Dia 9

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Con el paso de los días, la relación entre Sakura e Indra continuaba profundizándose. La distancia entre los recuerdos de su antigua vida y su nueva realidad se hacía más palpable, y ambos comenzaban a encontrar una extraña paz en su convivencia. Indra, quien siempre había estado envuelto en conflictos internos y externos, ahora parecía más relajado. Por su parte, Sakura encontraba en él una fortaleza que, poco a poco, la estaba conquistando.

Al Noveno día de estadía, mientras descansaban en el santuario, Sakura mencionó que había visto un cartel en el pueblo sobre unas aguas termales no muy lejos de allí. Decidió proponer una pequeña aventura.

—He oído que las aguas termales son conocidas por sus propiedades curativas —dijo Sakura, mientras organizaba algunos suministros—. Creo que sería una buena idea ir. Podríamos relajarnos un poco, dejar de lado el entrenamiento y las preocupaciones por un día.

Indra la miró con curiosidad, no acostumbrado a ese tipo de actividades de ocio. Siempre había vivido con un sentido constante de alerta, pero había aprendido a confiar en Sakura lo suficiente como para aceptar la propuesta.

—Si crees que nos beneficiará, vamos —respondió él, asintiendo ligeramente.

Sin perder tiempo, ambos emprendieron el camino hacia las aguas termales, disfrutando del paseo tranquilo por el bosque. El sonido de la naturaleza a su alrededor tenía un efecto calmante, permitiéndoles relajarse como no lo hacían desde hacía tiempo.

Al llegar, fueron recibidos por la vista de unas aguas cristalinas rodeadas de formaciones rocosas, con vapor que se elevaba suavemente en el aire. El lugar parecía sacado de un sueño, con un ambiente sereno y un aire de paz que envolvía todo. No había más personas, lo que les ofrecía un refugio perfecto para disfrutar de un momento a solas.

—Es hermoso —comentó Sakura, impresionada por la belleza del lugar. El agua emanaba un calor acogedor, y los alrededores, llenos de naturaleza, hacían que el lugar se sintiera aislado de cualquier problema.

Indra, observando el entorno, se sintió sorprendentemente tranquilo. Aunque la idea de relajarse en un ambiente como este era extraña para él, estar con Sakura en este lugar lo hacía más cómodo.

—No esperaba algo así... pero parece agradable —admitió, mientras se acercaba al borde de las aguas.

Sakura se rió suavemente y comenzó a quitarse los zapatos. Sentía que la tensión de las últimas semanas se desvanecía poco a poco, y el simple hecho de sumergirse en el agua caliente parecía una bendición.

Ambos se deslizaron en las aguas termales, y el calor envolvió sus cuerpos como un abrazo reconfortante. El vapor que se elevaba les daba una sensación de privacidad, incluso cuando estaban al aire libre. Sakura suspiró con alivio, dejando que el agua relajara cada músculo de su cuerpo.

—Esto es justo lo que necesitábamos —dijo ella, cerrando los ojos por un momento mientras se dejaba llevar por la tranquilidad del lugar.

Indra, sentado a su lado, la observaba. El contraste entre su habitual naturaleza guerrera y este momento de calma lo desconcertaba. Sin embargo, ver a Sakura relajada, disfrutando de un simple placer, hacía que se sintiera más en paz consigo mismo. Era como si las cargas del pasado se disiparan temporalmente en la calidez del agua.

—No puedo negar que es una experiencia diferente —dijo él, cerrando los ojos por un momento, dejándose llevar por el calor que lo rodeaba.

Sakura lo miró y sonrió. Este era un lado de Indra que rara vez veía, un lado más vulnerable, lejos de la eterna batalla por el poder o el control. Por un breve momento, parecía simplemente un hombre que compartía un momento de tranquilidad con alguien a quien le importaba.

—Deberíamos hacer esto más a menudo —dijo ella con una risa suave—. Hay más en la vida que solo entrenamiento y peleas, ¿sabes?

Indra abrió los ojos y la miró con una leve sonrisa, algo raro en él.

—Quizás tengas razón... aunque no me acostumbro a la idea de tomarme tantos descansos —respondió, aunque su tono indicaba que estaba disfrutando del momento.

El tiempo pasó sin que se dieran cuenta. Conversaron sobre cosas simples, dejando de lado las preocupaciones más profundas, y por primera vez en mucho tiempo, ambos se permitieron simplemente disfrutar de la compañía del otro sin la presión del destino o la lucha por el poder.

Sakura, en un momento, se dejó caer ligeramente contra el borde rocoso, mirando el cielo despejado sobre ellos. Sentía el cuerpo ligero y la mente clara, como si el peso de sus preocupaciones hubiera sido temporalmente apartado.

—Es difícil creer que, hace no mucho, estaba en un lugar completamente diferente —murmuró ella, más para sí misma que para Indra.

Indra, aunque no respondió inmediatamente, entendió a qué se refería. Sabía que los recuerdos de su vida pasada aún flotaban en su mente, pero cada vez con menos intensidad. Y aunque él no lo mencionaba, le agradaba la idea de que Sakura comenzara a olvidar esa vida y se sumergiera más en la nueva realidad que compartían.

—El tiempo tiene una forma de hacer que todo cambie —dijo finalmente, con voz tranquila—. Y quizás este sea el cambio que ambos necesitábamos.

Sakura lo miró de reojo y asintió lentamente. Aunque aún había una parte de ella que recordaba su pasado, cada vez más se sentía conectada a esta nueva vida. Los momentos como este, donde todo parecía tan simple, le daban una sensación de pertenencia que no había esperado encontrar.

Después de un rato más, decidieron salir del agua. Sus cuerpos relajados y sus mentes despejadas, se sentaron en una roca cercana para secarse y disfrutar de la suave brisa del atardecer.

—Deberíamos regresar antes de que caiga la noche —dijo Sakura, sintiendo el frescor en el aire.

Indra asintió, pero antes de levantarse, la miró por un momento, como si quisiera decir algo que había estado rondando su mente.

—Sakura... —comenzó, su tono más suave de lo habitual—. No importa lo que pase... mientras estés a mi lado, lo que sea que ocurra en este mundo o el próximo no me importa.

Sakura lo miró, sorprendida por su sinceridad. Las palabras de Indra, llenas de una extraña mezcla de vulnerabilidad y determinación, la tocaron de una manera profunda. Sabía que su relación con él era complicada, pero momentos como este le mostraban el lado de Indra que había comenzado a amar.

—No tienes que preocuparte —respondió ella, acercándose un poco más—. Estoy aquí porque quiero estarlo.

Indra la observó con intensidad, y por un breve momento, toda la distancia entre sus vidas pasadas se desvaneció. El presente era lo único que importaba, y en ese momento, en ese lugar, todo parecía estar en equilibrio.

ⵊɴᴅʀᴀ's WɪꜰᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora