Esa noche, Gala dejó el teléfono sobre la mesa y se quedó observando el mensaje de Karime por varios minutos. La tentación de responderle era fuerte, más de lo que estaba dispuesta a admitir, pero había algo dentro de ella que la frenaba. Sabía que si aceptaba esa invitación, cruzaría una línea que no podía deshacer.
Se levantó, caminando por su departamento en silencio, mientras su mente luchaba por tomar una decisión. Desde la confesión de Bárbara, las cosas no habían sido fáciles. Apreciaba a su amiga, y una parte de ella sentía que debía ser más cautelosa con lo que hacía con Karime, no solo por la preocupación de Bárbara, sino por lo que eso podría significar para ella misma. Pero por otro lado, Karime era la distracción perfecta, un escape de todo lo que le pesaba en la vida.
Finalmente, se decidió.
"Esta noche no, Karime. Tengo mucho en la cabeza", escribió Gala, antes de apagar su teléfono y colocarlo boca abajo. No le gustaba dejar cosas sin resolver, pero en ese momento, sentía que era lo correcto.
Al día siguiente: Oficina bajo presión
La tensión en la oficina era palpable. Gala sabía que Bárbara estaba evitando cualquier conversación personal, centrándose exclusivamente en los asuntos laborales. Por un lado, lo agradecía, pero por otro, sentía el vacío que se había creado entre ellas. Trabajar juntas sin esa confianza cercana hacía que todo fuera más frío, más mecánico.
Durante la mañana, mientras Gala revisaba algunos contratos, Karime apareció nuevamente, esta vez sin aviso previo. Entró a la oficina con su habitual energía, como si fuera lo más natural del mundo.
—CEO favorita, ¿me sigues evitando? —preguntó con una sonrisa juguetona, apoyándose en el marco de la puerta.
Gala levantó la vista, sorprendida. No esperaba verla tan pronto, y mucho menos en la oficina otra vez.
—No te estoy evitando, Karime —respondió con una leve sonrisa—. Solo he estado ocupada.
—¿Ocupada o demasiado controlada? —Karime entró y se sentó frente al escritorio de Gala sin pedir permiso, cruzando las piernas y apoyando las manos en su regazo—. Te veo tensa, CEO. Creo que necesitas divertirte un poco.
Gala suspiró, cerrando el contrato que estaba revisando y dejando la carpeta a un lado.
—Karime, sé lo que intentas hacer —dijo con un tono suave, pero firme—. No es que no quiera… pero no estoy segura de que sea lo mejor ahora mismo.
Karime la miró por unos segundos, y luego sonrió.
—Te lo he dicho antes, Gala. No tiene que ser complicado. —Se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en el escritorio—. ¿Qué es lo que te detiene? ¿O mejor dicho, quién?
Gala sintió la pregunta como una flecha directa. Karime no era tonta. Sabía que algo más estaba jugando en esa indecisión, y probablemente ya había notado la conexión con Bárbara.
—No es nadie, Karime. —Su respuesta fue rápida, casi defensiva, y Karime lo notó de inmediato.
—Ah, entonces no es nadie. Ya veo —dijo Karime con una sonrisa traviesa—. Pero si te preocupa Bárbara, te diré algo… Tú no le debes nada. Ella eligió no decirte lo que siente hasta ahora, así que no tienes que cargar con eso.
Gala parpadeó, sorprendida de que Karime supiera tanto. No había mencionado nada sobre la confesión de Bárbara, pero Karime parecía estar al tanto de todo, como si siempre supiera más de lo que decía.
—¿Cómo sabes de Bárbara? —preguntó Gala, tratando de ocultar su sorpresa.
—Es obvio, Gala. Se le nota. Y tú lo sabes, pero te haces la que no. —Karime se levantó, caminando alrededor del escritorio hasta quedar al lado de Gala—. Mira, yo no estoy aquí para complicarte la vida. Solo quiero que te diviertas un poco. Si decides que no quieres nada conmigo, lo entenderé. Pero no puedes seguir ignorando lo que pasa entre nosotras.
Gala miró a Karime, sintiendo el magnetismo que la rodeaba, esa fuerza irresistible que siempre había tratado de mantener bajo control. Y sabía que Karime tenía razón en algo: había algo entre ellas, algo que no podía seguir evitando.
—No estoy ignorándolo —respondió Gala finalmente, su voz más suave de lo que había planeado—. Solo… tengo que pensar las cosas.
Karime se inclinó ligeramente hacia ella, y Gala pudo sentir el aroma de su perfume. Era una cercanía peligrosa, pero atrayente.
—No pienses demasiado, CEO —susurró Karime, casi en tono de broma—. A veces, pensar solo te impide vivir.
Y con eso, Karime se dio la vuelta y salió de la oficina, dejándola sola con sus pensamientos. Gala la observó salir, sintiendo un vacío y un impulso al mismo tiempo. Esa conversación había dejado más preguntas que respuestas, pero también había encendido algo en su interior que no estaba segura de poder apagar.
La noche con Bárbara
Esa misma noche, Gala recibió un mensaje de Bárbara.
"¿Te parece si hablamos? Necesito aclarar algunas cosas."
Gala sabía que tarde o temprano tendrían que enfrentar esa conversación, así que accedió. Acordaron encontrarse en un bar tranquilo, donde solían ir en los primeros años de la empresa, antes de que todo se complicara.
Cuando llegó, Bárbara ya estaba allí, sentada con una copa de vino en la mano. Su sonrisa habitual estaba presente, pero había una seriedad en sus ojos que no se podía ignorar.
—Gracias por venir —dijo Bárbara cuando Gala se sentó a su lado.
—Sabía que teníamos que hablar —respondió Gala, pidiendo una copa de vino para ella también.
El silencio entre ambas era denso, pero no incómodo. Era como si estuvieran buscando las palabras adecuadas para empezar.
—Mira, Gala… —comenzó Bárbara, suspirando profundamente—. Lo que pasó el otro día… No quiero que te sientas presionada por mi confesión. Solo quería ser honesta contigo, pero sé que no fue el mejor momento.
Gala la miró, sintiendo una mezcla de culpa y compasión. Sabía que Bárbara estaba lidiando con sus propios sentimientos, pero también sabía que ella misma no podía forzarse a sentir algo que no estaba allí.
—No tienes que disculparte, Bárbara —respondió suavemente—. Aprecio mucho tu sinceridad, de verdad. Y también aprecio lo que hemos construido juntas. Pero no puedo… no puedo corresponderte de esa manera.
Bárbara asintió lentamente, aunque su sonrisa se desvaneció.
—Lo sé. Lo sospechaba desde hace tiempo. Solo necesitaba escucharlo para poder seguir adelante.
El dolor en sus palabras era evidente, pero había una fuerza en su aceptación que Gala respetaba profundamente.
—Siempre serás importante para mí, Bárbara. Esto no cambia nada entre nosotras, en cuanto a lo profesional. —Gala intentó suavizar el golpe, pero ambas sabían que, a nivel personal, todo había cambiado.
—Lo sé —respondió Bárbara, tomando un sorbo de su vino—. Solo necesito tiempo para procesarlo, pero estaré bien.
El resto de la noche transcurrió en una conversación más liviana, pero con un aire de melancolía. Bárbara estaba dejando ir una parte de sí misma, y Gala sentía que, de alguna manera, también estaba perdiendo algo en el proceso.
Un paso hacia adelante
Al regresar a su departamento esa noche, Gala se sentía emocionalmente agotada. Había enfrentado dos de las relaciones más complicadas de su vida en un solo día, y aunque no tenía todas las respuestas, sentía que había dado un paso adelante, aunque no sabía exactamente hacia dónde la llevaría.
Al mirar su teléfono, vio otro mensaje de Karime. Esta vez, solo decía:
"Pensé en ti toda la noche. Aún sigo aquí."
Gala se quedó mirando el mensaje durante varios minutos, debatiéndose entre responder o no. Finalmente, decidió que ya no podía seguir evitando lo inevitable.
"Yo también", escribió, antes de dejar el teléfono a un lado, sintiendo que, a partir de ese momento, las cosas solo podían volverse más intensas.
Espero y les guste el capítulo chicos 👌.
(Prometo actualizar todos los días, al menos 1 capitulo por día).
ESTÁS LEYENDO
"CEO"
RomanceLa trama gira en torno a Gala y Karime, dos mujeres con estilos de vida opuestos, pero que se sienten atraídas de maneras inesperadas. Gala, con su vida ordenada y tranquila, encuentra en Karime una chispa de emoción que la descoloca. Karime, por su...