Capítulo 22: Confidencias

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Gala llevaba días intentando entender todo lo que sentía, pero la verdad era que nunca había estado en una situación así. Había pasado tantas noches pensando en Karime, imaginando cómo sería dar el siguiente paso, que llegó un punto en el que ya no podía guardarse todo para ella sola. Necesitaba hablarlo con alguien, y la primera persona en la que pensó fue en su mejor amiga, Briggitte.

Briggitte y Gala se conocían desde hacía años. Briggitte siempre había sido su confidente y apoyo, alguien con quien podía hablar de todo. Sabía que si alguien la entendería, sería ella, aunque hasta ahora no le había mencionado nada sobre Karime. De hecho, no le había dicho a nadie que estaba enamorada.

Ese día, después de su jornada en la oficina, Gala decidió invitar a Briggitte a un café. Se sentaron en su lugar favorito, junto a una ventana que dejaba entrar la cálida luz de la tarde. Briggitte notó enseguida que Gala tenía algo en mente.

—¿Qué pasa, Gal? ¿Estás bien? —preguntó, frunciendo un poco el ceño mientras la miraba.

Gala respiró hondo, con la mirada algo nerviosa, y luego soltó una pequeña sonrisa. Briggitte tenía razón: no era el tipo de persona que se veía nerviosa con frecuencia. Siempre proyectaba confianza y control, pero esta vez era diferente.

—Bueno, la verdad es que... tengo algo en mente y no sé muy bien qué hacer —confesó Gala, dándole vueltas a su taza de café, sin saber bien por dónde empezar.

Briggitte sonrió, divertida y curiosa.

—¿Algo? Bueno, ¿qué tan grande es ese "algo"? Porque te veo un poco… confundida.

Gala soltó una risa nerviosa, y después de unos segundos de silencio, se atrevió a confesarle algo.

—Es que... he estado viendo a alguien —dijo finalmente, levantando la vista para ver la reacción de su amiga.

Los ojos de Briggitte se iluminaron con una mezcla de sorpresa y emoción.

—¿Qué? ¡Gala Montes, la mujer ocupada y calculadora, tiene un interés romántico! —bromeó, sin poder ocultar su entusiasmo—. ¿Y cómo es que no sabía nada de esto? ¿Por qué no me has contado nada?

—Es complicado —admitió Gala, sonriendo con vergüenza—. No sabía muy bien cómo decírtelo… ni qué decir, porque realmente no sé en qué punto estoy. Solo sé que esta persona me hace sentir cosas que nunca antes había sentido.

Briggitte la observó con atención, notando el brillo en los ojos de su amiga mientras hablaba. Eso no era común en Gala, y eso solo le despertaba más curiosidad.

—Bueno, ¿y quién es esta persona que ha logrado poner a la gran Gala Montes tan nerviosa? —preguntó con una sonrisa traviesa.

Gala se detuvo, dudando un poco. No era fácil explicar lo que sentía ni describir a Karime en unas pocas palabras.

—Es… alguien muy diferente a mí —empezó, tratando de encontrar las palabras adecuadas—. Es divertida, espontánea, un poco alocada… y es completamente honesta consigo misma, lo que admiro mucho. No le importa lo que piensen los demás. Vive su vida como quiere, sin reservas, y eso me fascina. Aparte, es muy hermosa, demasiado diría yo.

Briggitte escuchaba cada palabra con interés, intrigada por la descripción. Aunque no sabía exactamente de quién hablaba, notaba que había algo profundo en lo que Gala sentía por esta persona.

—Y… ¿cómo te hace sentir? —preguntó Briggitte, con un tono más suave.

Gala se quedó en silencio, mirando su taza de café mientras recordaba todos los momentos compartidos con Karime, cada mirada, cada risa. Había una calidez en su pecho solo de pensar en ella.

—Me hace sentir… en paz. Como si finalmente pudiera ser yo misma sin preocuparme por nada. No tengo que fingir ni ser alguien diferente. Con ella, todo se siente natural —dijo Gala, con un suspiro—. Pero también me pone nerviosa. Me hace querer dar el siguiente paso, pero no estoy segura de cómo hacerlo o de si es el momento adecuado.

Briggitte asintió, comprensiva. Sabía lo meticulosa que era Gala en todos los aspectos de su vida, y no le sorprendía que estuviera analizando cada detalle antes de tomar una decisión.

—¿Y qué es lo que quieres realmente, Gal? —preguntó, observándola con seriedad.

—Quiero… que esto sea algo real. Me gustaría que fuera mi novia —confesó Gala, sorprendiéndose incluso a sí misma por decirlo en voz alta.

Briggitte la miró, sonriendo con ternura.

—Entonces, ¿qué te detiene?

Gala suspiró, buscando las palabras adecuadas para explicar lo que sentía.

—No lo sé. Creo que quiero que sea especial. No quiero apresurarme y arruinar algo que podría ser increíble. He tenido relaciones en el pasado, pero esto es diferente. Con ella quiero que las cosas sean… perfectas.

Briggitte le sonrió, comprendiendo el dilema de su amiga.

—A veces, esperar a que las cosas sean perfectas hace que perdamos los momentos más importantes —dijo, en un tono suave—. Puede que no haya un “momento perfecto”, Gala. A veces solo hay que arriesgarse y mostrar lo que sientes.

Gala asintió, considerando sus palabras. Tenía razón; quizás estaba esperando algo que no existía. Quería que todo fuera ideal, que todo saliera como lo había imaginado en su cabeza, pero también sabía que Karime apreciaba la espontaneidad y lo genuino.

—Tienes razón —admitió Gala—. Quizás estoy pensando demasiado las cosas.

—Tal vez. Pero también entiendo que esto sea importante para ti —añadió Briggitte—. Si ella significa tanto, entonces está bien que quieras cuidar cada detalle. Solo no te pierdas en los planes y te olvides de disfrutar el presente.

Gala sonrió, agradecida de tener a una amiga como Briggitte, alguien que podía ver más allá de sus dudas y ofrecerle una perspectiva sincera.

—Gracias, Briggitte. Me hacía falta hablar con alguien de esto. No había sido consciente de cuánto significaba todo esto para mí hasta ahora.

Briggitte le apretó la mano con cariño.

—Para eso estamos las amigas. Y, aunque no sé quién es esta persona, puedo ver en tu mirada que te importa de verdad. Así que… sea quien sea, creo que tienes que dar el paso cuando sientas que estás lista. No importa si el momento es perfecto o no. Lo importante es que sea sincero.

Gala asintió, sintiendo una claridad renovada en su mente. Sabía que, aunque el momento exacto aún no estuviera claro, estaba dispuesta a dar ese paso cuando se sintiera lista. No tenía que esperar un “momento perfecto”; solo debía esperar el momento en el que sintiera que lo que compartía con Karime era tan genuino como para arriesgarse.

La conversación con Briggitte le había dado la tranquilidad que necesitaba, y por primera vez en días, se sintió en paz consigo misma. Sabía que ese sentimiento de querer algo más con Karime no era algo pasajero; era real.


























En estos días no creo poder actualizar, necesito estudiar para los exámenes. Tal vez el viernes suba un capítulo, ya que ese día ya se acaban mis exámaneees!😍

El domingo subiré 3 o 4 capítulos, lo prometo 👌.

(Si quieren que le meta algo a la historia, díganmelo porfa, los tomaré en cuenta para los futuros capítulos).

Bueno Byeee, debo ponerme a estudiar porque si no, nomas no pasó 😭.

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