ⵊɴᴅʀᴀ's Wɪꜰᴇ

Dia 10 (Alguien viene)

Con el paso de los días, Sakura comenzó a sentir cómo los recuerdos de su vida anterior se desvanecían por completo. Lo que alguna vez había sido vívido en su mente, como los rostros de Naruto, Kakashi y Sasuke, ahora se perdía como un eco lejano, algo intangible que no podía recordar claramente. Su mente estaba ahora completamente enfocada en su vida con Indra, en este nuevo mundo donde su pasado ya no tenía lugar.

Indra observaba ese cambio con una profunda satisfacción. Sakura estaba finalmente libre de las ataduras de su antiguo mundo. Y aunque nunca lo había dicho en voz alta, sentía que esto consolidaba su vínculo de una manera inquebrantable. Ella era suya ahora, completamente, y eso lo llenaba de un extraño sentido de victoria.

Una tarde, decidieron bajar al pueblo nuevamente. Sakura había estado sugiriendo que ambos necesitarían ropa nueva, especialmente algo más apropiado para las ceremonias y reuniones importantes. El santuario podía ser su refugio, pero sabían que no podían permanecer aislados del todo.

—Podemos probar algunos trajes diferentes —dijo Sakura con entusiasmo mientras caminaban por las pequeñas tiendas del mercado—. He visto algunos diseños hermosos la última vez que estuvimos aquí. Creo que te sorprenderías.

Indra, quien rara vez mostraba interés por la ropa, se dejó llevar por la energía de Sakura. Había algo en su sonrisa y su entusiasmo que lo hacía ceder. Si esto la hacía feliz, entonces él estaría dispuesto a seguirla.

Entraron en una tienda decorada con telas de colores vivos, y Sakura inmediatamente se perdió entre los maniquíes, seleccionando algunas prendas que le llamaban la atención. Los tonos brillantes y las sedas suaves resaltaban su belleza natural, y mientras se probaba diferentes trajes, su rostro irradiaba una alegría despreocupada que hacía mucho no mostraba.

—Este es precioso —dijo Sakura, sosteniendo un kimono de color violeta con bordados dorados—. Me gusta cómo se siente.

Indra la observaba en silencio, admirando cómo cada prenda parecía resaltar su gracia. Ella había cambiado tanto desde que llegaron a este tiempo. Se veía más libre, más ligera. La ausencia de los recuerdos de su vida pasada la había transformado en alguien completamente presente, alguien cuyo corazón estaba completamente en este lugar, con él.

—Te ves hermosa en todos ellos —dijo Indra con voz baja, sincera.

Sakura se giró hacia él con una sonrisa cálida y, por un momento, se permitió admirar cómo también él se veía imponente y elegante en la ropa que había seleccionado. Parecían dos nobles, dos personas de otro tiempo y lugar, perfectamente sincronizados.

—¿Qué piensas de este? —preguntó ella, sosteniendo un vestido con tonos rosados suaves, algo que le recordó vagamente a su cabello, aunque no podía decir por qué.

Indra dio un paso hacia ella, sus ojos oscuros fijándose en los detalles del traje. Justo cuando iba a responder, sintió algo. Una perturbación en el aire, una presencia familiar, algo que no había sentido en mucho tiempo. Su mirada cambió instantáneamente, volviéndose más aguda, como si hubiera detectado una amenaza invisible.

—¿Qué ocurre? —preguntó Sakura, notando el cambio en su actitud.

Indra entrecerró los ojos, como si estuviera tratando de identificar lo que sentía. Era un chakra poderoso, uno que conocía bien, aunque no lograba identificarlo del todo en ese momento. Algo oscuro, familiar y antiguo estaba cerca, pero no lo suficientemente cerca como para manifestarse aún.

—Nada... —murmuró finalmente, aunque seguía sintiendo esa incomodidad en el fondo de su mente—. Probablemente solo una sensación pasajera.

Sakura lo miró por un momento más, pero decidió no presionarlo. Confiaba en su juicio y en su fortaleza. Si decía que no había nada de qué preocuparse, entonces ella no se preocuparía.

Aun así, mientras se probaba el último traje, sintió una vaga inquietud, como si algo en el aire hubiera cambiado. No podía saberlo, pero algo, o alguien, de su pasado había entrado en su línea temporal. Sin embargo, esos pensamientos se desvanecieron tan rápido como llegaron, y Sakura, completamente inmersa en su nueva vida, dejó que la preocupación desapareciera.

—Este es perfecto —dijo ella, volviendo a su expresión alegre—. Me quedaré con este.

Indra, a pesar de la perturbación que había sentido, se permitió sonreírle. El lazo entre ellos era más fuerte que cualquier chakra antiguo que pudiera amenazarlos, o al menos eso quería creer. Mientras estuviera con ella, nada podría separarlos.

Sakura terminó de pagar los trajes y juntos comenzaron a caminar de regreso al santuario, sus siluetas proyectadas por el sol que empezaba a ponerse en el horizonte. Indra seguía sintiendo una extraña tensión en el aire, pero decidió no mencionarlo. Lo importante ahora era que Sakura estaba con él, completamente libre de su pasado. Cualquier amenaza podía esperar.

Sin que ellos lo supieran, Sasuke había cruzado hacia su línea temporal, pero su presencia se mantenía distante, por ahora. Indra, sin saberlo, estaba a punto de enfrentar una prueba más grande de lo que pensaba.