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Era una noche mágica en Buenos Aires. La ciudad vibraba con el ritmo de La Bresh, y el aire estaba cargado de energía y emoción. Mateo, conocido como Trueno, y Olivia estaban listos para la fiesta, disfrazados de Emily y Victor de "El cadáver de la novia".

—¡Sos un fenómeno! —exclamó Olivia, ajustándose el corset negro con detalles plateados que resaltaban su figura. Su maquillaje oscuro y melancólico la hacía parecer una auténtica protagonista de película de Tim Burton.

Mateo sonrió, admirando su look. Él llevaba un traje gris con chaleco y corbata, un toque moderno que contrastaba con la estética gótica de Olivia. Se acercó a ella, sonriendo de manera juguetona.

—No sé si soy más afortunado por tenerte como novia o por llevar este disfraz tan piola —dijo, abrazándola por la cintura.

Cuando llegaron a La Bresh, el lugar estaba lleno de vida. La música resonaba fuerte, y el ambiente era electrizante. Se encontraron con Lit Killah y Tuli Acosta, quienes también tenían sus propios disfraces. Lit estaba disfrazado de Frankenstein, con cicatrices pintadas en la cara y un traje desgastado, mientras que Tuli optó por disfrazarse de novia cadáver, complementando a Lit a la perfección con un vestido blanco y rasgado.

—¡Mirá a estos dos! Parecen salidos de una película de terror romántico —bromeó Lit, señalando a Mateo y Olivia.

—Y ustedes, ¡son la pareja perfecta de Halloween! —respondió Mateo, riendo.

La música sonaba a todo volumen, y todos comenzaron a bailar. Olivia se movía al ritmo de la música, disfrutando del momento, mientras Mateo no podía evitar mirarla con admiración.

La fiesta continuó llena de risas, bailes y música, y la química entre Mateo y Olivia se hacía más palpable con cada momento. Mientras bailaban, Mateo se acercó a Olivia, mirándola con complicidad.

—Sos la mejor compañera de disfraces que podría pedir.—dijo, acariciándole la mejilla.

—Vos sos el mejor compañero en mi vida siempre, lo que te amo hermoso de mierda—respondió ella, dejándole un beso en la mejilla.

Mientras el ambiente se llenaba de música y risas, un grupo de amigos se acercó a ellos, bailando y disfrutando de la fiesta. El lugar estaba lleno de energía, y todos compartían ese momento especial.

—¡Esto es increíble! —gritó Tuli, levantando una copa y brindando con todos.

Olivia levantó la suya. —¡Por noches así!

La noche se llenó de anécdotas, risas y música. La fiesta terminó con un gran baile, y Mateo tomó la mano de Olivia mientras se despedían.

—Esto fue solo el comienzo, Oli. Cada noche juntos es una aventura, y esta fue épica —dijo, mirándola a los ojos.

—No tengo dudas, gordo. La próxima vez, el disfraz tiene que ser aún más loco —contestó ella, sonriendo.

Con el corazón lleno de alegría y una noche inolvidable a sus espaldas, se alejaron de la fiesta, sabiendo que juntos podían hacer que cualquier noche se convirtiera en una aventura.

one shots-truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora