Sinfonía (Jeon Jung Kook)

VII

Jung Kook;

Llegué a mi departamento, deseando entrar pronto para saludar a Jimin y Bam. Sí, él dijo que quería cuidarlo mientras yo no estaba.

        —Jungkook ¿Estás seguro de trabajar con esa chica? —preguntó Shin.

        —Totalmente —respondí con firmeza.

        —Yo no sé, a mí no me convence para nada —comentó Hana —. Solo porque Charlie te habló de ella, ya quieres que se encargue de tu álbum —añadió con fastidio.

        —Sí —contesté con seriedad, aun sin entender por completo el motivo de su actitud, pero, es que no era sólo porque Charlie me había hablado de Beth, sino que también porque sé que canta de maravilla, tiene canciones bellísimas y algunos covers en sus redes sociales. —Tómate el tiempo de buscarla en Instagram — le sugerí, despidiéndome de ellos.

Mi maleta ya estaba fuera del auto.

        —Gracias Jiho —me despedí del conductor y fui directo hacia el interior del edificio.

Coloqué el código de seguridad y entré. A mi llegada corrió Bam y minutos después apareció Jimin.

        —¿Cómo te fue JK? —preguntó, abrazándome después de dejar mis zapatos en la entrada.

        —De maravilla —respondí, recordando a esa chica tan especial.

        —Ya la conociste, ¿verdad? —sonrió, y yo dejé escapar una risita nerviosa. Jimin era uno de los que sabían la existencia de Beth —. ¿Qué tal? —continuo.

        —Es muy talentosa, inteligente y carismática, sin descartar lo preciosa que es. Tiene unos ojos color café claro, mejillas rosadas con un par de lunares, manos delicadas, labios encantadores, y su cabello ondulado y desordenado es hermoso —suspiré.

        —Vaya, sí que logró cautivarte —habló Jimin, palmeándome la espalda. Yo sonreí y bajé la cabeza, tratando de esconder el sonrojo en mis mejillas.

        —Entendió todas mis ideas, desde el principio —respondí —. Ni Shin ni Hana lo entendieron a la primera, pero ella sí.

        —Sabes, desde que me hablaste de ella, presentí que lo entendería. Se siente aquí —señaló mi pecho —, justo en el corazón.

        —Pero a Hana no le parece buena idea —me encogí de hombros y mientras me dirigía a la cocina por un vaso con agua.

        —Ella solo quiere lo mejor para ti. Sabes que abrir fronteras le aterra —respondió Jimin tomando asiento en una de las sillas de la encimera

        —Cuando estábamos allá, Hana trató de desafiarla, pero Beth, respondió con tanta calma, que hasta la dejó callada —reí al recordar el momento.

Jimin reía conmigo. Conversamos un poco más, hasta que fui a descansar, Eran alrededor de las tres de la tarde, el vuelo estuvo demasiado cansado, sin embargo, no me dormí de inmediato, debía escribirle a Beth.

Mensaje.

        —¿Estás dormida? —hice cálculos, allá eran casi las once de la noche, así que supuse que no respondería. Que si debía estar dormida.

Sin embargo, en un par de minutos, su respuesta llegó.

        —Para nada —decía el primer mensaje —. ¿Qué tal el vuelo? —escribió en el segundo.

        —Muy cansado, pero fuera de ello todo bien —respondí, sintiendo unas inmensas ganas inmensas de continuar hablando.

        —Me alegro mucho JK, supongo que allá es ¿temprano? —preguntó.