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Era una noche de verano en Buenos Aires, y el aire vibraba con la energía de la multitud que se aglomeraba en el estadio. Olivia estaba en la fila con su mejor amiga, ambas emocionadas por ver a Trueno en vivo. Aunque Olivia sabía que no solo lo vería como novia, sino como su mayor fan.

— No puedo creer que Mateo esté a punto de salir al escenario —dijo Olivia, sonriendo de oreja a oreja. Su corazón latía con fuerza al pensar que iba a disfrutar del show y que, después, lo tendría a él a su lado.

— ¡Esto va a ser una locura! —respondió su amiga, mientras las luces comenzaban a atenuarse.

Cuando el espectáculo comenzó, el estadio estalló en vítores. Las luces brillantes iluminaron el escenario y, en un instante, Mateo apareció, desbordante de energía. Olivia sintió que el mundo se detenía. Él estaba allí, haciendo lo que más amaba.

— ¡Buenos Aires! —gritó Trueno, levantando los brazos y haciendo que la multitud respondiera con gritos ensordecedores. — ¡Hoy vamos a hacer ruido!

Olivia saltaba y bailaba al ritmo de las canciones, sintiéndose parte de algo mágico. Cada vez que Mateo miraba hacia la multitud, su corazón se aceleraba. Sabía que, en medio de miles de personas, su mirada la encontraría.

Después de un par de canciones, Mateo se acercó al borde del escenario y, con una sonrisa cómplice, buscó a Olivia entre la multitud.

— ¡Olivia, vení! —gritó, extendiendo su mano hacia ella.

Olivia se quedó paralizada un segundo, como si no pudiera creer que él la estaba llamando. Las luces del escenario brillaban sobre él, y el resto del mundo se desvanecía. Sin pensarlo dos veces, se abrió paso entre la multitud.

Al llegar al escenario, Mateo la tomó de la mano y la levantó junto a él. El público rugió en aplausos.

—Ella es mi mujer—dijo, mirándola con cariño. — ¿Listos para seguir?

Ella no podía dejar de sonreír, y el público aplaudía con entusiasmo. Durante su canción "Mamichula" se sentía en la cima del mundo. Era como si todo el amor que había entre ellos llenara el estadio.

Al finalizar la canción, Mateo la miró con complicidad y le susurró:

— ¿Te gusta la sorpresa?

— ¡Obvio! No puedo creer que esté acá. ¡Sos un genio mi amor! —respondió Olivia, sintiendo que su corazón estallaba de felicidad.

Mateo sonrió y la abrazó brevemente, disfrutando del momento antes de devolverla al público. Ella regresó a su lugar entre la multitud, todavía sintiendo la energía del escenario en su piel.

La noche continuó llena de canciones, ritmos pegajosos y momentos inolvidables. Cuando llegó "Feel me?", el estadio entero se unió a la letra, y Olivia sintió que todo el lugar vibraba con la energía del amor que le tenían a su novio.

— ¡Vamos, Buenos Aires! —gritó Trueno, mientras la multitud lo seguía a coro. — ¡Esto es para ustedes!

Olivia miraba a Mateo con admiración, sintiendo que cada segundo era especial. Al terminar el show, él la buscó entre la multitud y, cuando sus miradas se cruzaron, ella sintió un calor en el pecho.

— ¿Lista para el after? —le preguntó él, sonriendo.

— ¡Dale! Pero antes, un selfie con el mejor —respondió ella, sacando su teléfono.

Se acercaron, y ella se acomodó junto a él, sonriendo mientras Mateo hacía una pose graciosa.

— ¡Un, dos, tres! —contó Olivia, capturando el momento.

— Esto va a estar en mis redes, ¿eh? —dijo él, guiñándole un ojo.

Luego de las fotos, se encontraron con algunos amigos y se fueron a un bar cercano. Mientras charlaban y reían, Olivia no podía evitar sentir que esa noche era perfecta.

— Gracias por hacerme sentir así, Mateo —le dijo ella, mientras se servían un trago.

— Y gracias a vos por estar siempre. Te amo, Oli —respondió él, acercándose y dándole un beso suave en los labios.

— Yo también te amo —contestó ella, sintiendo que su corazón se llenaba de felicidad.

Esa noche, rodeados de amigos y música, Olivia supo que había encontrado a su compañero perfecto.

one shots-truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora