🐺
El hombre permaneció en silencio unos segundos, sus ojos fijos en Danna, evaluándola como si fuera un simple desafío más. Finalmente, entrecerró los ojos y, con una voz grave y amenazadora, repitió:
—¿Perché dovrei farlo?
La amenaza en su tono me heló la sangre. Era como si cada palabra viniera cargada de una fuerza oscura, algo que no podía controlar. Sentí el cuerpo tensarse automáticamente, mientras el ambiente se volvía más denso. Apenas podía respirar bien.
Danna no se inmutó. Su mandíbula estaba apretada, pero mantenía la calma con una determinación envidiable.
—No tienes ninguna razón —respondió ella, firme, aunque pude notar el filo en su voz—. Pero tampoco tienes derecho a hacer lo que estás intentando.
El hombre sonrió, una mueca torcida y perturbadora que me revolvió el estómago. Antes de que pudiera procesarlo, su mano se movió con una velocidad inhumana, atrapando el cuello de Danna con una fuerza brutal. Mi corazón se detuvo al verla alzada unos centímetros del suelo. Sus piernas luchaban por mantenerse erguidas, mientras trataba de zafarse.
—¡No! —exclamé, incapaz de moverme.
Pero Danna no parecía ser de las que se dejaban vencer tan fácilmente. Con toda la fuerza que le quedaba, lanzó un golpe directo a la mandíbula del tipo. El impacto resonó, y él retrocedió, soltándola de inmediato. Sangre comenzó a brotar de su labio, y él se tocó la herida, mirándola con una extraña mezcla de diversión y sorpresa.
—Pequeña chiquilla —gruñó con su acento marcado—. Golpeas bien... mi piace.
(Me gusta)
Ese tono perturbador me hizo estremecerme. Parecía que disfrutaba del dolor. Pero lo que me dejó sin aliento fue cuando sacó una navaja brillante de su chaqueta. El metal reflejaba la poca luz del bosque, y el peligro era evidente en cada movimiento que hacía. Sus ojos se clavaron en mí, como si fuera su siguiente objetivo. Todo mi cuerpo se tensó, incapaz de reaccionar de inmediato.
—No... —murmuré, retrocediendo instintivamente.
Con una rapidez que apenas pude seguir, se lanzó hacia mí con la navaja en alto. Sentí el corazón detenerse, pero antes de que pudiera reaccionar, Danna se lanzó contra él, apartando la navaja justo a tiempo. Los dos cayeron al suelo, envueltos en una feroz pelea.
Quedé paralizada por un segundo, observando la escena frente a mí. Las enseñanzas de mi padre resonaron en mi mente. Sus clases de defensa, los movimientos cuerpo a cuerpo... Me había insistido en que, algún día, podrían salvarme la vida. Nunca pensé que realmente necesitaría usarlas.
Danna estaba luchando con todo lo que tenía, pero el tipo era rápido, mucho más fuerte de lo que parecía. Se reía mientras esquivaba los golpes, disfrutando de cada segundo.
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La Marca del Destino ©
RomanceEsa noche fue suficiente para acabar con mi felicidad; él lo logró, había acabado con todo lo que tenía. En Greyson, nuevos habitantes llegan, atractivos a primera vista, pero escondiendo más de lo que aparentan, y ella pronto lo descubrirá. Nyssa W...