La mañana siguiente comenzó como cualquier otra en la empresa de Gala, pero la atmósfera entre ella y Bárbara había cambiado. Aunque Bárbara se esforzaba por mantener su profesionalismo, no era fácil ocultar la incomodidad después de la confesión. Gala, por su parte, seguía procesando lo ocurrido. No podía ignorar la vulnerabilidad de Bárbara, pero tampoco podía cambiar lo que sentía… o lo que no sentía. Lo que no esperaba era que, a pesar de todo, esa conversación iba a afectar mucho más de lo que pensaba.
Karime, en cambio, seguía siendo una constante en sus pensamientos, aunque de una manera completamente distinta. Era una mezcla de peligro, diversión y caos que la atraía más de lo que estaba dispuesta a admitir.
Almuerzo inesperado
Ese día, mientras Gala revisaba algunos informes, Karime apareció sin previo aviso en la oficina, algo que no solía hacer. Con su energía desbordante, entró sin pedir permiso, como si fuera parte del lugar.
—¡CEO favorita! ¿Te acuerdas de mí? —dijo Karime con una sonrisa descarada, haciendo que varios empleados giraran la cabeza.
Gala, que estaba inmersa en un correo importante, levantó la vista sorprendida.
—¿Qué haces aquí? —preguntó, intentando sonar seria, aunque una sonrisa comenzaba a asomarse en sus labios.
—Vine a secuestrarte para el almuerzo. —Karime se encogió de hombros, como si fuera la cosa más natural del mundo—. Vamos, tienes que comer. Te estoy haciendo un favor.
Gala miró la pila de trabajo en su escritorio, y luego a Karime, quien la observaba con esa chispa en los ojos, como si supiera que iba a ganar la partida.
—Está bien —suspiró Gala, levantándose—, pero que sea rápido. Tengo una reunión en una hora.
Karime sonrió triunfante, y juntas salieron de la oficina, dejando a los empleados sorprendidos, ya que no era común ver a Gala salir de su ambiente laboral con alguien que no fuera del negocio.
El almuerzo
Karime la llevó a un restaurante pequeño, nada lujoso, pero acogedor. A diferencia de su imagen de fiesta y desenfreno, esa elección parecía sorprendentemente tranquila. Durante la comida, el ambiente se mantuvo ligero, pero con una tensión constante, esa chispa que siempre existía entre ellas.
—¿Sabes? —dijo Karime, rompiendo el silencio en un momento—. No me imaginaba que aceptarías venir conmigo. Pensé que ibas a cancelar en el último minuto.
—¿Por qué haría eso? —preguntó Gala, levantando una ceja.
—Porque me tienes miedo. —Karime se recostó en su silla, mirándola fijamente, con una sonrisa que rozaba el desafío.
Gala se rio suavemente, aunque sabía que había algo de verdad en esas palabras.
—No te tengo miedo. —Su tono era firme, pero dentro de ella sabía que temía más lo que Karime podía provocar en su vida que a la propia Karime.
Karime dejó que el silencio flotara unos segundos, antes de inclinarse ligeramente hacia Gala.
—Lo que sea que pase entre nosotras, Gala, no tiene que ser complicado. Tú eres tú, yo soy yo. Lo que sucede, sucede. —Habló con una naturalidad que desconcertaba a Gala.
Pero para ella, las cosas sí eran complicadas. Sabía que Karime tenía una visión mucho más relajada de la vida, mientras que ella necesitaba estructura, control. Karime representaba el caos que había evitado durante toda su vida.
—Lo que dices suena fácil, pero sabes que las cosas no son tan simples —dijo Gala, observando a Karime con atención.
Karime dejó escapar una risa suave y despreocupada.
—Tú complicas las cosas, Gala. No tienes que hacerlo. Solo... déjalo fluir. —Sus ojos se clavaron en los de Gala, y en ese momento, la CEO supo que la decisión no era tanto sobre Karime, sino sobre sí misma.
