D I E C I S E I S

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EL ULTIMO CLIENTE

Sirius se quedó dormido una media hora después, Nymphadora murmulló algo como que había tardado demasiado, supongo que por todo el alcohol que ingirió. No habíamos hablado sobre lo que pasó dentro de la habitación de Sirius y por un momento me siento incomoda al estar caminando junto a ella y que no estemos hablando. Mientras que vamos caminando por el pasillo de las habitaciones, pienso de nuevo en lo que Fred me dijo respecto a ella. Así que me armo de valor.

—¿Qué va a pasar? —Pregunto antes de bajar las escaleras, aunque me hubiera gustado que mi voz saliera más fuerte y firme.

—¿Sobre qué? —Nymphadora pregunta sin siquiera voltearme a ver.

—¿Vas a odiarme por el resto de tu vida?

Ella se queda callada y parece pensar un poco, comenzamos a bajar los escalones y cuando llegamos al final de la escalinata, se detiene haciendo que me detenga también. Por un momento pienso que ha escuchado algo provenir de la habitación de Sirius, pero me sorprendo ante lo que dice.

—Mi madre quiere verte.

Volteo hacia ella por el abrupto cambio de tema y por primera vez, siento que no se encuentra incómoda con mi presencia.

—Realmente, no sé para qué quiere hacerlo —dice ladeando un poco su cabeza y no la culpo por pensar eso, también me ha surgido esa duda a mi—. Dime si quieres ir, y pasaré por ti.

Ni siquiera puedo pensar en si quiero o no ir, porque unos gritos inundan el pasillo y siento como Nymphadora me empuja, de no haberme apoyado en una pared, probablemente estaría en el suelo.

—Que gusto verte a ti también, tía preciosa —la escucho decir con sarcasmo entre todo el escándalo, y cuando volteo hacia ella, veo que está cubriendo un retrato—. La tía Walburga, a que es un amor, ¿verdad? —Murmulla una vez que ha cubierto el cuadro y que los gritos han cesado.

—¿Por qué me empujaste? —Le pregunto y ella rueda los ojos como si fuera muy obvio, eso me hace sentir tonta.

—No puede verte aquí —dice—. No sabemos dónde haya otro cuadro de ella...

Comprendo su punto y asiento agradeciendo por lo que ha hecho, ella sacude su mano restándole importancia y sonríe ligeramente. Ese gesto logra hacerla ver un poco mejor, a pesar de que no use su cabello rosa.

—Quiero ir —digo finalmente—. Quiero conocer a tu madre.

Fred ni siquiera podía creer cuando le conté, dijo que nunca creyó que Nymphadora estuviera dispuesta a llevarme a su casa, pero la idea le gustó tanto que dijo que quería ir con nosotras

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Fred ni siquiera podía creer cuando le conté, dijo que nunca creyó que Nymphadora estuviera dispuesta a llevarme a su casa, pero la idea le gustó tanto que dijo que quería ir con nosotras. Puso la excusa de que necesitaba conocer a otro miembro de su familia, ahora que yo ya conocí a todos sus hermanos y ella dijo que no había ningún problema en que nos acompañara.

Eternamente [Fred Weasley] [ETQME#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora