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El sol empezaba a filtrarse por las ventanas, iluminando el departamento de Mateo y Olivia. Él estaba tirado en la cama, roncando suavemente, mientras Olivia ya estaba despierta, revisando el teléfono.

Olivia se levantó despacito para no despertarlo, pero al pasar por la cocina, la pila de platos sucios la hizo fruncir el ceño. Venían acumulándose desde hacía dos días, y ya había hablado con Mateo sobre quién le tocaba lavar.

-Hoy no zafás, Mateo...- murmuró mientras llenaba la pava para el mate, lista para enfrentar la situación.

Mateo se levantó un rato después, todavía medio dormido, y se encontró con Olivia en la cocina, ya con un mate en la mano.

-Hola, bombón -le dijo, acercándose para darle un beso. Pero Olivia le puso una mano en el pecho, frenándolo.

-Pará, antes del beso, ¿vos pensás lavar los platos hoy o no? -le soltó, arqueando una ceja.

Mateo se rascó la cabeza, todavía medio perdido, y miró la pila de platos. -Uh, sí, sí, obvio, lo hago ahora...- dijo, tratando de sonar convincente.

-Sí, me lo dijiste ayer y antes de ayer...- Olivia cruzó los brazos y lo miró fijo, como esperando una respuesta más sólida.

Mateo suspiró, rendido. -Bueno, tenés razón, me colgué... Pero dale, ¿en serio es para tanto? Son un par de platos, Oli. Ya los lavo, no te calentés...-

-No es solo por los platos, Mateo. Es por la actitud -contestó Olivia, llevándose el mate a la boca-. Siempre dejás todo para después, y al final me terminás dejando a mí con la bronca.

Mateo la miró, y se le escapó una sonrisa. -¿Sabés qué? Me gusta cuando te enojás, te ponés re linda...-

Olivia le pegó en el hombro, aunque no pudo evitar sonreír un poco. -No cambies de tema, bobo... No quiero que esto se vuelva una costumbre, ¿entendés?-

-Sí, sí, ya entendí...- Mateo se acercó a los platos y empezó a abrir la canilla. -Mirá, ya me estoy poniendo a laburar. Pero después me debés un beso, eh...-

Olivia se quedó mirándolo, y aunque seguía un poco molesta, el gesto de Mateo la hizo ablandarse. -Bueno, pero si mañana vuelve a pasar, te quedás sin beso...-

Mateo sonrió de lado, haciendo una seña de saludo militar. -Entendido, jefa.-

Olivia se rió, sacudiendo la cabeza, y le dio un beso en la mejilla antes de irse al living, dejándolo con la tarea. Mateo, mientras lavaba los platos, no podía dejar de pensar en lo mucho que la quería, incluso en esos momentos donde discutían. Sabía que la convivencia no siempre era fácil, pero al final, para él, lo más importante era que estaban juntos, incluso con los platos sucios de por medio.

one shots-truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora