stronbol con una sonrisa que no alcanzó sus ojos.

Danny interrumpió, abriendo la puerta de la cocina.

-Necesito ayuda con unas compras... ¿Crees que podrías ayudarme, Sam?

Sam miró a Legolaz, insegura, y asintió.

-Y-yo... supongo que puedo ayudarte -dijo, esbozando una sonrisa nerviosa antes de levantarse y caminar hacia la puerta-. Ya vuelvo, Legolaz. No tardamos.

Danny cerró la puerta detrás de ellos, dejando a Legolaz y Stronbol solos en la sala.

-¿Qué haces aquí? -preguntó Legolaz, frunciendo el ceño.

Stronbol se inclinó en el sofá y lo miró con una sonrisa enigmática.

-¿Es esa la forma de tratar a tu estrella favorita?

Se puso de pie y se acercó a Legolaz.

-Yo vivo aquí... ¿No es una sorpresa?

Legolaz lo miró con una mezcla de emociones.

-¿No estás satisfecho después de todo lo que has hecho? Mataste a un compañero mío... Lastimaste a mi madre.

Stronbol se inclinó hacia él, acercando su rostro.

-¿Y?... No te veo muy molesto... -susurró al oído-. Te veo inquieto. Dime, ¿qué piensas de mí? ¿De verdad me odias?

Stronbol mordió suavemente el lóbulo de la oreja de Legolaz, provocando un escalofrío en él.

-Tal vez es todo lo opuesto...

Legolaz lo empujó, apartándolo.

-No te acerques, me molestas.

Stronbol se sentó a su lado con una risa sarcástica.

-Vaya, eso fue suave. La última vez, fuiste más agresivo.

El rostro de Stronbol se volvió inexpresivo.

-¿Es culpa de esa chica?... ¿Te está cambiando?

-Cállate -replicó Legolaz, mirando hacia otro lado-. Es una buena chica...

Stronbol se inclinó de nuevo hacia él.

-¿Buena?... He visto esos cortes en sus muñecas, esas vendas.

La risa de Stronbol resonó por todo el cuarto.

-¿Qué te gustó de ella? Déjame adivinar.

Stronbol jugueteó con el cabello de Legolaz.

-¿Viste en ella algo similar a mí?

Legolaz, en un arrebato, lo empujó contra el sofá y lo sostuvo de las muñecas.

-W-woah... ¿Estás molesto? -Stronbol lo miró, notando el rubor en sus mejillas-. Oh, parece lo opuesto...

Legolaz miró su cuello con deseo.

-Adelante... No tienes por qué contenerte. Lo que amas de mí es mi locura, ¿verdad?

Legolaz respiró agitadamente y miró a los ojos de Stronbol.

-Solo cállate y deja de molestarme...
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𝑾𝒆𝒕 𝑫𝒓𝒆𝒂𝒎𝒔...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora