Capítulo 2: ¡Prohibido! Cofre del Tesoro Legendario, Plantilla del Rey del Robo

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¡Un millón!

¿De euros?

El rostro de Morales se tornó súbitamente sombrío.

Zhao Chen no parecía notar el cambio en su expresión. En lugar de eso, comenzó a persuadirlo, apelando a la razón y las emociones.

—¡Las tres cuotas de naturalización son para el mejor postor! —dijo Zhao Chen con entusiasmo—. ¡Te di una de esas plazas porque confío en tu fuerza! Un millón de euros no es caro, ¿sabes? —agregó, intentando suavizar la situación—. En esta era, no basta con tener talento y fuerza; necesitas dinero para abrirte paso. Además, tendrás que pagar para que te introduzcamos en un club y resistir la presión de la opinión pública.

Morales habló entonces, su tono era frío y directo:

—Si no pago ese dinero, ¿no podré naturalizarme?

Tan pronto como lo dijo, la sonrisa de Zhao Chen desapareció de inmediato. Su rostro se volvió frío, y la mirada que le dirigió a Morales fue mucho más hostil.

—¿Estás siendo desagradecido? —dijo Zhao Chen, casi escupiendo las palabras—. ¡Te estamos haciendo un favor al darte esta oportunidad! No te creas tan importante. Eres solo un jugador descartado, despedido por Barcelona, ​​y ningún club en Europa te querrá. ¡Te estamos ofreciendo tu única salida!

A medida que hablaba, Zhao Chen fue subiendo el tono, hasta el punto de que casi comenzó a amenazar de manera arrogante.

—Si no quieres pagar, olvídate de jugar en China —añadió con desdén.

Zhao Chen estaba seguro de que Morales aceptaría. Después de todo, en su mente, Morales, un joven despedido de Barcelona por un altercado, no tendría futuro en Europa, sin importar su entrenamiento en La Masía.

Naturalizarse y volver a jugar en el País Dragón era, según Zhao Chen, la única opción de Morales.

Pero Morales sonrió con ironía.

—¿Quién dijo que quiero jugar en China? —respondió con burla—. ¡Un millón de euros! ¿Realmente crees que vale la pena pagar eso?

Bang...

Zhao Chen golpeó la mesa con fuerza.

—¿Qué demonios significa esto? —dijo, furioso—. ¡Si no quieres hacer carrera en el fútbol nacional, te aseguro que nunca lo harás! —continuó amenazante—. ¡Hoy te lo digo! ¡Un millón no es suficiente! Si no traes tres millones, ¡te prohibiré por completo!

La situación se volvía cada vez más tensa.

—¡Recuerda! ¡Esto es el equipo nacional! ¡Si quieres triunfar aquí, tendrás que seguir las reglas!

Mirando al altanero Zhao Chen frente a él, Morales estaba furioso. Se levantó y respondió sin rodeos:

—¡Prohíbeme si quieres! ¡Ya no te sirvo más!

Sin esperar más, Morales salió de la base de entrenamiento sin mirar atrás. No le importaba en absoluto lo que Zhao Chen planeaba hacer a continuación.

...

En el camino de regreso al hotel, Morales se recostó en el asiento del auto, con los ojos cerrados como si estuviera descansando. Pero en realidad, ya había activado su sistema.

[Valor de emociones negativas: 20,021 puntos]

Al ver esa cantidad, su mal humor se esfumó.

Parece que este mal intento de naturalización no fue completamente inútil.

El Arte de la Defensa:El Rey de los RobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora