"POR EL BIEN MAYOR" ⁓Una Historia Diferente⁓

𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 𝟒: "𝑼𝒏 𝒏𝒖𝒆𝒗𝒐 𝒄𝒐𝒎𝒊𝒆𝒏𝒛𝒐, 𝑺𝒖𝒔 𝒐𝒋𝒐𝒔 𝒚 𝑳𝒂 𝒗𝒆𝒓𝒅𝒂𝒅 𝒅𝒆 𝑨𝒍𝒃𝒖𝒔".

𝐆 𝐄 𝐋 𝐋 𝐄 𝐑 𝐓

    Por la noche, Albus se despidió de Bathilda y su nuevo "amigo". Estaba confundido y a la vez en blanco al salir de la casa. Había llovido y el suelo nuevamente estaba lodoso, así que decidió caminar lento hacia su casa, era estúpido pensar en teletransportarse estando tan cerca. Pero entonces antes de entrar escucho un ruido extraño, las casas del Valle de Godric eran muy pequeñas por lo que tenían almacenes y graneros en una cierta área, donde cada uno guardaba las cosas que no cabrían en sus áticos: ahí fue donde provino el ruido, pensó que quizá había lobos salvajes, porque muchas veces pasaba que entraban a refugiarse de la lluvia, pero no pensó en que podían ser personas. Entonces al llegar a uno de los establos, se dio cuenta de que no era un animal si no personas buscando entre las cosas, los vio de reojo, eran los tipos borrachos de la última vez.

—Sera mejor que se vayan —advirtió. Albus se encontraba solo en esa situación.

＊＊＊

    Mientras tanto Gellert había abierto el regalo que Albus le dio, no había esperado mucho pues era una cajita muy pequeña, pero a abrirla estaba tan enojado que ni siquiera se le ocurrió preguntar a su tía la dirección de la casa de Albus, así que solo salió de su apacigua casa y miro al suelo buscando las huellas en el lodo, sabía que serían demasiado diminutas como Albus.

—Ese estúpido en verdad me las va a pagar —se dijo a si mismo— ¿En serio me regalo unos calcetines? De seguro me está tomando el pelo, ¿dónde vivirá? —miro a los lados. «Tiene cinco minutos que salió, no debe andar lejos», pensó.

    Llego hasta donde estaban los establos y ahí vio que estaba de espalada y tres personas frente de él, Gellert se ocultó detrás de un árbol para que no le vieran.

—¿Qué está haciendo? —se preguntó.

    Albus tenia a los tres tipos frente de él, y desde lo lejos, dijo:

—Les dije que se fueran, o llamare a la policía.

—Uyy la policía, que miedo —dijo uno de los hombres, en tono sarcástico.

—No sé qué hacen en este pueblo —dijo, Albus—, pero será mejor que no vuelvan, es muy peligroso aquí.

—Si, se sabemos de lo que dicen en este lugar —dijo el mismo hombre—, pero no nos importa, a lo que vinimos fue por el hombre que vino aquí en ese elegante carruaje y finos zapatos, ¿sabes quién es? Dinos donde vive y te dejaremos en paz.

    Por un momento Gellert pensó que Albus lo diría, solo para ver su cara cuando esos tipos le robaran sus cosas, sin embargo, Albus contesto:

—No, no le conozco, no sé de qué hablan, ¿elegante carruaje? Nunca eh visto nada de eso por aquí, así que será mejor que se vayan.

—¡Miente! —exclamo uno de los otros hombres.

—Solo mírale su ropa, sabía que en este lugar ocultaban algo. Por eso dicen que hacen brujería aquí, es la fachada de la verdad, tienen mucho dinero y no lo quieren compartir.

—¡Ahh! Por favor ya váyanse —espeto Albus, furioso—. Les estoy diciendo que por su bien se larguen y nunca escuchan, tontos muggles, los odio, nunca aprenden.

    Gellert al oír esto se le abrieron muy grandes los ojos, no pensó que Albus fuera el tipo de persona que diría eso y en ese tono, pensó que parecía un chico demasiado tranquilo.

—¿Qué dices? —dijo el hombre líder.

—Señor, golpeemos a este también —dijo otro—. Será más fácil que aquellos otros dos niños.