VICTORIA EVANS
Llevo media hora cenando con Cedric y Theodore no me ha quitado los ojos de encima, conozco sus reacciones, sé que le hierve la sangre, no podía más de los nervios y claro que se estaba notando, no dejaba de jugar con mi cabello...
-¿Pasa algo?.- preguntó Cedric, preocupado.
-No, no te preocupes , estoy bien, solo que todo esto es nuevo para mí.- respondí con una sonrisa ladeada.
-Comprendo, pero aquí estoy, siéntete segura.- contestó él con una enigmática sonrisa, que chico tan apuesto sin duda.
Pero el hombre que me tuvo presa en sus brazos por dos años seguía viéndome y lanzando dagas a Cedric.
Me veía como si quisiera raptarme y asesinar a Cedric, ¿me podría aprovechar de esta situación?... ¿ponerle celoso?, que se coloque en mis zapatos un segundo.
-Me está dando algo de frío.- hablé a Cedric, acariciando mis brazos.
-Ten mi chaqueta.- exclamó, se levantó de la silla y dió vuelta a la mesa para colocarme su chaqueta en la espalda, para luego sentarse a mi lado.
-Muchas gracias, que amable.- contesté con una sonrisa.
-No es nada, me gustaría que mi presencia siempre te hiciese sentir bien.- dijo él, conectando miradas. Todo esto se vio interrumpido por un sonido quebradizo que llamó la atención de al menos la mitad de los comensales, incluyéndonos.
Si, Theodore había reventado el vaso que tenía en las manos solo apretándolo y con su mirada sobre nosotros, esos ojos color miel me desnudaban el alma.
-Está loco.- murmulló Cedric, ¿que si me molestó? Claro que sí, se estaba refiriendo de mi novio o ex novio, como sea... aunque tuviese otra novia aquí y me haya traicionado, mi amor por él aunque haya disminuido siguió intermitente.
-Es mejor que nos vayamos.- murmuré levantándome de la mesa.
-S...si, cancelo la cuenta y te llevo de regreso.- contestó levantándose y yendo tras de mí.
Y así fue como salimos de las tres escobas, Cedric me dejó su chaqueta sobre mis hombros y pasó su brazo por estos, comenzamos a caminar y a platicar cosas triviales, no podía quitarme el rostro de Theodore de mi cabeza. Íbamos por un puente y ya a estas alturas solo escuchaba que hablaba sin ponerle mucha atención, náufraga en un mar de pensamientos.
-Suéltala, Diggory.- exclamó una voz áspera que conocía a la perfección.
Al darme vuelta pude ver como ese italiano que me engatusó hace dos años venía con su caminata imponente a lanzarse sobre Cedric, los dos conectaron miradas y escupían fuego. Al llegar, Theodore lo empujó y sus frentes chocaron confrontándose.
-¿Que mierda quieres Nott?.- cuestionó Cedric, ambos empujándose mutuamente.
-¡Que te pires, ahora!.- exigió Theodore.
-Hey, basta por favor.- supliqué pero no me escucharon.
-No la voy a dejar sola contigo, imbécil.- respondió Cedric, que valiente él Hufflepuff, al parecer tiene más aires de Gryffindor al ser tan valiente, considerando que Theodore quería arrancarle la cabeza.
-Es mía, Diggory, te vas o lo último que escucharán de ti serán tus gritos cuando te arroje por el barandal.- contestó Theodore, mierda... Haz algo Victoria.
-¡Basta!.- exclamé metiéndome entre ambos.
-Victoria, vámonos te acompaño al castillo linda.- habló Cedric.
-COMO MIERDA LE HAZ DI...-alzó la voz Theodore furioso.
-¡Que ya basta!.- exclamé nuevamente, mis ojos cayeron sobre los suyos, esto hizo que su furia cesara.- Cedric vete, estaré bien, hablaré con Theodore y me iré, evitamos problemas por favor.- al escuchar esto de mi boca Cedric tensó la mandíbula, llevé mi mano a su pecho y calmó sus ansias de seguir discutiendo.
