Capítulo 30 💫

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 MARATON 2/3 

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Estaba nerviosa. Mi estómago estaba en un nudo y mi mente no dejaba de dar vueltas. Miré mi uniforme en el espejo, y no pude evitar hacer una pequeña mueca.

La falda corta y ajustada, justo por encima de las rodillas, tenía un tono negro brillante que resaltaba con la camisa blanca que, a pesar de ser elegante, me hacía sentir un poco fuera de lugar. La camisa tenía un escote discreto, no demasiado pronunciado, pero aún así, sabía que era un look más llamativo de lo que estaba acostumbrada. El chaleco negro que llevaba encima ajustaba perfectamente, y los detalles plateados en los botones daban un toque sofisticado.

Cuando llegué a la mansión, no había nadie: ni los padres de Danna ni sus hermanos. Eso hizo que fuera más fácil para Danna enseñarme lo básico antes del turno. Me mostró cómo sostener la bandeja sin que se tambaleara y me explicó algunos nombres de bebidas y cómo diferenciarlas. Aunque no aprendí todo perfectamente, estaba decidida a hacer lo mejor para no fallar en mi primer día.

Danna también me explicó que entre las camareras VIP había una líder llamada Margareth, encargada de organizar al personal y asegurarse de que todo saliera bien. Me recomendó prestarle mucha atención y seguir sus instrucciones al pie de la letra.

Aunque la idea de estar bajo supervisión me ponía algo nerviosa, al menos sabía que podría apoyarme en alguien con experiencia.

Recogí mi cabello en un moño alto, lo suficientemente apretado para que no se moviera ni un centímetro, pero no tanto como para que me doliera el cuero cabelludo. Quería verme lo más presentable posible, aunque no dejaba de sentirme un poco incómoda con todo este mundo nuevo.

La cara, limpia de maquillaje excepto por un toque de labial rojo, que me había puesto para darle algo de color a mis labios, parecía más calmada de lo que me sentía en ese momento. Aunque, al mirarme en el espejo, aún sentía esa sensación de estar fuera de lugar.

Danna me había explicado con bastante claridad cuál sería mi función. Como camarera VIP, mi trabajo era sencillo en teoría, pero un poco aterrador en la práctica. Tendría que atender a los clientes más exclusivos, aquellos que pagaban más por privacidad, por servicio rápido y, sobre todo, por comodidad.

No era una camarera común; debía ser más discreta, más atenta y sobre todo, saber recomendar bebidas. Aunque no sabía mucho sobre bebidas en general, Danna me había dicho que me enfocaré en algunas de las más populares: cócteles como el martini, mojitos y whiskey en las rocas. Necesitaba ser capaz de sugerirlos, y si alguien pedía algo fuera de lo común, iba a tener que improvisar.

Lo que más me ponía nerviosa, sin embargo, era que apenas conocía a algunas personas en este lugar. Los guardias en la entrada me parecían amigables, ya que los había saludado brevemente cuando llegué, pero no conocía a nadie más. No sabía qué esperar de los demás empleados ni qué tipo de clientes iban a estar esa noche. Mi mente estaba llena de dudas y de un miedo a no estar a la altura.

La Marca del Destino ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora