117- Luna sangrienta VIII

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Atlas permaneció inmóvil ante Luke, con los ojos como en trance, y una leve y fría sonrisa apareció en su rostro.


Luke cerró los ojos por un momento, concentrando toda su concentración en la palma abierta de su mano. Allí, comenzó a reunir ondas telequinéticas, condensándolas cada vez más, hasta que el mismo aire a su alrededor comenzó a distorsionarse, temblando bajo la intensa presión.


Una vibración, incluso perceptible a simple vista, se extendió por los alrededores como si el espacio mismo se retorciera en respuesta a la acumulación de energía. Durante treinta largos segundos, Luke mantuvo su concentración, obligando a las ondas a comprimirse aún más, exprimiendo el poder hasta un punto crítico. El aire a su alrededor parecía oprimido.


Finalmente, con un movimiento rápido y decisivo, Luke cortó el aire con su mano, liberando la energía concentrada en una explosión silenciosa. La presión acumulada explotó hacia adelante, creando una cuchilla invisible que cortó el espacio a una velocidad abrumadora. El aire se dividió en su camino, creando un rastro fugaz apenas perceptible.


El ataque alcanzó a Atlas en un abrir y cerrar de ojos, justo a la altura de la cintura, donde su cuerpo serpentino se enroscó con fuerza. El aire se comprimió una vez más alrededor del impacto, y una línea perfectamente definida apareció en la cintura de la gorgona.


La mitad superior de su cuerpo se separó de la inferior con una precisión aterradora. El torso de Atlas cayó hacia atrás, mientras que la mitad inferior se desplomó al suelo.


'Increíble...' pensó Luke, sorprendido por su poder. Un ataque capaz de cortar bronce mítico, más duro que el acero. Se levantó un fuerte viento, esparciendo hojas y tierra por todos lados.


Luke caminó hacia el torso de Atlas y notó que sus ojos comenzaban a recuperar el brillo. Estaba volviendo a la realidad.


"¿Qué pasa, Luke Poe?", exclamó Atlas, una feroz sonrisa se extendió por su rostro mientras enroscaba su cola alrededor de la pierna derecha de Luke y lo lanzaba con gran fuerza, enviándolo a volar decenas de metros.


Al ver como Luke volaba como una cometa, estrellándose contra los árboles en un estado patético, la sonrisa de Atlas se ensanchó y comenzó a correr hacia él a toda velocidad. Era hora de matar y terminar finalmente con el rencor entre los Spellman y los Poe.


Mientras Atlas cargaba veloz y ágilmente a través del bosque, se detuvo abruptamente y miró su boca. Sangre. Su propia sangre.


"¿Qué demonios?", pensó Atlas, tratando de limpiarse la sangre, pero por más que lo intentara, más sangre seguía saliendo de su boca.


Otro extraño suceso lo hizo levantar la cabeza y mirar a su alrededor. El bosque comenzó a desmoronarse ante sus ojos. Los árboles y todo lo que lo rodeaba comenzaron a resquebrajarse como si fueran espejos. Finalmente, se rompieron en mil pedazos, dejando todo en oscuridad.


Poco a poco, su visión comenzó a aclararse, las imágenes se volvieron más nítidas.


Wednesday: El psíquico más fuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora