Capítulo 6 💫

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—NYSSA WALTON—

La melodía del arpa llenaba la casa con una dulzura embriagadora, como si cada nota fuera un suspiro de nostalgia y esperanza. Mis dedos danzaban sobre las cuerdas, siguiendo el ritmo de los recuerdos que fluyen a través de mi mente.

Recuerdo a mi madre. Ella fue mi primera maestra, mi guía en el arte de la música, y cada vez que tocaba, sentía su presencia a mi lado, envolviéndome con su amor. Desde muy joven, me cautivó la elegancia y la pasión con la que ella tocaba, y su música se convirtió en mi mayor inspiración. El día que me regaló esta arpa, decidí que aprendería con la misma admiración y pasión con la que ella lo hizo.

El sonido del arpa me transportaba a tiempos más simples, cuando la vida era un lienzo en blanco lleno de promesas. Cerré los ojos y me dejé llevar por la melodía, dejando que las notas me llevarán a lugares lejanos y sueños olvidados. En cada acorde, encontraba la fuerza para seguir adelante, recordando que la música era mi refugio en los momentos de oscuridad.

Mis pensamientos se perdían en un laberinto de ideas mientras mis dedos danzaban sobre las cuerdas del arpa. Estaba tan sumida en mi mundo interior que apenas era consciente del mundo que me rodeaba. El sonido resonante del instrumento llenaba la habitación, envolviéndome en una melodía que parecía surgir directamente de mi alma.

Pero entre las notas y los recuerdos, una figura se formaba en mi mente, alta y con unos ojos azules profundos que me miraban con una intensidad arrebatadora. Esa imagen se había vuelto cada vez más frecuente en mis pensamientos, y aunque al principio me había desconcertado, ahora me encontraba contemplándola con una extraña sensación de placer.

Los labios de aquel hombre, tentadores y seductores, que prometían secretos prohibidos, se presentaban en mi mente, invitándome a un mundo de pasión y deseo que me resultaba desconocido. ¿Por qué no puedo apartarlo de mi mente?

Su recuerdo me perseguía incluso en los momentos más íntimos, como este, cuando estoy completamente absorbida por la música.

Me sonrojé ante la idea de que él fuera el protagonista de mis pensamientos más ocultos, pero al mismo tiempo, no podía negar que la idea no me disgustaba.

Pero antes de que pueda profundizar más en mis pensamientos, un repentino dolor me arrancó de mis ensoñaciones. Un dolor punzante cortó el aire, interrumpiendo el flujo de la melodía. Miré hacia abajo y vi una pequeña gota de sangre brotando de mi dedo índice, donde una de las cuerdas del arpa había cortado la piel. Un leve quejido escapó de mis labios mientras el ardor se extendía por mi dedo.

Instintivamente, llevé mi dedo a la boca, sintiendo un repentino deseo de chuparlo para aliviar el dolor. Al principio, esperaba sentir disgusto al probar mi propia sangre, pero para mi sorpresa, encontré el sabor cautivador, casi hipnótico. Cada gota parecía contener un poder seductor, una promesa de algo más oscuro y primitivo. El sabor metálico inundaba mi boca, despertando un deseo en lo más profundo de mi ser.

La Marca del Destino ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora