|Epílogo|

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La luna provocaba brillos en las piritas que formaban la corona de Hela

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La luna provocaba brillos en las piritas que formaban la corona de Hela.

En el gran salón del Olimpo, todos celebraban una nueva era en la que Apolo aceptaba sonriente las ofrendas que presentaban a los pies de su trono y en la que Hela acababa de ser coronada como la diosa de la Familia, el Matrimonio y la Fraternidad.

Su vestido griego blanco inmaculado había pertenecido a Hera, al igual que todos sus joyas. Ahora, Hela no era una niña de 16 años, ni siquiera la guerrera que siempre había sido, sino la nueva diosa del Olimpo.

Una cálida mano acarició su espalda. Ella se giró para ver los oscuros y tranquilos ojos de Carlos. En su cabello blanco reposaba una corona de laurel, y su traje estaba impecable.

—Sé que llegó un poco tarde, mi Señora, pero tengo algo para vos.

Hela rio. Tomó la mano de Carlos y dejó que la guiase a ciegas fuera de la sala de eventos. Caminaron a través de los pasillos oscuros hasta el portón de la nueva habitación de Hela, con una cama gigantesca, un balcón con vistas a los jardínes de Perséfone en la superficie.

Sobre la cama se hallaba el regalo de Carlos para Hela. Ella abrió los ojos como platos.

—Te lo prometí —Carlos se encogió de hombros mientras su novia admiraba la funda de la guitarra—. Vamos, ábrela. Es tuya.

Hela abrió la funda para encontrar la guitarra blanca con cuerdas doradas. Estaba perfectamente afinada, lista para ella.

—Feliz Ceremonia de Titulación —sonrió Carlos.

Hela se lanzó a sus brazos para besarlo.

—¡Te amo!

—Yo más.

—Siempre.

—Para siempre.

—Y por siempre.

Fin

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LA GUITARRAAAA😭😭😭

|| And Ever || Carlos de Vil [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora