DE VUELTA A CASA
Las semanas pasan y comienza a ser más complicado salir.
Conforme se acercan las fiestas, hay más carroñeros cerca de la madriguera o de Sortilegios Weasley. Tenemos la impresión de que están cuidando quien pasará esas fechas con ellos, suponemos que piensan que Harry podría aparecerse por ahí.
Además, hemos notado que grupos de carroñeros le han comenzado a prestar más atención a la casa de los Tonks también. Si antes podía salir a la calle con precaución, ahora eso ya no es posible. Todo lo que hago es aparecerme en el departamento de los gemelos y de regreso en casa, y eso me está fastidiando.
Por supuesto que la temporada estacional no da para días resplandecientes de sol, pero comienzo a fastidiarme por solo estar en el interior de dos lugares. Ya ni siquiera puedo bajar a la tienda por si hay algún vigilante que pase desapercibido.
Sirius me dijo que no sería buena idea pasar la Navidad con los Weasley como el año pasado, y al hablar con Fred él pensó lo mismo. Es por eso que el único que viene de visita a casa es Sirius, que llega una semana antes y planea regresar a su casa después de año nuevo.
La víspera de Navidad no es tan triste. Vamos, por supuesto que pudo haber sido diferente de no haber estado pasando todo esto, pero tampoco es un día depresivo. Por supuesto que extrañamos al tío Ted, pero Sirius y Remus se esfuerzan para hacernos sonreír durante la cena y al día siguiente, el árbol de Navidad está lleno de regalos.
—¡Mentiras!
—¡Juro que se movió! —Dora replicó ante lo que Sirius dijo. Había bajado emocionada diciendo que finalmente había sentido al bebé moverse y diciendo que su vientre había crecido tres veces durante la noche—. Seguro no le caes bien y por eso ya no se mueve.
—¡Más mentiras! Ese niño me va a amar —dice ofendido.
—Va a ser una niña —interrumpo desde la cocina donde ayudo a mi tía y a Remus a servir el desayuno. Veo en el rostro de mi tía que intenta no emocionarse. Aún la noto extraña ante el embarazo de Dora.
—Claro que no —Sirius dice entrando a la cocina atrás de Dora—. No hay niñas en Los Merodeadores.
—Por supuesto que no, las niñas serían mejores —Dora lanza y Remus suelta una risa—. ¿De qué te ríes? ¿Estás de su lado?
—No, claro que no —responde su esposo de inmediato y Sirius lo voltea a ver con una mirada decepcionante—. Ya siéntense mejor, se va a enfriar la comida.
—No puedo comer más —dice Dora mientras se sienta. Sus manos se posan en su abultado vientre. No mentía, sí parece haber crecido durante la noche, tampoco tres veces como dijo, pero sí se nota la diferencia—. Voy a terminar el embarazo con treinta kilos de más...
—Cállate, treinta kilos —río, sentándome junto a mi tía que parece tener un buen rato con la conversación. Me tranquiliza verle una pequeña sonrisa en su rostro.
—Yo subí diez kilos contigo —dice la tía Andrómeda—. Es completamente normal, así que come...
No le tuvieron que decir dos veces porque pareciera que de pronto se acordó de que tenía hambre.
Después de la comida, abrimos nuestros regalos. La señora Weasley se había esforzado en tejernos suéteres a todos, inclusive a la tía Andrómeda.
Draco se las había ingeniado para mandarme un brazalete con esmeraldas muy bonito que me pongo de inmediato. También hay regalos de las personas que están en la casa y el de Fred resultan ser un par de libros que vi en una librería muggle y que le había dicho que me habían interesado. La nota dice:
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Eternamente [Fred Weasley] [ETQME#2]
Fiksi PenggemarElla rubia, Él pelirrojo. Ella Sangre Pura. Él Traidor. Ella Serpiente. Él León. Ella Slytherin, Él Gryffindor. Ella Malfoy, Él Weasley. Segundo libro de El Traidor que me Enamoró. *Primer fanfiction de Fred Weasley en español en llegar a 1 mill...