Capitulo 7: El peso de las expectativas

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Al dia siguiente...

Elara y Jaxon caminaban juntos por los senderos del campus, disfrutando de la suave brisa de la tarde. Aunque habían pasado varios momentos agradables juntos, Elara notaba algo diferente en Jaxon. Parecía más callado de lo usual, como si algo le pesara. Finalmente, cuando se sentaron en una de las bancas bajo los árboles, Jaxon dejó escapar un suspiro profundo.

—¿Estás bien? —preguntó Elara con suavidad, inclinándose hacia él.

Jaxon mantuvo la mirada fija en el suelo durante unos segundos antes de hablar. —Es solo... hay muchas cosas que no sabes sobre mí. —Su voz era baja, casi insegura, algo poco común en él.

Elara se quedó en silencio, dándole espacio para que continuara.

—Mi familia... —comenzó a decir, y luego miró a Elara, buscando en sus ojos algo de comprensión—. Mi papá es un político muy importante, y mi mamá es una diseñadora de renombre. Han construido toda su vida alrededor del poder, del dinero, de las apariencias. Y siempre han esperado que yo siga sus pasos, que me rodee de personas con "estatus", como dicen ellos.

Elara notó el dolor en sus palabras, y por primera vez vio una vulnerabilidad en Jaxon que jamás había imaginado. —Eso suena... agotador, Jaxon.

—Lo es. Siempre ha sido así. Desde que era niño, me enseñaron que todo tenía que ver con lo que posees, con quién te relacionas, con cuánto puedes mostrarle al mundo. —Su voz se endureció por un momento, pero luego suavizó de nuevo—. Durante mucho tiempo, lo acepté. Me convertí en lo que ellos querían: arrogante, caprichoso, superficial... pero...

—¿Pero? —Elara lo animó a seguir.

—Pero hace tiempo me di cuenta de que todas esas cosas no valen nada. —Jaxon la miró a los ojos, con una intensidad que la hizo estremecer—. El dinero no compra lo que realmente importa. No compra la paz, no compra el amor verdadero, ni la amistad. Y no compra a personas como tú.

Elara sintió cómo sus palabras la tocaban profundamente. Era raro escuchar a alguien con la vida aparentemente perfecta de Jaxon decir cosas tan honestas, y por un momento, su corazón se aceleró.

—Es difícil —continuó él—. Porque ellos no lo entienden. A veces siento que soy un extraño en mi propia casa. Mi papá solo habla de política y de cómo nuestras conexiones nos harán más poderosos. Mi mamá, aunque la quiero, solo piensa en las marcas, en las apariencias. Y cada vez que traigo a alguien a casa, ellos lo juzgan según cuánto dinero tiene su familia.

Jaxon bajó la cabeza, como si se avergonzara de lo que estaba diciendo. —Sé que no soy perfecto. He cometido muchos errores por seguir ese estilo de vida, pero contigo... siento que puedo ser yo mismo. No me importa de dónde vienes, Elara. Solo me importa quién eres.

Elara se quedó sin palabras por un momento. Quería decirle algo reconfortante, algo que le mostrara que lo entendía, pero todo lo que pudo hacer fue alargar la mano y tomar la suya. —Gracias por confiar en mí, Jaxon.

Él le apretó la mano suavemente, como si ese gesto fuera suficiente para expresar lo que las palabras no podían. En ese momento, Elara comprendió que, a pesar de sus diferencias, ambos estaban luchando con las mismas dudas y expectativas. Ambos buscaban algo real en un mundo lleno de apariencias.

Y ajenos a su entorno , no se esperaban el conflicto que venía.

"El peso de las expectativas no siempre lo cargamos en los hombros; a veces, se oculta en el corazón, donde duele más y nadie lo ve."

Jaxon Holder.

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