LA SAGA DE JEIGO EL CLON ASESINO PERFECTO DE AMORE MAN CAPITULO 2

8 1 0
                                    

CAPITULO 2

Jeigo, el legendario asesino que había regresado del pasado gracias al poder oscuro de Amore Man, no tenía tiempo que perder. Su misión de venganza, impulsada por una furia imparable, lo había convertido en una máquina de destrucción implacable. El primer objetivo en su lista eran los responsables directos de su muerte: **Los de Valencia**, una de las mafias más poderosas y sanguinarias de España. Años atrás, cuando Jeigo aún no conocía la traición,

Los de Valencia habían sido pieza clave en el complot que lo llevó a su aparente fin. Ahora, con el poder oscuro y cósmico que le había otorgado Amore Man, regresaba para erradicar a cada uno de ellos.

Al caer la noche, Jeigo aterrizó con fuerza en las afueras de la base principal de Los de Valencia, un imponente complejo fortificado en las colinas que rodeaban la ciudad. Sus botas resonaron en el suelo polvoriento mientras su cuerpo irradiaba una energía oscura que distorsionaba el aire a su alrededor. **No era el mismo Jeigo de antes.** Ahora, el poder oscuro cósmico corría por sus venas, dándole una fuerza más allá de lo imaginable.

El sonido de alarma resonó en la base mientras miles de matones salían de todas direcciones. La mafia española había estado esperando su llegada desde que sus movimientos en el inframundo se volvieron conocidos, pero no estaban preparados para lo que estaba a punto de suceder.

**El primer ataque** fue devastador. Jeigo, con un simple movimiento de su mano, lanzó una ráfaga de energía oscura que atravesó a cientos de matones, desintegrándolos en un instante. La ola de destrucción era silenciosa pero letal, como si la misma esencia de la realidad estuviera siendo desgarrada por su poder. El caos se desató mientras los soldados y sicarios intentaban contraatacar.

**Pandilleros armados** comenzaron a disparar desde las torretas y posiciones elevadas, llenando el aire con balas y explosiones. Pero Jeigo solo se reía. Sus ojos brillaban con una luz fría, y con un salto descomunal, se desplazó a una velocidad que los ojos humanos apenas podían seguir. Caía entre ellos como un meteorito, golpeando el suelo con puños llenos de energía oscura cósmica, generando explosiones que pulverizaban a decenas de hombres a la vez.

Cada golpe que daba era como una detonación cósmica, y cada paso que daba destruía estructuras y vehículos en un radio devastador. **Miles de pandilleros**, que alguna vez se creyeron invencibles, caían ante su poder como hojas arrastradas por el viento. No había compasión en los ojos de Jeigo; había regresado del pasado para limpiar el mundo de aquellos que lo habían traicionado, y no dejaría a ninguno con vida.

**Después de la masacre inicial**, Jeigo se dirigió a la segunda oficina del complejo, donde tres de los matones más poderosos de la organización lo esperaban: **Aju, el matón de golpes; Ukis, el maestro de las armas punzantes; y Toro, el experto en espadas**. Estos hombres no solo eran conocidos por su fuerza brutal, sino por la forma despiadada en la que hacían cumplir la voluntad de Los de Valencia. Fueron ellos quienes, en su vida pasada, lo sometieron antes de que sus propios compañeros lo traicionaran.

—¡Te mataremos aquí y ahora, maldito traidor! —gritó Aju, mientras sus músculos se tensaban y corría hacia Jeigo con sus puños listos para aplastarlo.Ukis y Toro lo siguieron, cada uno lanzándose con la velocidad y la destreza que los caracterizaba. Ukis blandía cuchillos con precisión mortal, mientras Toro, con una enorme espada curva, cortaba el aire con un zumbido aterrador.

Pero **Jeigo no era el mismo hombre que ellos recordaban**. Mientras sus ataques caían sobre él, simplemente se quedó inmóvil, observando cómo las armas rebotaban inútilmente contra su piel reforzada por la energía cósmica. Los golpes de Aju eran como brisas inofensivas, los cuchillos de Ukis se desintegraban al contacto, y la espada de Toro, que había matado a innumerables hombres, se rompió al chocar contra el aura oscura que rodeaba a Jeigo.

—¿Esto es lo mejor que tienen? —dijo Jeigo, con una sonrisa malévola en su rostro. Luego, con un movimiento rápido y letal, escupió una ráfaga de **energía oscura cósmica** que envolvió a los tres matones. La energía era tan intensa que sus cuerpos se desintegraron en segundos, sin dejar rastro. Aju, Ukis, y Toro, los hombres más fuertes de Los de Valencia, habían sido aniquilados sin siquiera tener la oportunidad de comprender lo que había sucedido.Con la **segunda oficina destruida**, Jeigo avanzó hacia su verdadero objetivo: la **oficina principal**, donde el líder de Los de Valencia, **Suku**, lo esperaba. Suku, un hombre imponente y temido en toda España por su brutalidad, lo había visto todo desde las cámaras de seguridad. Su rostro estaba lleno de rabia y desesperación al ver cómo su imperio caía ante un solo hombre.

Cuando Jeigo abrió las puertas de la oficina, Suku estaba listo con un **arma de gran calibre**, un cañón modificado que podía atravesar blindaje militar. Sin decir una palabra, comenzó a disparar ráfagas de energía pura hacia Jeigo. Las balas volaban a una velocidad que el ojo humano apenas podía seguir, pero Jeigo simplemente se movía a la misma velocidad, esquivándolas como si no fueran más que moscas molestas.

—¡Maldito! ¿Cómo es posible que hayas matado a mis hombres? ¡Esto es imposible! —gritaba Suku, su voz llena de desesperación.

Jeigo no respondió. Con un solo movimiento, se teletransportó frente a Suku, y antes de que el jefe de la mafia pudiera reaccionar, **Jeigo lo noqueó con un cabezazo** cósmico. El impacto fue tan brutal que Suku quedó paralizado, su cuerpo temblando por el dolor y la sorpresa. Jeigo levantó su mano, y una esfera oscura comenzó a formarse en su palma. Con un movimiento rápido, lanzó un **láser cósmico** que atravesó el cuerpo de Suku y continuó su trayectoria, destruyendo toda la base de la mafia en una explosión masiva.

Los de Valencia, la organización que había gobernado las sombras de España durante décadas, habían sido completamente erradicados. Jeigo observaba el cráter que había quedado donde alguna vez estuvo su fortaleza, sintiendo una profunda satisfacción. Uno de los principales responsables de su muerte había caído, y eso le proporcionaba una oscura paz.—Perfecto —murmuró Jeigo, mientras su mirada se perdía en el horizonte—. Esto me satisface. Uno de mis enemigos ha caído. Pero esto no termina aquí.Su mirada se endureció al recordar el siguiente objetivo en su lista: **Los Narcos Plateados de México**, otra organización que había jugado un papel crucial en su traición. Y mientras la energía cósmica de Amore Man seguía fluyendo por su cuerpo, Jeigo sonrió, sabiendo que la venganza solo acababa de empezar.

Amore Man El Villano Invicto Mas Poderoso De Toda La Ficcion y Del Mundo RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora