Llegó a Daegu a tiempo para observar el hermoso cielo anaranjado del atardecer.
Nunca antes había estado ahí, así que le sorprendió ver que se trataba de una zona boscosa con tan solo un pequeño pueblo con algunas mansiones alrededor, lo cual era ventajoso para él pues resultaría más sencillo buscar a Jun.
Aunque ahora eso no le preocupaba, debía encontrar rápidamente un lugar para cargar su celular y avisarle de su llegada. Digamos que con las prisas olvidó que apenas le quedaba batería y su teléfono se apagó poco después de subir al bus. Pero bueno, por suerte encontró una tienda de conveniencia al lado de un parque.
La verdad, ese tipo de tiendas eran lo que más extrañaba de Corea. En USA parecían supermercados enormes y las probabilidades de que le robaran el celular por dejarlo cargando eran muy altas. En cambio, ahí rara vez ocurren ese tipo de robos, además de que todas las tiendas de este tipo contaban con electrodomésticos de cocina de uso público y asientos para comer tranquilamente lo que uno compra.
En su caso no compró nada, simplemente ocupó una de las mesas para dejar su celular cargando mientras observaba el fantasioso ambiente de Daegu a través del gran ventanal.
No había gente alrededor, tan solo dos chicos discutiendo cerca del parque, pero no arruinaban el momento de paz así que los ignoró. Supone que la escasez de presencia humana se debe a que no se trata de una zona de ocio, lo cual agradece porque luego de ese ajetreado e improvisado viaje en bus quería un poco de tranquilidad, especialmente porque tuvo la mala suerte de quedar sentado justo detrás de una pareja con niños de lo más malcriados, y digamos que no fue divertido estar 3 malditas horas en un autobús escuchando como dos nenes pedían literalmente a gritos que les llevaran a una piscina de pelotas, como si el transporte público fuera una guardería.
Dios, aún le duelen los tímpanos de escuchar sus voces chillonas. Se arrepintió tanto de no tener batería en el móvil ni haber tomado los auriculares que estuvo a nada de tirarse por la ventana aun cuando el bus estaba en marcha.
Pero pudo aguantar. Las ganas de ver a Jun y que este le diga que le gusta en persona le ayudaron a sobrevivir a tal desagradable experiencia. Aunque ahora que ya estaba en Daegu, se encontraba nervioso.
Si la confesión es sincera, ¿qué debería decir? ¿O no hace falta responder nada? Aún no está seguro de si también le gusta, pero ama la idea de gustarle.
Aprovecharía lo que tarda su celular en tomar carga suficiente como para encenderlo para pensarlo bien, o ese era el plan hasta que unos gritos llamaron su atención.
━¡Suéltame!
Eran los mismos chicos de antes, solo que la discusión que tenían había subido bastante el nivel, principalmente de parte del chico con el cabello oscuro. Este le estaba gritando todo tipo de insultos al castaño, quien solamente rogaba que le soltara con lágrimas en sus ojos mientras intentaba zafarse de su fuerte agarre.
Wonwoo se levantó de su asiento con el ceño fruncido. No sabía qué pasaba con ellos, pero le mosquea ver la clara diferencia de poder, y a sus ojos parecía una escena de bullying donde el fuerte se aprovecha del débil, solo que aún dudaba si debía irrumpir o no porque quizás sea un momento de tensión de unos segundos.
En USA ocurría mucho, los chicos se peleaban a muerte y a los minutos volvían a ser best friends e iban a tomar algo como si nada hubiera pasado.
No obstante, cuando el de cabello oscuro empujó al castaño al suelo y alzó el puño haciendo amago de querer golpearlo, se percató de que definitivamente no era algo de amigos, no cuando el castaño no parecía tener intención de responderle de la misma manera, sino que se tapó la cabeza con los brazos en defensa y se le notaba bastante aterrado.
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𝐕irtual 𝐄nemies 👾 | Wonhui
Fanfiction❝Wonwoo descargó un juego online con el objetivo de pasarlo bien, ya sea solo o con Seungcheol. Pero su agradable primera experiencia como gamer fue transformada en un gran sentimiento de competitividad al con...