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[Valor de emoción negativa de Messi +632]
[Valor de emoción negativa de Suárez +939]
[Valor de emoción negativa de Valverde...]
[Valor de emoción negativa de Iniesta...]
El rugido de la multitud vibraba en cada rincón de Anfield. El cielo, oscurecido por las luces del estadio, parecía también estremecerse ante la hazanña que acababa de ocurrir. Morales estaba tirado en el césped, jadeando, con los pulmones a punto de estallar. Su camiseta pegada al pecho y las gotas de sudor corriendo por su frente eran testigos del sacrificio absoluto.
Pero, aunque su cuerpo gritaba por descanso, su mirada reflejaba algo distinto: una intensidad pura, casi inhumana, como si hubiera bebido del elixir de los dioses del fútbol.
Iniesta se tambaleó hacia atrás, su cuerpo derrotado por una fuerza invisible. Las manos en las caderas, los ojos perdidos en la distancia. Sabía lo que significaba esto. Quedaban 25 minutos en el reloj, pero el sueño del Barcelona ya se había roto como un frágil cristal bajo un martillo.
—No... —murmuró, apenas audible. La voz de un hombre que acababa de ser despojado de su destino.
Su mente regresó a esos interminables entrenamientos, a esas noches en vela planeando la gloria europea. Todo ese esfuerzo, esa dedicación, arruinados en una sola noche por el chico al que muchos habían subestimado. No había explicación para lo que acababa de ver. Morales no era solo un jugador; era una tormenta desatada, una fuerza de la naturaleza que nadie había podido predecir.
**El salvador de Anfield**.
La Celebración Descontrolada
El equipo del Liverpool corrió hacia Morales, como si un imán invisible los atrajera. Henderson fue el primero en lanzarse sobre él, seguido de Van Dijk y Firmino. En segundos, Morales quedó enterrado bajo una pila de cuerpos, gritos y risas de euforia pura.
—¡Eres un monstruo, Morales!
—¡Nos llevaste a la gloria!
Karius, que había estado al borde del abismo profesional, cayó de rodillas frente a su arco. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras alzaba los brazos hacia el cielo.
—¡Gracias, Morales! ¡Me salvaste!
El portero sabía que un error más podría haber acabado con su carrera. Pero Morales lo había redimido, había pagado su deuda con el destino y le había dado una segunda oportunidad.
En la banda, Jürgen Klopp se desgañitaba celebrando. Su gorra había volado lejos, y su sonrisa ancha reflejaba el triunfo del espíritu indomable. Sus puños golpeaban el aire, cada movimiento cargado de pasión pura.
En el banquillo contrario, Valverde se hundía más y más en su asiento. El rostro cubierto por sus manos, como si así pudiera ocultarse del desastre.
—¡Se acabó! —susurró. —Se acabó...
El silbato del árbitro llamó a los jugadores a retomar posiciones. Pero para el Barcelona, era como caminar hacia una ejecución. El brillo en sus ojos se había apagado, las piernas les pesaban como si arrastraran cadenas invisibles. Ya no eran campeones. Eran sólo hombres derrotados.
#### Mientras Tanto, en un Castillo Alemán
Muy lejos de Anfield, en una lujosa sala iluminada por una chimenea crepitante, Jorge Mendes se reclinaba en su sillón. Sus labios se curvaban en una sonrisa que reflejaba la satisfacción de un rey que acaba de conquistar una nueva tierra. A su lado, Heweis, director de marketing de Adidas, no podía apartar los ojos de la pantalla.
Morales había anotado un hat-trick. Había aplastado al Barcelona, a Messi, a Suárez... a todos.
Heweis tragó saliva. El sudor perlaba su frente.
—Este chico... —murmuró— no tiene techo.
Mendes sonrió.
—Te lo dije. Estábamos mirando al nuevo rey del fútbol.
El teléfono de Mendes comenzó a sonar como una alarma de incendio.
—Coca-Cola... sí, hablemos. Louis Vuitton... claro, moda exclusiva. Valentino... perfecto.
Una llamada tras otra. Ofertas de millones, contratos que otros jugadores soñaban con tener. Finalmente, Heweis no pudo contenerse.
—¡25 millones al año, tres años! ¡Lo quiero en Adidas ya!
Mendes asentía con calma. Morales no solo había ganado un partido; había ganado el futuro.
El Beso de la Euforia
El último silbatazo sonó como una explosión. El estadio entero rugió. Fuegos artificiales iluminaron el cielo. Liverpool estaba en semifinales. Morales, exhausto, se levantó con dificultad, pero con una sonrisa que iluminaba su rostro.
Una reportera irrumpió en la cancha, sus ojos llenos de lágrimas y emoción desbordante. Se acercó a él sin poder contenerse.
—¡Morales, eres el héroe de esta noche!
Antes de que él pudiera reaccionar, ella se inclinó y lo besó en la mejilla. La multitud rugió, un rugido de aprobación y pasión.
Morales se quedó helado por un segundo, luego sonrió. Levantó los brazos, mirando hacia las gradas donde miles coreaban su nombre.
Esta noche no solo había vencido a Messi y Ronaldo. Había iniciado su era dorada.
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"Los campeones no se hacen en los gimnasios. Se hacen con algo inmaterial que tienen muy dentro de ellos: un deseo, un sueño, una visión". —Muhammad Ali.
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El Arte de la Defensa:El Rey de los Robos
Fanfic--- Renacido en el invierno de 2018. Fue despedido por el Barcelona justo cuando comenzaba a brillar, y tras negarse a aceptar los sobornos del capitán del equipo de fútbol masculino, fue completamente vetado por el equipo. Su carrera empezó con una...