Sinfonía (Jeon Jung Kook)

XXXVII.

Beth; 

        —¡Theron! —respondí, poniéndome de pie —. Casi me matas de un susto.

        —Yo también te extrañé —respondió, con una sonrisa en los labios

        —Sí te extrañé —dije —. ¿Por qué tardaste tanto?

        —El álbum para el trabajé no fue suficiente para la artista, y tuvimos que hacer uno más —explicó mientras nos abrazábamos de nuevo.

        —¿Y supongo que quedó conforme? —pregunté.

        —¿Acaso lo dudabas? —respondió, divertido.

        —Jamás.

Nos abrazamos de nuevo. Hacía un mes que no lo veía. Theron ha sido mi maestro desde que entré a la empresa. Él me enseñó a usar los equipos nuevos y me guio paso a paso. Aprendí mucho de él, al igual que del resto del equipo.

        —Abrazo grupal sin mí —bromeó Cirkut al llegar, lo que me hizo soltar una carcajada.

        —Es que, soy su favorita —dije guiñándole el ojo y mi risa no se pudo contener.

Ambos se saludaron y de paso a mí, eran, mi segunda familia.

        —¿Lista para continuar trabajando con Jungkook? —preguntó Jon nada más cruzar la puerta.

        —Obvio —respondí, tomando asiento en mi lugar.

        —¿En qué estás trabajando? —preguntó Theron, viendo la maqueta abierta en la pantalla.

        —Todavía me falta completar una canción.

        —¿Puedo escucharla? —me pidió.

        —No, quiero que Jungkook la escuche primero —le contesté con una sonrisa tímida.

Y es que era lo que necesitaba en ese momento.

        —Empezaremos con ''Hate You'' —dijo Cirkut.

        —¿Vendrá Andrew hoy? —pregunté.

        —Está en Nueva York, Vuelve mañana —respondió.

        —Se fue sin avisar.

        —Ya sabes cómo es él.

Entonces le mostré la maqueta de la canción a Theron. Su reacción fue impresionante, me dejó sin ni una sola palabra al darme su opinión.

Pasaron exactamente cinco minutos, cuando todo el equipo de Jungkook llegó. Incluido él. Y sin darme cuenta un suspiro se me escapó. Todos saludaron y cuando fue mi turno, la respiración se me detuvo y corazón se volvió loco.

        —Buenos días, Beth —su voz resonó en mi oído derecho, al mismo tiempo que sus labios rosaban mi mejilla.

Una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo al instante.

        —Buenos días, Jungkook —respondí en cuanto se alejó y nuestras miradas se cruzaron.

Así comenzó el día, con Jon y yo explicándole a Jungkook el concepto detrás de la canción y su esencia.

        —Buen trabajo, Beth —me dijo Jungkook con una sonrisa encantadora en sus labios.

        —Gracias —respondí, con la voz casi en un hilo.

        —Bueno, entremos en la cabina y a trabajar —dijo Cirkut.

Le di una última mirada antes de que él entrara en la cabina y yo me concentrara en la consola.