CAP. 2, TEMP. 4 | Entre celos y determinación

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Danny mira las tiendas de alrededor buscando a Stronbol con la mirada.

—Este idiota... ¿Dónde se metió? —mira alrededor cuidadosamente hasta que mira el cabello de Stronbol en una piscina de pelotas—. Ugh... —camina hacia él y lo saca de ahí—. ¡Hey! No vinimos a jugar; tenemos que hacer las compras de la semana... ¡Y deja de jugar!

Stronbol se aferra al suelo mientras es sacado de la zona de juegos.

—¡No me quiero ir!...

Danny continúa forcejeando.

—¡Ya tienes 16 años! Podemos volver en otra ocasión, pero estás haciendo una escena... —suelta a Stronbol—. ¡Carajo! Bien, ¡solo un rato más!

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Stronbol come un helado mientras espera a Danny.

—Ufff... No sé por qué me siento así... ¿Será un efecto secundario de los medicamentos? —mira a las personas pasar—. Mmm... —escupe el helado—. ¡¿LEGOLAZ?!

A lo lejos, ve a Legolaz junto a Sam en una tienda de ropa.

—¿Y quién es esa maldita jirafa?... —tira el helado al suelo—. Es más alto que él... No creo que sea una nueva amiga. —Traga saliva—. Mierda, parece que mide 1,90, qué carajo... —retira el mechón de cabello de su rostro—. No permitiré que se hagan más cercanos, iré a hablar con él.

Se levanta y respira hondo.

—Bien, estoy listo...

Danny jala del brazo a Stronbol.

—Vámonos, ya tengo todo lo que necesitamos.

Stronbol se deja arrastrar entre gruñidos.

—Maldita sea... ¡Los volveré a ver!

Danny le da un golpe en la cabeza a Stronbol.

—No grites... ¿Los viste también?

Stronbol se congela unos segundos y voltea a mirarlo.

—¿Eh?... No tengo ni idea a qué te refier...

Danny continúa arrastrándolo.

—Lo invité a casa hoy. A él y a su novia.

Stronbol vuelve a mirar en dirección de Legolaz.

—Me topé con él hace unos días y me di cuenta de que era el de las fotos mostradas.

Stronbol quita la mano de Danny bruscamente.

—Ya entendí... ¿Quieres que acabe con el sentimiento que tengo por él?

Danny suspira y continúa caminando.

—Solo así estarás bien contigo mismo, no me gusta verte en ese estado tan deplorable.

Stronbol lo sigue de cerca.

—No es asunto tuyo, si me entendieras lo aceptarías... No puedes evitar que lo ame, no te metas.

Danny se detiene y lo mira.

—Aunque él estuviera a tus pies, no lo amas.

—Sí lo amo, es amor sincero.

Danny baja la mirada.

—Eres un hipócrita.

Stronbol da un paso atrás en silencio.

—¿Ah?...

Danny se da la vuelta y sigue caminando.

—Buscas amar y ser amado, pero no tienes amor propio... Te descuidas, te lastimas y te mortificas... Te odias, te culpas, te ahogas. —Voltea a mirarlo—. Deberías empezar por amarte un poco a ti mismo... Y si después de eso aún persiste ese sentimiento, te creeré.

Stronbol lo sigue a paso lento, cubriéndose la cara con la bufanda.

—¿De verdad?

Danny toma la mano de Stronbol y camina con él.

—Sí, pero si ese idiota te hace daño... lo mato.

Stronbol ríe en voz baja con la voz temblorosa.

—No te preocupes por eso...

Suben al auto y Danny lo mira por el espejo retrovisor.

—No es justo que tú llores por ese tonto y él esté feliz con alguien más, ¿verdad?

Stronbol se reclina en el asiento.

—Así es... Pero voy a destruir esa relación.

Danny conduce y lo observa por el espejo retrovisor.

—Empieza hoy mismo... Haré lo posible por mantener a Sam lejos de Legolaz, así podrán hablar a solas...

Stronbol juega con su cabello.

—El nombre de esa perra... Sam.

La risa suave de Stronbol provoca un escalofrío en la columna de Danny.

—Ugh, no vayas a hacerle nada malo.
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Apariencia de Legolaz y Sam de 16 años:

Apariencia de Legolaz y Sam de 16 años:

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