-Quita tu mano de su maldito pecho.- susurró Theodore en mi oído.
-Bien, pero si le haces algo prometo que te rompo la cara.- advirtió Cedric.
-Quiero ver que lo intentes, Hufflepuff.- siguió Theodore con una sonrisa irónica.
-¡No sigan!, ¡Basta Theodore!.- exclamé, tomé aire y me dirigí a Cedric.- ve Cedric, te alcanzo luego o nos vemos mañana, ¿si?.-
Él solo asintió, se dio la media vuelta y se fue, ahora me estaba preparando mentalmente para la discusión que se venía con Theodore, me giré y lo vi directamente a los ojos.
-¿Que pretendes, Alex?.- cuestioné cruzándome de brazos.
-Victoria, te has escapado de mí toda la maldita semana, pero esta vez no será así.- dijo él acercándose tanto a mí que podía sentir su respiración en mi frente.
-Pero que...- titubeé, no pude decir nada más, solo lo vi sacar su varita y darle leves toques, unos segundos después aparecimos en algo que parecía ser su habitación.
-Ahora siéntate, necesitamos hablar.- dijo él, sacándose la chaqueta.
-No quiero, ya está por fav...- respondí pero me interrumpió.
-Por favor Victoria.- suplicó en un murmulló, tomé aire y me senté.
-¿Que quieres, Alex?.- pregunté, esta vez con mucha nostalgia.
-Ya sabes que no me llamo así, dime por mi nombre.- dijo, apoyándose en su escritorio.
-Lo siento, pero yo me enamoré de Alex, no de Theodore.- respondí desviando mi vista.
-Joder.- murmuró tomando el puente de su nariz con los dedos.- no fue mi intención mentirte, ¿pero que te iba a decir?, soy mago, estudio en una escuela de magia y hechicería, ¿me hubieras creído?.- preguntó.
-Eso daba igual Theodore, te habría aceptado como sea, pero jamás pensé que existía alguien más, que yo era el cuerno.- respondí, mis lágrimas amenazaban con salir.
-Lo sé, perdóname principessa.- contestó acercándose hacia mi.
-¿Como puedo perdonarte?, me usaste Theodore.- esta vez mis lágrimas recorrieron mis mejillas.
-No fue así, me haces feliz, no quiero tenerte lejos.- dijo revolviendo su cabello.- ¿además que haces aquí?, ¿qué mierda tienes con Diggory.- cuestionó algo molesto.
-Pues hace poco descubrí que mis padres eran magos y acabé aquí, y Cedric es mi amigo.- respondí, me levanté y me acerqué aún más a él.- ¿la amas?, ¿porque estás con ella?.
-N...no, no la amo, aquí las cosas son distintas, aún existen las jerarquías y el casar a sus hijos con familias de sangre pura y adineradas.- contestó.
-¿Y?... ¿porque no la dejas?.- pregunté buscando su mirada.
-No es tan fácil, Victoria.- contestó, se acercó un poco más a mí y unió nuestras frentes.
-¿Me dejarás?.- le pregunté, él abrió sus ojos como platos.
-¿Serías capaz de seguir juntos?... ¿a escondidas?.- masculló, sus manos fueron a mi cintura, díganme ¿quién puede resistirse a un italiano tan guapo?, mi sororidad se irá a la mierda, pero lo amo.
-S...Si, creo que si.- susurré, mis manos fueron a su cuello.
-Ti amo Principessa.- dijo él, selló todo este pacto con un beso, un beso que llevaba esperando por semanas, un beso tan apasionado y necesitado.- te conquistaré de nuevo si es necesario.
-Esta vez sin mentiras, Theodore.- susurré entre besos.
-Estás a salvo conmigo.- respondió.
A salvo...
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Adictiva perdición
FanfictionVictoria Evans, siempre se sintió distinta a los demás y tras una mala experiencia en su antiguo colegio muggle y en busca de nuevos aires, sus padres le confiesan un sombrío secreto, le dijeron que la magia corría por sus venas, luego de una exhaus...