El almuerzo continuó en un tono más relajado, pero ambas sabían que estaban al borde de algo más. Sin embargo, Gala aún no estaba dispuesta a cruzar esa línea. Había algo en su interior que la detenía, una mezcla de responsabilidad y miedo a lo desconocido.
Un paso en falso
De vuelta en la oficina, Bárbara observó desde su despacho cómo Gala y Karime entraban juntas, riendo. La escena fue un golpe bajo para ella. Verlas así, tan cómodas, tan cercanas, le confirmó lo que más temía: Gala estaba cayendo en la órbita de Karime. Y mientras más veía esa conexión formarse, más se sentía impotente.
Al final del día, decidió enfrentarse a Gala. No podía dejar que las cosas se desmoronaran sin hacer nada. Tocó la puerta de su oficina, con el corazón latiéndole con fuerza.
—¿Tienes un minuto? —preguntó Bárbara, intentando sonar casual.
Gala asintió, apartando los ojos de su computadora.
—Claro, ¿qué sucede?
Bárbara se sentó frente a ella, su expresión seria.
—Es sobre Karime. Sé que no es asunto mío, pero me preocupa lo que está pasando entre ustedes. —Las palabras salieron rápidas, casi atropelladas—. No es que me quiera meter en tu vida personal, pero creo que estás bajando la guardia con ella.
Gala la miró en silencio, sin saber exactamente cómo responder a esa acusación. La preocupación de Bárbara era evidente, pero detrás de eso había algo más profundo.
—No estoy bajando la guardia —respondió finalmente—. Karime y yo solo estamos… conociéndonos. No hay nada más.
Bárbara negó con la cabeza, claramente frustrada.
—Eso es lo que tú crees. Pero Karime no es alguien con quien puedas jugar, Gala. Ella va a arrastrarte a su mundo, y una vez que estés allí, puede que no haya vuelta atrás.
Gala la miró fijamente, sintiendo una mezcla de irritación y agradecimiento por la preocupación. Entendía el punto de Bárbara, pero también sentía que no era justo que intentara controlar sus decisiones.
—Bárbara, aprecio que te preocupes por mí, de verdad. Pero soy capaz de manejar esto. No necesito que me protejas.
Bárbara abrió la boca para responder, pero se contuvo. Sabía que cualquier cosa que dijera en ese momento solo empeoraría la situación. Así que, con un suspiro, asintió lentamente.
—Está bien. Solo… ten cuidado. No quiero verte salir herida.
Gala asintió, observando cómo Bárbara se retiraba de la oficina. En el fondo, sabía que Bárbara tenía razón en cierta medida. Karime era un riesgo, un fuego que podía consumirla. Pero, ¿acaso no había algo en ese riesgo que también la atraía?
Esa noche, un mensaje inesperado
Más tarde, en la tranquilidad de su departamento, Gala revisaba algunos correos cuando su teléfono vibró con un mensaje. Esta vez no era de Karime, sino de Bárbara.
"Perdón por lo de hoy. Solo quiero lo mejor para ti."
Gala suspiró, sintiendo la tensión en el aire entre ambas. Sabía que la situación con Bárbara no iba a resolverse tan fácilmente, y que cualquier decisión que tomara afectaría esa relación de manera irreversible.
Mientras dejaba el teléfono a un lado, otro mensaje llegó. Esta vez, sí era Karime.
"¿Estás sola? ¿Nos vemos?"
Gala miró el mensaje durante unos segundos, la tentación latiendo en su mente. Sabía que si aceptaba, estaría cruzando un punto de no retorno, una línea que cambiaría todo. Y, por primera vez en mucho tiempo, no estaba segura de lo que quería hacer.
El juego con Karime estaba a punto de volverse real, y con él, las decisiones que Gala había evitado hasta ahora.
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"CEO"
RomanceLa trama gira en torno a Gala y Karime, dos mujeres con estilos de vida opuestos, pero que se sienten atraídas de maneras inesperadas. Gala, con su vida ordenada y tranquila, encuentra en Karime una chispa de emoción que la descoloca. Karime, por su...