Hola, Hogwarts

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VICTORIA EVANS

Pensé que las horas en el tren se harían eternas pero gracias a Ron, Hermione y Harry pasó muy rápido el tiempo, como por "arte de magia", ¿entendieron el chiste?.

Los nervios me comían por dentro cuando el tren llegó a la estación, ¿qué se suponía que hacía acá?, digo, llevo una vida entera siendo "normal"¿como debería de actuar aquí?, en fin...

-¡Vamos Victoria!.- exclamó Hermione mientras bajaba del tren emocionada, en cambio yo, solo podía pensar en mil y un motivos por el cual irme.

-Si...está bien.- respondí con una sonrisa ladeada, finalmente tomé una bocanada de aire y emprendí rumbo junto a Hermione y sus amigos.

No podía describir lo que estaba viviendo en estos momentos, un bosque arboleado frondoso, ¿carrozas voladoras?, ¿¡estaba sobrevolando los cielos sobre una carroza!?, veía a los demás que iban conmigo tan poco sorprendidos por lo que estaba pasando, conversaban sobre las nuevas materias, profesores, aventuras que harían este año y yo estaba que regurgitaba un pulmón del miedo...

Finalmente la carroza aterrizó y pude desenterrar mis uñas de la madera, claramente iba como un gato sujeto, pero no me sale el habla, no hago ningún gesto, ¿estoy en shock?.

-Hey Victoria, no nos haz contado mucho de ti, ¿quienes son tu familia?.- preguntó Ron, caminando hacia la entrada de lo que parecía un castillo salido de un cuento de hadas.

-Pues, soy adoptada, supongo que no me querían y me dejaron a la deriva, de no ser por mis padres adoptivos no sé dónde estuviera ahora.- contesté con mi vista perdida en los cimientos de tal castillo.

-¡Ron!.- exclamó Hermione molesta.- lo lamento Victoria, suele ser muy impertinente.- dijo nuevamente, tocando mi hombro.

-No te preocupes, él no lo sabía, además gracias a mis padres biológicos estoy aquí.- respondí encogiéndome de hombros.

-Wow, ¿ y no te gustaría saber quiénes son?.- preguntó Harry, tenían razón con lo que me contaron en el tren... los "gryffindor" son bastante valientes y curiosos.

-Pues... ahora que estoy aquí, me da algo de intriga, pero no lo sé, me abandonaron, ¿porque querría conocerlos?.- contesté viendo al suelo, ¿de verdad podría conocerlos aquí?, aunque no quiero, la verdad si ellos se deshicieron de mí, ¿porque debería de buscarlos yo? Que se jodan.

-¡Ya basta de preguntas!.- exclamó Hermione.- Ven Victoria, ya llegamos, ¡esto es Hogwarts!.

Comenzamos a caminar por los pasillos y seguía igual de impactada, hice el ridículo más de una vez al saltar del susto cuando los cuadros se movían y rondaban fantasmas, si, ¡FANTASMAS!, Dios, ¡esta escuela necesita un excorsismo!.

-Victoria, ¿trajiste tu uniforme unicolor?.- preguntó Hermione.

-¿U...uniforme unicolor?.- cuestione aún perpleja con todo lo que veía al rededor.

-Si, dependiendo lo que pase en el comedor hoy tomará el color de tu casa, pero hasta ahora debe de ser negro y tu camisa blanca.- explicó, mierda...

-No, mis padres me dijeron que debía comprarlos aquí.- respondí, de dónde saco ese maldito uniforme, no puedo hacer el ridículo el primer día, más de lo que ya lo he hecho gritando por los pasillos gracias a los benditos cuadros y fantasmas.

-¡No te preocupes!, te presto uno mío, solo necesitamos una corbata negra, ¿trajiste zapatos negros?.- dijo ella dando pequeños aplausos.

-Si, si traje, pero corbata...- titubeé.

Adictiva perdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora