𝑾𝒆𝒕 𝑫𝒓𝒆𝒂𝒎𝒔...

CAP. 1, TEMP. 4 | Rutas inestables

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Stronbol sostenía el volante con las manos temblorosas.

—Oye, Danny, no estoy seguro de esto... Siento que voy a chocar si conduzco.

Danny se colocó el cinturón de seguridad con calma.

—Tranquilo, es fácil. Solo pisa el acelerador suavemente y estarás conduciendo sin darte cuenta.
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Danny se quita una rama de árbol del cabello.

—Lo importante es que estamos bien.

Salió del auto y cerró la puerta con un golpe seco. Justo en ese momento, el auto se desarmó por completo, dejando a Stronbol sentado en el suelo, sosteniendo el volante como único testigo del desastre.

—¡No fue tan difícil! —dijo Stronbol con una mezcla de incredulidad y humor—. ¿Entonces ya puedo conducir a la escuela?

Danny se sacudió unas cuantas hojas del cabello, suspirando con resignación.

—No, pero cuando tenga tiempo, yo te llevaré. Ya estoy por terminar mi carrera, así que no te preocupes. —Miró a su alrededor con una sonrisa—. No creo que seas apto para conducir en un lugar con carreteras de verdad.

Stronbol dejó el volante a un lado y se levantó de los escombros.

—Bueno... No seré el mejor conductor.

Danny pateó el volante y se giró hacia él.

—No lo eres, pero al menos es bueno ver que estás saliendo de casa. No me gusta verte deprimido y solo todos los días.

Stronbol cayó de rodillas, incapaz de contener las lágrimas.

—Carajo...

Danny lo miró con una mezcla de empatía y preocupación, luego lo ayudó a levantarse y ambos comenzaron a caminar hacia casa.

—¿Te interesa ser químico farmacéutico? —preguntó Stronbol mientras escribía en una libreta.

—Sí... ¿Crees que podrías lograrlo? —Danny mordisqueó el lápiz, pensativo—. Bueno, solo si mantienes esas notas altas.

Stronbol dejó escapar un largo suspiro de alivio.

—Uf... Pensé que dirías que no.

Danny se ató el cabello y se miró en el espejo.

—Eres muy bueno en los estudios, pero eres una tormenta de emociones. A veces es difícil calmarte, y es mucho trabajo para mí. —Observó, a través del reflejo, cómo Stronbol sacaba una foto de un cajón—. Deja eso. ¿Podrías dejar de pensar en él al menos un día?

Stronbol miró la foto de Legolaz y luego desvió la vista hacia Danny.

—Dejé de pensar en él durante el día... Pero no puedo dejar de pensar en él todas las noches.

Danny se encogió de hombros y se desplomó en el sofá.

—Ugh... Mientras no sea una distracción, olvídalo, ¿sí?

Stronbol pasó sus dedos por los contornos de la foto.

—Ni aunque estuviera cuerdo lo haría...
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Apariencia de Stronbol de 16 años:

Apariencia de Danny: