|| And Ever || Carlos de Vil [3]

▪︎ TWENTY FIVE

El Sol y la Estrella

—Creo que solo queda un asunto pendiente —afirmó Artemisa—. Harry Hook, ponte en pie, por favor.

El pirata se levantó lentamente. Miró a los oscuros ojos de la diosa mientras caminaba hacia ella. A unos metros de su trono, se hincó en una rodilla.

—Me hiciste un enorme favor, muchacho. Y tu recompensa será cobrada en este mismo instante. —Los ojos de Apolo brillaron atentos, pero desvió la mirada—. Yo, Artemisa, diosa de la Caza, señora de la Luna, te ofrezco...

—No —interrumpió Harry.

—¿Qué?

—No quiero una recompensa —dijo Harry—. Lo que hice fue un favor. Y, como recompensa, tengo mil recuerdos —miró a Apolo— que son mejores que cualquier otra cosa. No quiero nada más.

El inmortal corazón de Apolo bombeaba icor como el de un quinceañero mortal. Las pupilas dilatadas del pirata yacían sobre él.

—No deseo ofenderos, mi Señora, pero todo lo que tengo ahora, la oportunidad de la nueva vida que voy a comenzar, es todo lo que puedo desear.

Artemisa le regaló una sonrisa.

—Eres el mortal más honorable y sincero que he conocido, Harry. No solo has hecho algo por mí, sino también por tu familia, por tu tripulación, por mí prima Hela y, confío, por mi hermano Apolo. Así que, por favor, acepta este regalo de mi parte.

Artemisa extendió una mano abierta hacia el pelinegro. De su mano salió una estela rodeada de brillos y estrellas que relucían y envolvían a Harry cual crisálida. Harry sintió un tirón en su estómago, sus pies levitar en el aire.

La luz se extinguió. Harry apareció ataviado con un espectacular traje azul oscuro con emblemas y encajes de estrellas plateadas en las solapas de la chaqueta, dejando ver parte de su piel pálida. Su cabello estaba bien peinado, su rostro estaba limpio. Y sobre su cabeza reposaba una corona de plata y obsidiana.

—Os presento a Harry Hook —anunció Artemisa a los Olímpicos—. Mi nuevo Lord de las Estrellas.