𝑪𝑚𝑷𝑰𝑻𝑌𝑳𝑶 𝟓: "𝑬𝒍 𝒓𝒆𝒍𝒂𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝑳𝒂𝒔 𝑹𝒆𝒍𝒊𝒒𝒖𝒊𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝑎𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆".

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𝐆 𝐄 𝐋 𝐋 𝐄 𝐑 𝐓

     El cielo de pronto comenzó a retumbar, Albus y Gellert miraron al cielo.

—Creo que esa es nuestra señal —dijo Gellert. Se levanto y se sacudió las hojas que llevaba en su saco.

—Promete me que un día me contaras más de tu familia —menciono Albus que aún seguía sentado en el pasto.

—Lo prometo, pero no ahora, debemos irnos —le dio la mano y ayudo a levantar a Albus del suelo, este de un tirón se levantó y se sacudió.

—Solo si tu promete que regresaremos aquí más seguido.

—Claro, es mi lugar preferido —afirmo Albus, contento.

—¿A ti también te gusta el bosque? —pregunto. Mientras caminaba junto a Albus.

—Si, me fascina —afirmo, Albus—. Las criaturas del bosque también. Las estudie mucho en Hogwarts y... —se había dado cuenta de repente—. Eh, oye, ¿te puedo hacer unas cuantas preguntas sobre tu colegio? Bathilda me dijo que eras de Alemania, así que en seguida supe que podrías ser de Durmstrang, creo —Gellert asintió—. Wow, vaya. Es la primera que conozco a alguien de otro colegio. Es por eso acepte la invitación de tu tía en ir a la cena de ayer, bueno aparte de que me pidió que me hiciera tu amigo.

—Bueno, pues ahora lo somos.

—¿Qué? —dijo tosiendo.

—Pues eso, amigos.

—Ah, claro —continúo tosiendo, esta vez se detuvo y se tapó la boca con un pañuelo que saco de su bolso.

—Eh, oye ¿estas bien? —se acercó a Albus, preocupado.

—Ehh, creo que no.

—¿Crees que tu hermano te deje volver a casa?

—Aun no, es demasiado obstinado. No lo olvidara tan rápido.

    Gellert le levanto la cabeza, por lo alto que era y la toco la frente para medir su temperatura. Y exaltado dijo:

—Estas ardiendo en fiebre, ¿desde cuanto estas así?

—Ehh, creo que, a noche, me quede dormido con la ropa empapada puesta.

—¿No pudiste curarte con alguna poción?

—Ehh, no lo pensé. Estaba asustado aun por lo que paso.

—De acuerdo, está bien, tranquilo. Será mejor que vayamos con mi tía —Gellert al mencionarla, se quedó quieto y Albus extrañado lo miro.

—¿Qué pasa? —pregunto notando su expresión perdida.

—Emm bueno. No quiero que le cuentes a mi tía sobre mi verdadera apariencia, quiero que siga creyendo que soy así en realidad.

—Ah, no te preocupes.

—Gracias por entenderlo, pero démonos prisa.

    Gellert ayudo a Albus y caminaron hacia el pueblo que no estaba muy lejos, antes de poder darse cuenta Albus vio que Gellert nuevamente tenía el cabello dorado y sus ojos azules, con las mejillas rosadas con las que lo había conocido. Era muy diferente, era una sensación de estar con dos personas a la vez.

    Gellert Abrió la puerta y al entrar a la casa, Albus algo mareado se sentó en el sillón.

—Te traeré algo caliente, tu descansa.

    Bathilda bajo del segundo piso y vio a los ambos en la sala, de inmediato y dijo:

—Oh, hola muchachos, los escuche entrar y... —se detuvo cuando vio a Albus agitado—. Ehh, ¿pasa algo?

"POR EL BIEN MAYOR" ⁓Una Historia Diferente⁓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora