𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 𝟏𝟓: "𝑳𝒂 𝒃𝒖𝒔𝒒𝒖𝒆𝒅𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝑹𝒆𝒍𝒊𝒒𝒖𝒊𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝑴𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆". (𝑷𝑨𝑹𝑻𝑬 °𝟏)

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    Ya había pasado varios minutos desde que lord Rosier había hecho la aparición y se había marchado; sin darse cuenta ambos se habían quedados quietos y en silencio en el frio bosque, Albus estaba temeroso de hacer preguntas y bajo la mirada, aun consternado por todo que había sucedido.

—Deberíamos volver... —hablo Gellert, en un tono bajo. Estuvo a punto de encaminarse nuevamente al almacén.

—Espera... —Gellert se detuvo y volteo a ver a Albus—. ¿Por qué me seguiste?

—Solo intuí que si nos estaba vigilando debíamos estar en constante peligro. Por suerte no fue así.

—Ya veo. Gracias —oculto su sonrisa.

—Me alegro de haber llegado a tiempo. Aunque no resulto ser lo que yo me temía.

—Le conoces, ¿cierto?

—Así es, es un viejo amigo de mi familia, bueno no, en realidad solo lo era amigo de mi... —Gellert se detuvo justo antes de terminar y se quedó medio paralizado, como si le doliera pronunciarlo; al recordar algo.

    Albus compendio de cierta manera, que él no hablaría.

—Está bien, no tienes que decírmelo.

—Lo siento.

—Está bien, no te disculpes —le sonrió.

—¿Te sientes mejor ahora que sabes que hay alguien el Ministerio que puede ocultar nuestras huellas... bueno, mis huellas?

—Me siento muy aliviado, si, sin embargo, hay que ser lo más precavidos. Se lo que dijo, pero no debes utilizar tu magia así a la ligera.

—¿Acaso me estás dando una reprimenda?

—No para nada. La verdad es que estoy muy feliz, tienes mucha suerte. ¿Quién diría que tuvieras a tanta gente apoyándote desde dentro de la C.I.M.?

—Bueno, en si es por mi familia. Yo soy solo el peón de lo que queda de nuestra rebelión.

—Habías dicho que ese fuego —señalo—, lo que hiciste apenas hace unos minutos: era lo habías que habías logrado para probar la lealtad de tus allegados. ¿No crees que, si fuera por tu familia, se habría hecho cenizas? En realidad, es porque creen en ti, en tus convicciones, Gellert. No seas tan duro contigo mismo.

—Si, pueda que tengas razón —se había sonrojado y apartado la mirada.

—Por eso crees que a mí no me dio miedo cruzar aquel fuego.

—Cierto, pudiste haber muerto —exclamo. Se había recién acordado de su enfado.

—¿Por qué? ¿Sigues sin confiar en mí?

—No, no es por eso —Gellert seguía cabizbajo y temeroso—. Tuve mucho miedo porque... Lo que pasa es que, lo hice especial para algunas personas en concreto.

—¿Para gente mestiza como yo? Supongo.

    Gellert levanto la mirada, sorprendido.

—¿Cómo lo sabes?

—Lo supuse. Siempre es así.

—Antes solía pensar como mi familia, no me mal intérpretes, te juro que ya no soy de esa forma. Pensé en modificarlo, pero me cuesta a veces.

—Lo entiendo, no me lo tienes que explicar —dijo con voz suave que hizo estremecer a Gellert y quedarse en silencio por unos segundos.

—¿Por qué haces eso siempre? —le pregunto arqueando la ceja.

"POR EL BIEN MAYOR" ⁓Una Historia Diferente⁓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora