Bonus #1 Raymond AU Mermaid + Yandere

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Alguna vez has sentido esa adrenalina al hacer algo indebido? Adentrarte en lugares desconocidos conociendo el peligro que tu misma familia te advertía.

No habría problema si ellos no se enteraban verdad?

Como podías resistirte? Los humanos son tan interesantes! Adornan sus cuerpos con tantas texturas y accesorios maravillosos, aunque realmente creías que solo los hacia mas lentos y vulnerables.

Era común para ti esconderte cerca del muelle cuando la noche caía y los humanos se alejaban del mar.


Se alejaban pero seguían cerca moviendo esas raras extremidades que salían de su caderas, cada noche que la marea era baja podías observar como los humanos se decoraban y desfilaban como si ningún depredador pudiera tocarlos (Que ingenuos!).

Esa noche, parecía ser que los humanos tenían algún tipo de celebración pues entre ellos notaste que una bella mujer alta de cabellos blancos hacia extrañas señas mientras todos la adoraban, la tela que la adornaba la hacia parecer una medusa que nadaba en tierra.


Pero quien robo tu atención fue el hombre que la acompañaba, de ojos y cabello dorado, un color tan brillante que te era difícil compararlo a todo lo que veías en el océano.


Además del olor a sangre tan intenso y familiar que emanaba de el.

Aunque su mirada te recordaba a un depredador no podías evitar querer acercarte a la fuente del olor, todavía no comprendías si el palpitar de tu corazón era temor o deseo.


Sin importar cual fuera, solo querías tenerlo cerca así que te atreviste a acercarte al muelle pero... justo el volteo y pudiste hacer contacto visual.


Una mirada acompañada de un sonrisa.

Que extraño humano...




Pasaron días para que volvieras aquel muelle, no era común que otros seres notaran tu presencia, aunque eso no era lo único que plagaba tu cabeza, noche tras noche solo podías pensar en aquel olor tan embriagante y como podrías llegar a el sin ser descubierta.

Pero... que harías con el? Comerlo? La carne humana ni siquiera era de tu gusto, preferías verlos y estudiarlos que consumirlos.

Aun así no podías explicar esta fijación.

Te colocaste cerca de las piedras esperando, en un punto te decidiste a cantar con la esperanza de que fuera el quien te encontrara, una melodía especialmente para el, unida a tu misma magia y ser.

Podrían haber pasado días o simplemente horas, el tiempo no era importante para seres como tu.

-Por fin...-

Cadenas de luz cayeron en tus muñecas uniéndote con la afilada piedra debajo de ti pero antes de que pudieras hacer algo aquel hombre ya se encontraba justo enfrente de ti.


No deberías ser tu quien murmurara esas palabras?


Que acaso no eras tu el depredador y el la presa?



Y por que sus cálidas manos se sentían tan bien sobre tus mejillas frías?

-Cuanto tiempo estuviste esperando?-Pregunto el pero aun te encontrabas tan abrumada que nada pudo salir de ti.

"Raymond"

Ese era su nombre

-No importa, seguro no fue nada comparado conmigo-Continuo el y tomo una de tus manos como si solo fueras solo un títere.


Utilizando una de tus afiladas uñas corto la palma de su mano causando que ese elixir rojo cayera gota a gota.

Inmediatamente el olor inundo todos tus sentidos, tan fragante y endulzante, tan diferente a los demás humanos.

-Te ayudare a recordar-Dijo el hombre de ojos ámbar y con su lengua recolecto las gotas de sangre sin apartar sus ojos de ti y llevo sus labios a los tuyos.

Un joven herido a la deriva del mar, la cena perfecta para cualquiera.


Era como si hubieras esperado toda tu vida para probarlo, el sabor derritiéndose en tu lengua era tan delicioso que ya no sabias si sobrevivirías sin el.

Lo mantendrías vivo, lo suficiente para que se fuera, su solo olor era como una droga, solo los pondría en peligro a ambos.

Con una mano en tu cintura y la otra en tu nuca, solo lo ayudo a profundizar mas el beso mientras entrelazaba su lengua con la tuya sin dejar ni un segundo para respirar, como si en algún momento te fueras a esfumar entre sus brazos.


Nunca mas


Recordando la necesidad de oxigeno te soltó lentamente, ignorando tus adorables quejidos de protesta.

-No tienes idea todo lo que tuve que hacer para tenerte de nuevo-
















































Raymond da para mucho material yandere me encanta aunque me caiga mal jaja

Las joyas de la princesa | La Costurera de la ConcubinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora